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Ramos, Cristiano, Neymar…Futbolistas que se 'creyeron' modelos (y fracasaron)
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Desastres estéticos

Ramos, Cristiano, Neymar…Futbolistas que se 'creyeron' modelos (y fracasaron)

Son estrellas mundiales, ídolos universales y por tanto, creadores de estilo. Lo malo es que no siempre ese estilo es el acertado. Repasamos algunos ejemplos

Foto:  Neymar y Beckham, extravagancia frente a elegancia. (Gtres)
Neymar y Beckham, extravagancia frente a elegancia. (Gtres)

Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Neymar… Los grandes nombres del fútbol se han convertido, desde hace unos años, en excelentes escaparates para el mundo de la moda. Desde que David Beckham abrió la senda de un excitante camino por explorar (el de los 'futbolistas rock stars') no ha habido jugador que no haya fantaseado con la idea de convertirse en un referente fashion.

[LEE MÁS: David Beckham, el deseado (por las marcas): gana 40.000 euros diarios]

Con mayor o menor fortuna, los pesos pesados de la liga española (y de otras ligas europeas) han coqueteado con marcas que se aprovechaban el tirón del jugador para dar a conocer sus nuevas colecciones. Y hasta ahí más o menos bien. Lo malo es que en muchas ocasiones los jugadores deciden volar libres y pasa lo que pasa: que sin un estilista al lado que les frene y les oriente son capaces de mezclar 'ácido clorhídrico con sulfato de sodio' y liarla parda. O lo que es lo mismo: un abrigo añil con unas mallas 'runner' e incendiar las redes.

Sergio Ramos contra Klein

No fue el primero en levantar la liebre pero sí el que nos hizo reflexionar sobre si todo vale en el binomio moda-fútbol. Una semana después de la tragedia, aún nadie nos ha podido aclarar quién engañó a Sergio Ramos para que fuera al Bernabéu vestido como un cruce perfecto entre Pocoyó y Mario Bross. Esa arriesgada (y criticada) apuesta que sacaba del armario algunas de las tendencias de la temporada (abrigos largos, azul Klein...) se combinaba de la manera más aleatoria y terrible posible. Ni Kim Kardashian se habría atrevido a ponerse esta mezcla que alteraba la rotación del planeta. Se podía haber quedado en la tribuna del Real Madrid, pero a Sergio no se le ocurrió mejor manera para animar el sábado que subirla a sus redes. Y vaya si lo animó.

Cristiano Ronaldo o el poder del brilli brilli

Es lo que ocurre cuando estás tan sobreexpuesto: que todo lo que te pongas será analizado al dedillo. Aunque con CR7 no hace falta ser Sherlock Holmes para encontrar las pruebas del crimen (estilístico, se entiende). Cristiano tiene tendencia natural a ir a apretadito, a ponérselo todo ceñido, pintado, que se marquen bien los músculos de su cuerpo que para eso los trabaja durante horas: ¿de qué te sirve tener más abdominales que Hulk si luego le metes un jersey XXL? De nada, así que 'segunda piel' al canto. Y si encima tienes una colección de ropa interior masculina, en algún momento tendrás que salir semidesnudo. Y no está mal, porque Cristiano lo aguanta, pero debería conocer sus límites. Y esta imagen de portero de discoteca de los 90, amante del brilli brilli en total black, con fondo blanco, mármol en el suelo, interruptores laterales… En fin.

Guti: el armario de los errores

placeholder  Tres ejemplos de cómo Guti entendió el arranque de siglo. (Gtres)
Tres ejemplos de cómo Guti entendió el arranque de siglo. (Gtres)

Hubo un tiempo en que a Guti le vestía el enemigo. Literal. No se nos ocurre otra manera de entender la fijación del futbolista por ser el Beckham español a su manera. En una década convulsa (la primera del siglo XXI) en la que la humanidad vagaba de forma incierta entre el final de una era y un futuro tipo 'Matrix', Guti tiró por la calle de en medio y decidió ponerse lo peor de cada casa: pantalones extra anchos, gafa mosca tse-tse, cinturones que salían de lugares inciertos... Es muy fácil echar la vista atrás y criticar lo que nos poníamos hace diez años (busca alguna foto y verás que tenemos razón), pero es que lo de Guti era muy fuerte. Sin embargo, al rey lo que es del rey, y hay que reconocer que él fue de los primeros en España en subirse al carro del fútbol que se pone de moda. Aunque no siempre con aciertos.

