Shakira y Piqué se encaran con la prensa a pocas horas de la operación en la Teknon

La presión llegó a ser “insoportable” para Shakira. Preparaba su primera gira en casi seis años, El Dorado Tour, ante una gran expectación mundial. Gerard Piqué, su pareja, sufría por las tensiones políticas de Cataluña y hasta lloraba en público. Los rumores de crisis entre la pareja eran cada vez más intensos. Y, de pronto, la voz de Shakira se rompió. Una hemorragia en la cuerda vocal derecha la obligó a suspender su gira 'sine die'. Ahora, a punto de operarse en la clínica Teknon, tal y como ha confirmado Vanitatis, Shakira y Piqué no pueden más, lo que se traduce en una tensa relación con la prensa.

Una tensión lógica cuando las cosas se tuercen. Shakira vive uno de los momentos más delicados de su carrera -acaso el más delicado- y no soporta estar rodeada de paparazzi. Nunca le ha gustado, ni a ella ni a su novio: la pareja es una de las más complicadas para los fotógrafos. “No hay jamás un gesto amable”, comenta un paparazzi que los sigue desde que empezaron su relación.

La última reacción de la pareja ha sido drástica. Hace unos días, a las puertas de su casa en Ciudad Diagonal, la pareja empezó a grabar a los cámaras que les esperaban. Querían mostrarles su hartazgo y sacaban imágenes con sus móviles. Cada uno en su coche, Piqué al volante, Shakira con su chófer, torcían el gesto y apuntaban a los fotógrafos.

Al ver que nadie se movía de sus puestos, dieron un paso más allá y llamaron a la policía. Los Mossos d’Esquadra se personaron en el lugar en dos coches que permanecieron a las puertas de la casa de la familia durante un buen rato. Pero no se puede echar a nadie de la calle, por lo que la situación se zanjó sin conflicto. Sirvió para mostrar, de nuevo, la inmensa tensión en la que vive la pareja.

Esperan que la operación a la que se someterá Shakira en la Teknon a manos de Steven L. Zeitels, el mejor especialista de su dolencia, termine con su infierno. Para ello, este otorrinolaringólogo ya ha aterrizado en Barcelona y en la clínica Teknon está todo listo para su intervención. Zeitels fue el responsable de operar a Adele y otros artistas conocidos como Lionel Ritchie y Julie Andrews de una dolencia como la de Shakira.

Serán seis semanas de recuperación en las que la cantante no podrá hablar siquiera. Es más, podría ser que tuviera que cambiar su especial forma de cantar para no forzar tanto las cuerdas vocales. Su padre, William Mebarak, suele recordar que cuando su hija empezó en el mundo del espectáculo, muchos la rechazaron por su voz engolada, una característica que después la hizo famosa.

El golpe ha sido muy duro. Shakira estaba en racha, casi obsesionada con su trabajo y su nueva gira. Su último álbum ha tenido mucho éxito y sus singles han alcanzado el número 1 con rapidez. En las redes sociales, pasó de colgar fotos de su familia a postear sobre su trabajo. La gira empezaba en noviembre en Europa y seguía en 2018 por América.

Desde Live Nation, su productora, están seguros de que podrán retomar los conciertos aunque se deberá reestructurar toda la organización. Este mismo mes, Shakira ha superado a Rihanna en visiones en Youtube y ya es la primera artista latina en la lista de más visitados y la tercera del mundo. La inversión que acompaña a una gira mundial como la de la colombiana es millonaria, por lo que las pérdidas también lo son. Todo aumenta la presión sobre la cantante, que ha visto cómo su crisis profesional difuminaba su crisis de pareja.

Porque Piqué y Shakira no pasaban su mejor momento, sobre todo porque ella debía plantearse unos largos meses fuera de casa, alejada de su pareja y de sus hijos. Algunas fuentes apuntaron a la intención de la colombiana de hacerse acompañar por Milan y Sasha. Pero Milan ya está en la escuela y la intención de sus padres de darle una gran educación no casa con la idea de alejar a los pequeños de su entorno escolar.

Estos días la pareja vuelve a aparecer por la escuela de los pequeños en Esplugues de Llobregat. Shakira deberá olvidar por un tiempo su trabajo y volver a su otra obsesión: la familia.