Los hijos de Purificación García: "Nos encantó que la reina Letizia conociese nuestra marca"
Sus bolsos los lleva de Adriana Lima a Judit Mascó pasando por las hijas de Pepe Bono. Aspiran a tener tanto éxito como la matriarca del clan y reniegan de que les llamen 'hijos de'
Desde pequeños habían vivido muy de cerca el mundo de la moda, desde un 'front row' privilegiado y conviven con el estigma de 'hijos de'. “Recuerdo que cada día, después del colegio, pasaba por el taller de mi madre [Purificación García]. Ella siempre estaba trabajando y yo no paraba de incordiar”, recuerda Marc. “Ha sido una trabajadora nata. Yo, al ser más mayor, tengo más recuerdos de salir con ella al final de los desfiles. En uno de ellos se me ocurrió esconder todos los zapatos de las modelos y que tuvieran que salir descalzas. Era un trasto”, cuenta Sole riendo.
María, Sole y Marc son los tres hijos de la diseñadora. María y Sole son hijas de Daniel Álvarez, un técnico de televisión que fue el primer marido de Purificación García. Cuando se divorció, unió su vida a la de Albert Caballé, un directivo de Value Retail, que gestiona Las Rozas y La Roca Village, con el que tuvo a su hijo Marc. Actualmente la diseñadora está soltera y según cuentan sus hijos no quiere ni oír hablar de tener pareja. "Está feliz sin ningún hombre en su vida. Lo que sí nos pedía eran nietos, porque todas sus amigas son abuelas; y como estamos los tres solteros decidimos regalarle un perro teckel, Gustavo".
Por volar en 'low cost' les surgió la idea
"Al cabo de un tiempo volvió a pedir nietos y le regalamos otro teckel, Truman, que son como sus dos hijos pequeños y se le ha pasado un poco la idea de los nietos", cuenta divertida Sole, que es la mediana, una belleza de tez morena y ojos oscuros que estudió Publicidad, fue 'personal assistant' del tenor José Carreras y hace 12 años montó Sayan, una exitosa tienda de ropa en Barcelona. María, la mayor, es licenciada en Derecho y Económicas, trabaja como analista financiera en Londres y se ausenta de la entrevista por encontrarse de viaje en Canadá. Marc, el hermano pequeño, estudió Empresariales y es un apasionado de los ordenadores.
Edades distintas [Marc se lleva 10 años con María], formaciones casi opuestas y lugares de residencia separados por miles de kilómetros no supusieron un obstáculo para sacar adelante un proyecto común. María y Sole llevaban tiempo queriendo emprender juntas. Se dieron cuenta de que cada vez que volaban en compañías 'low cost', el bolso se convertía en pesadilla; teniéndolo que aplastar para meterlo en el equipaje de mano. La idea fue crear un bolso muy versátil que no ocupara espacio, que no pesara, que no se estropeara con el agua y que se pudiera usar de distintas formas.
María se fue a ver a Marc a Bali, donde tiene la casa familiar Purificación García; su hermano acababa de montar un bar de tapas y le contó el proyecto que tenían en mente. No lo dudó y se embarcó con sus hermanas en esta exitosa aventura, de nombre Lonbali [LONdres-BArcelona- y BaLI] que ha unido, más si cabe, al trío de hermanos. Diseños atemporales con un toque de tendencia, originales, maleables y sobre todo muy prácticos y funcionales han sido la clave del éxito de los bolsos y complementos Lonbali. Sumado a la idea de ajustar precios para lograr un lujo asequible y la posibilidad de que el cliente forme parte del proceso de diseño personalizando sus complementos.
"Mi madre no está encima de nosotros"
Pero ¿cómo ha influido Purificación García en Lonbali? “No la hemos dejado opinar mucho”, bromea Sole. “Yo sí que le pregunto cosas, pero es verdad que ella no está muy encima. Da su opinión si se la pedimos y nos manda ideas que ve en sus viajes por el chat familiar”, completa Marc.