Neymar: el exceso por bandera

placeholder  No acabamos de decidir si nos va más disfrazado o sin disfraz.
No acabamos de decidir si nos va más disfrazado o sin disfraz.

Cuando hay un debate en 'Forocoches' con la pregunta “¿quién es más hortera, Neymar o Dani Alves?” es que el jugador de Sâo Paulo no lo debe estar haciendo nada bien (tampoco Dani, pero ya volveremos sobre él). El amigo de Piqué llegó a la vieja Europa con un halo de santidad que no se veía en tiempos y estaba llamado a ser un nuevo gran icono, no solo del fútbol, sino también de la moda. Tenía juventud, belleza, simpatía… Pero algo pasó por el camino: no sabemos si fue un exceso de empoderamiento, una exigencia extrema de querer ser el más 'cool', o una aspiración por creerse una mezcla de Pharrell Williams y Bruno Mars. Pero hay que ser Pharrell para vestir como Pharrell sin caer en el descrédito. Y entonces llegó la debacle y vimos a Neymar con algunos de los peores 'looks' (también capilares) que le hemos visto en tiempo a nadie. Incluso disfrazado tenía mejor pinta.

Di María: el hombre que no quería ser modelo

¿Qué pasa, que los que no tienen el pelo de Beckham, los músculos de Sergio Ramos y la sonrisa de Aitor Ocio no pueden ser modelos? Claro que pueden, pero se arriesgan a convertirse en el hazmerreír de sus compañeros. Es lo que le pasó a Ángel Di María, exjugador del Real Madrid y actual extremo del PSG, cuando decidió posar de esta manera para la firma de ropa Tascani. El primero en hacer la gracieta sobre la imagen fue el anteriormente citado Neymar, y lo hizo con una gran carcajada y escribiendo un irónico "¿modelo?" en la cola de comentarios del perfil de Di María. A él se unieron otros futbolistas y para equilibrar la balanza, la mujer del argentino escribió “te amo entero, potro mío”. Nada que objetar al 'look' del jugador: camisa de cuadros, gorro de lana, aire relajado. Y tampoco nada que objetar a su físico: parafraseando aquel culebrón mexicano de hace unos años, podríamos decir que “los feos también posan”. Chapó.

Dani Alves tiene sus propias reglas

Lo de Dani es otro nivel. Si hay alguien capaz de defender a capa y espada cualquier estilismo, ese es el exjugador del Barcelona, Dani Alves. Defender lo defiende, aunque no siempre salga bien parado. De hecho, casi nunca. Fiel al lema '¿Quién dijo miedo?', Dani es capaz de los estilismos más coloristas, extravagantes y estrafalarios que puedas imaginar. Ni Palomo Spain le supera en creatividad, originalidad y extrañeza. Es escribir 'Dani + Alves + moda' en Google y empezar a disfrutar de un sinfín de despropósitos estilísticos que van desde los pantalones con topos gigantes a los chalecos vaqueros con cuellos animal print. Por cierto que los looks 'gentelman' tampoco los defiende bien el brasileño. A ver si el debate de 'Forochoches' va a tener razón...

placeholder Dani Alves y su mujer, Joana Sanz, en los Premios The Best. (Gtres)
Dani Alves y su mujer, Joana Sanz, en los Premios The Best. (Gtres)


Aún hay esperanza

Por supuesto no todo está perdido. Es más, algunos de los citados anteriormente supieron reconducir su camino (caso de Guti) y en ocasiones les hemos situado en los listados de 'hombres más elegantes'. Solo que no en las mencionadas.

En el polo opuesto tres nombres a los que es muy difícil pillar en despistados porque tienen un estilo que está por encima de modas: Juan Mata, Antoine Griezmann y el eterno gentelman, Xabi Alonso, que denota estilo incluso cuando le pillas a punto de mojar la manzana en el café.

placeholder  Xabi con un look 'casual' en una imagen de su cuenta de Instagram. (@xabialonso)
Xabi con un look 'casual' en una imagen de su cuenta de Instagram. (@xabialonso)

Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Neymar… Los grandes nombres del fútbol se han convertido, desde hace unos años, en excelentes escaparates para el mundo de la moda. Desde que David Beckham abrió la senda de un excitante camino por explorar (el de los 'futbolistas rock stars') no ha habido jugador que no haya fantaseado con la idea de convertirse en un referente fashion.

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