De Las Vegas a París: ¿luna de miel para Eugenia y Narcís Rebollo?

La boda parecía irreal y paródica, pero ella misma la ha confirmado. Una fotografía de Marilyn Monroe servía a Eugenia Martínez de Irujo para certificar que sí, que se había casado en Las Vegas con su novio, Narcís Rebollo. Disfrazados, ella como la mítica estrella de 'La tentación vive arriba' y él como Elvis Presley, ambos se daban el 'sí, quiero' al modo norteamericano.

O más bien, al modo del estado de Nevada. Fuera de sus fronteras esos enlaces no tienen demasiada validez legal. De hecho, muchos amigos de la duquesa de Montoro confirmaban a este medio que todo se trataba de una “broma”.

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J. M.

Sin embargo, esa broma cada vez parece más seria si se contempla el Instagram de Eugenia Martínez de Irujo. Las fotografías que ha compartido la muestran en París, sonriente y encantada pese a las bajas temperaturas que la capital francesa vive en estos días. En ninguna de las dos imágenes aparece en compañía de su novio, pero todo parece indicar que Rebollo está con ella y es el responsable de retratarla con un look de lo más sport. ¿Se trata de la luna de miel de la pareja?

Lo cierto es que a la exmujer de Fran Rivera le ha venido muy bien salir de España en estas semanas, ya que su ausencia en el funeral homenaje a su madre fue la comidilla de los medios de comunicación estos días. También la 'traición' de Alessandro Lequio en 'El programa de Ana Rosa', que mostró en directo un mensaje de ella opinando sobre el tributo. “Me ha mandado un mensaje después de todo lo que he dicho”, confesaba el conde tras declarar que el tributo no le gustaba nada y le parecía “pomposo, hortera, paleto y cutre”. Después, continuaba. “Creí que me iba a echar la bronca pero no. Está de acuerdo conmigo”, confesaba sorprendido. El mensaje de Eugenia a Lequio decía, literalmente, que se “descojonaba” con lo que había dicho.

Apenas dos semanas después de aquello y sin entrar en polémicas, Eugenia continúa su periplo por el mundo, ese que la ha llevado de Las Vegas a París y que ha hecho que muchos piensen seriamente que lo de la capital francesa es una auténtica luna de miel.