An&Lee, las bisnietas del joyero de Zarzuela que diseñan los bolsos de Preysler

Alejandra y Ana Vega nos reciben en su showroom de la calle López de Hoyos, una pequeña oficina de apenas un puñado de metros cuadrados en la que los bolsos, las telas y los muestrarios inundan la sala. Son hermanas, pero no lo parecen. Al menos, en apariencia. Y eso es exactamente lo mismo que ocurre con sus bolsos. Mismo ADN; único resultado en cada producto.

Descendientes de una de las sagas de joyeros con más solera de nuestro país (la casa Vega), esta es la historia detrás de An&Lee, la marca que ya ha conquistado a Isabel Preysler, Ana Antic y María León.

“Todo lo fabricamos en Madrid, todo ‘made in Spain’ y encima muy a mano para poder estar pendientes de todo lo que ocurre en el taller”. Con menos de 30 años emprendieron con una marca que en su origen fue de ropa y que ahora se dedica única y exclusivamente a la producción manufacturada de bolsos. Tres modelos, ni uno más, pero que gracias a las opciones de personalización se convierten en más de 500 combinaciones de colores y acabados.

2.500 bolsos en tres años

Exalumnas del colegio Mater Salvatoris (como Cristina Oria, entre otras empresarias de éxito), Ana y Ale son conocidas en Madrid por su colección de bolsos. Son básicos, pero con mil detalles; son todos iguales, pero cada uno diferente. Su clave: su ya famoso 'my own bag', la opción de personalizar tu propio bolso (iniciales, tela, color y, por supuesto, sus famosas rayas de colores) que ya ha conquistado a más de 2.500 clientas en sus menos de tres años de trayectoria. "En el último año, hemos experimentado un crecimiento del 200%", dicen. Aún así no se relajan y continúan trabajando: desde fotos nuevas cada mes hasta jornadas de puertas abiertas 'non stop'.

Su carrera no ha hecho más que empezar. Provenientes de dos sectores completamente distintos (Ana estudió Moda y Alejandra, Arquitectura de Interiores), supieron desde el primer momento cuadrar sus puntos fuertes para levantar un negocio que hoy emplea a seis personas y que no para de crecer. Mientras que la mayor de las hermanas, Ana, se encarga de la gestión de los pedidos y del día a día en el taller, Alejandra es más creativa: no solo diseña las colecciones, también se encarga del aspecto de la web, de hacer las fotos y aún saca tiempo para fabricar pendientes a mano.

De Tamara Falcó a Pombo

Sus bolsos son una constante en los perfiles de algunas de las 'influencers' con más seguidores. Entre sus numerosas clientas, no solo hay reinas del cuore patrio como Isabel Preysler o dos de sus hijas, Ana Boyer y Tamara Falcó. Ana Antic y María León, dos de las estilistas por excelencia de las celebrities patrias, ya han 'pecado' en su tienda online, e influencers como Paula Ordovás, María Pombo y María Fernández-Rubíes (una de sus primeras modelos), más de lo mismo.

"Cada vez que alguna de ellas posa con alguno de nuestros bolsos tenemos un pico de ventas increíble". Algunas salen con alguno de sus modelos muy de tarde en tarde, pero otras como Cabermu (Cristina Bermúdez) o Alex Rivière (considerada la Olivia Palermo española) son de sus clientas más fieles y, además, grandes embajadoras de la marca en redes sociales.

A.V., las iniciales del joyero de Casa Real

Su faceta como empresarias les viene de familia. “Nuestro bisabuelo fue el primer importador de diamantes en España y Casa Vega se convirtió en uno de los joyeros de referencia de la alta sociedad madrileña e incluso de la Casa Real”, nos cuenta Alejandra. Fabricaban coronas y piezas de alta joyería creadas para cada clienta manualmente en el taller que la familia tenía en la calle Montera, ubicado en un edificio de su propiedad (el mismo esquema que han seguido ellas con An&Lee). “Era como entrar en las galerías Velvet de la serie”, recuerda Ana pensando en cuando era niña y acudía a visitar a su padre, la tercera generación de Alejandro(s) Vega.

“Cuando nuestro padre falleció, abandonamos el negocio de la joyería. Sin un Alejandro Vega al frente, no encontramos el sentido de continuar”. Sin embargo, el espíritu emprendedor que las mueve ha hecho que Alejandra (curiosamente, para continuar con la saga) se embarque en el negocio de la joyería, aunque a una escala mucho menor.

“Yo fabrico mis propios pendientes, siempre se me ha dado bien y pensé: ¿por qué no?”. Desde verano, se ha aventurado a poner en marcha en solitario MucMuc Jewels, una marca dirigida a todas aquellas que quieran llevar una pieza especial, diseñada casi a medida y a mano por ella misma y, lo más importante, a precios que no llegan a 50 euros. En menos de un año, ya ha agotado varios modelos y vendido más de 300 pares de pendientes.

¿Se los veremos también a Preysler ahora que arranca la primavera?