El exadministrador de Sara Montiel, condenado a dos años de prisión y a devolver lo estafado

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J. Madrid

Sara Montiel estaría muy contenta con la última resolución judicial de la Audiencia Provincial de Madrid, que condena a dos años de prisión, una multa de 2.400 euros y una indemnización de 344.707 euros al exadministrador de la artista, Francisco Fernández Peñalver, por un delito de estafa continuada durante los años 2008 y 2009. La condena, que puede ser recurrida al Supremo, se basa en una multa de ocho meses con una cuota de diez euros diarios y a la devolución íntegra del dinero que ha estafado a su clienta, fallecida el pasado 8 de abril de 2013. Con ello, este montante que supone la indemnización irá a parar a sus hijos, Thais y Zeus.

Además, se ha precisado desde la Audiencia Provincial de Madrid que la mitad de esta indemnización la pague la empresa que dirige Francisco Fernández, conocida como 4Ideas Marketing & Licesing. Con ello, se despejan las dudas existentes sobre la culpabilidad o no del administrador de Sara Montiel, dado que los magistrados han encontrado suficientes pruebas que demostrarían sus malas artes a la hora de gestionar el patrimonio de la artista, con la principal intención de beneficiarse económicamente de sus 'deslices' y sabiendo que contaba con “confianza ciega” por parte de la familia.

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Jose Madrid

Aun así, el administrador de Sara Montiel ha salido bien parado en la sentencia, teniendo en cuenta que el Ministerio Público y la acusación particular solicitaban para él seis años de cárcel y tan solo deberá cumplir una condena de dos años. Además, tan solo deberá devolver la cantidad de la que se hizo dueño sin corresponderle y solo deberá pagar una multa de 2.400 euros.

Fue en 1992 cuando Francisco Fernández Peñalver comenzó a hacerse cargo de las cuentas de la artista, debido a la amistad que tenía el administrador con su marido, Pepe Tous. Tras su muerte, la confianza en él se hizo más fuerte y le nombró representante artístico y administrador de su patrimonio, con la certeza de que sería un fiel amigo y miraría por sus intereses. No fue así y aunque Sara Montiel no pueda verlo, su deslealtad tendrá su castigo.