Purificación García tiene unos orígenes humildes. Con tan solo cuatro años tuvo que emigrar de Galicia a Uruguay con su familia. Sus inicios en el mundo de la moda comenzaron como hippie vendiendo bolsos y pareos pintados por ella misma en las playas de Mallorca. Una mujer hecha a sí misma que ha conseguido llegar a lo más alto del mundo de la moda a base de tesón, talento y esfuerzo. Estos valores ha sabido transmitírselos a María, Sole y Marc desde que eran pequeños.
“Nada de ‘hijos de’, nos hemos tenido que ganar todo aquello que queríamos. Recuerdo que de adolescente quería una moto, a mis amigas se la compraban sus padres y mi madre me dijo que tendría que trabajar para comprarla. Le agradezco mucho que nos enseñara a valorar todo lo que teníamos. Era muy exigente, pero a la vez liberal y moderna. Cuando sacábamos malas notas siempre nos decía la misma frase: 'Los últimos de la clase son los primeros de la vida”.
"Mi madre nos hacía ordenar el armario por colores"
Los hermanos recuerdan con especial ilusión el lanzamiento de su marca. Unos meses de intenso trabajo dieron paso a un éxito que provocó que en tres meses se agotara toda la producción. “¡Fue totalmente inesperado, nunca lo habríamos imaginado! Y menos conseguirlo los tres solos”, reconoce Marc, a lo que añade: “Pienso que el éxito de Lonbali es que mi madre nos ha enseñado a ser muy exigentes, perfeccionistas y comprometidos. Mi madre nos hacía ordenar los armarios por colores y tipo de prenda por ejemplo. Todo eso queda. Yo ahora en mi casa lo tengo todo así colocado y mis amigos alucinan”, cuenta Sole.
Pregunta: ¿No os dio vértigo montar una marca de complementos siendo hijos de Purificación García?.
Respuesta (Marc): No sé si vértigo, pero sí que sentimos una gran responsabilidad.
P: ¿Y el hecho de emprender en un mundo en el que vuestra madre es tan conocida creéis que os ha podido dar ventaja?
R (Marc): Es verdad que al conocer el mundo de la moda desde dentro, sabíamos cómo funcionaba. Pero hemos partido de cero. Ella está orgullosa de nosotros, le hace mucha ilusión aunque le preocupaba, en un principio, el peligro de combinar familia y trabajo. Pero creo que somos un buen equipo; cada uno lleva un campo y no se mete en el de los demás. Sole lleva la parte creativa, María es la cabeza pensante y además al estar lejos tiene más perspectiva; y yo me ocupo del almacén, la logística y el marketing.
Entre sus clientes, principalmente mujeres de 25 a 45 años, figuran rostros conocidos como la socialite Carmen Lomana, las modelos Martina Klein, Judit Mascó, Verónica Blume o la propia Adriana Lima, y empresarias como Andrea Pascual o Amelia y Ana Bono. Reconocen que les gustaría tener como clienta a la reina Letizia, a la que conocieron entregando el Premio Nacional de Moda en 2016 a su madre y les sorprendió sabiendo que habían creado Lonbali. Sus planes a futuro son continuar creciendo, empezar a fabricar en España, internacionalizarse y crear nuevos productos. Un guiño: ya se encuentran probando carcasas para el móvil.
Desde pequeños habían vivido muy de cerca el mundo de la moda, desde un 'front row' privilegiado y conviven con el estigma de 'hijos de'. “Recuerdo que cada día, después del colegio, pasaba por el taller de mi madre [Purificación García]. Ella siempre estaba trabajando y yo no paraba de incordiar”, recuerda Marc. “Ha sido una trabajadora nata. Yo, al ser más mayor, tengo más recuerdos de salir con ella al final de los desfiles. En uno de ellos se me ocurrió esconder todos los zapatos de las modelos y que tuvieran que salir descalzas. Era un trasto”, cuenta Sole riendo.
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