Enrique Iglesias y Anna Kournikova, padres de mellizos por sorpresa

Enrique Iglesias ha sido padre de mellizos. Así, como lo leéis. El cantante y su novia, la tenista Anna Kournikova, se han estrenado en la paternidad de la forma más discreta posible, dado que la prensa ha tenido constancia de su estado de buena esperanza precisamente cuando ya había terminado y los bebés ya estaban en su casa. Sin embargo, lejos de lo que podría pensarse de que han conseguido eludir a la prensa al tratarse de un embarazo subrogado, lo cierto es que la tenista ha estado embarazada, pero nadie se había percatado de ello. Aún hay esperanza para la privacidad de los famosos, al menos para aquellos que realmente la busquen.

Después de 16 años de relación y con la firme intención de no pasar por la vicaría por el momento, el cantante y la tenista dieron la bienvenida a los mellizos este sábado, tal y como ha publicado el diario estadounidense 'TMZ', que además adelanta los nombres de los pequeños: Nicholas y Lucy. Una buena nueva que ha sido recibida en las redacciones con gran sorpresa, dado que la pareja parecía congelada y no estaba dispuesta a dar un paso más en su relación. Hasta ahora.

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Ahora, se contextualiza aún mejor la ausencia de Enrique Iglesias en la boda de su hermana Ana Boyer con Fernando Verdasco, celebrada el pasado fin de semana en Mustique. Allí se congregó el clan al completo, con lo difícil que es eso para ellos, que viven desperdigados por medio mundo. Sin embargo el cantante no pudo asistir. En principio, se creía que tenía compromisos profesionales, pero la evidencia hace entender que no acudió al enlace porque su novia se encontraba dando a luz a sus mellizos. Una gran sorpresa para todos.

Su discreta historia de amor

Enrique Iglesias y Anna Kournikova se conocieron en 2001, cuando grababan juntos el videoclip 'Escape'. El trabajo los unió, pero les ha separado también infinidad de veces, pero siempre el amor ha triunfado por encima de todo. Aun así, nunca han mostrado intención de intercambiar alianzas y prefieren la tranquilidad que le aporta su mansión en una isla de Miami. Ahora, esa tranquilidad se ve perturbada por el llanto de dos bebés, sus hijos, sus mellizos, esos que han logrado tener a escondidas del mundo y que excusa su ausencia en los eventos familiares.

En junio, Anna aún no tenía tripita de embarazada: