Madonna ya disfruta de los lujos del Palacio Ramalhete, su nueva casa en Lisboa

Madonna se ha cansado de vivir en un hotel. La reina del pop necesitaba un palacio a su altura y desde que decidiese instalarse definitivamente en Lisboa, Portugal, siguiendo a su nuevo novio, el modelo luso Kevin Sampaio, la cantante había ocupado durante seis meses la suite del hotel Pestana Palace. Ahora ya tiene nueva residencia para los próximos 12 meses y parece que podría ser la definitiva, dado que la artista se ha asegurado en el contrato de alquiler la posibilidad de que una vez pasado el primer año y si ella está conforme, pueda comprar el histórico Palacio Ramalhete, una construcción del siglo XVII, que hasta la fecha había sido utilizado como hotel boutique.

Madonna ha conseguido el permiso de residencia portugués por la vía rápida y es que ella deseaba agilizar los trámites para poder instalarse en la ciudad en la que su novio ha instalado su centro de operaciones como modelo internacional. El lugar en el que encerrarán ahora su amor cuenta con todo lujo de detalles para hacer que su estancia sea idílica y más acorde a la posición de la denominada reina del pop. Tiene 12 habitaciones dotadas de un gran lujo y exclusividad en su decoración, como así se puede ver en las imágenes que el propio Palacio Ramalhete ha publicado en su página web oficial, donde explican su historia y muestran los encantos que han conquistado a Madonna.

El Palacio Ramalhete está rodeado de una amplia extensión ajardinada, pero también cuenta con una piscina exterior climatizada para poder ser disfrutada durante todo el año, así como una exclusiva zona reservada para desconectar del mundo en un ambiente relajante. Incluso cuenta con bar privado. Una lista de lujos y detalles con los que Madonna trata de compensar los estragos de la mudanza y sus constantes desplazamientos por cuestiones profesionales. Un espacio en el que criar a sus hijos, ahora que ha vuelto a ser madre a través de la adopción de dos niñas.

Pese a todo esto, Madonna ha querido adaptar algunos aspectos que no le convencían del Palacio Ramalhete de Lisboa. Una remodelación que ha sido orquestada por la propia artista, que se ha guardado un as en la manga al apalabrar la posibilidad de que se haga con el palacete después de que termine el primer año de alquiler, confiando en la fórmula de alquiler con opción a compra, reservando parte del montante que paga mes a mes ante una posible compra definitiva.