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El otro legado de Givenchy: un castillo renacentista repleto de obras de arte
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MUERE A LOS 91 AÑOS

El otro legado de Givenchy: un castillo renacentista repleto de obras de arte

De familia aristocrática, poseía un palacete en París y una villa en el sur de Francia. Cumplió sus sueños: crear una casa de moda y adquirir piezas de arte históricas para sus moradas

Foto: Givenchy junto a su mansión francesa. (Cordon Press)
Givenchy junto a su mansión francesa. (Cordon Press)

Abra las puertas de su armario y busque en las perchas. Seguro que cuelga un vestido negro, corto, sencillo, una prenda que si es usted mujer se habrá puesto en incontables ocasiones, tanto para arreglarse como para un día cómodo. Un vestido parecido al de Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'. Una prenda de la que echar mano siempre, ¿verdad? Pues dele las gracias a Hubert de Givenchy.

El diseñador francés ha muerto dejando una huella en nuestra cultura: creó ese ‘petit robe noir’ (LBD o ‘little black dress’, en inglés), un vestido negro que popularizó Audrey Hepburn, su musa, y que es ya un fondo de armario imprescindible. Un legado al que sin duda hay que sumar una inmensa fortuna que se traduce en un castillo de cuento repleto de obras de arte, entre otras propiedades.

placeholder La revista 'Interior Redux' publicó un reportaje de la casa de Givenchy en París.
La revista 'Interior Redux' publicó un reportaje de la casa de Givenchy en París.

Nacido en una familia aristocrática francesa de raíces venecianas, Hubert Taffin de Givenchy era el segundo de dos hermanos que tras la muerte del padre (en 1930 por gripe) fueron criados por la madre y la abuela. De ellos se esperaban los clásicos resultados de una educación tradicional y elitista, pero el pequeño tenía una vena artística heredada quizás de su bisabuelo escenógrafo y toda la rama materna, entroncada con el arte desde décadas anteriores.

Givenchy siempre lo tuvo claro y fundó su casa de modas en 1952. Ya entonces su pareja estaba cerca. Philippe Venet trabajaba con él desde el principio, fueron compañeros de trabajo y de vida. Ha sido precisamente un apesadumbrado Venet quien esta semana ha anunciado la muerte de su pareja a los 91 años.

Vivían en el campo a las afueras de París, en el castillo Le Jonchet, un palacio renacentista de principios del siglo XVII construido por el arquitecto Gabriel de Lestrade, que mostró a la revista 'Art of the Room'. En 1950, el palacio estaba casi en ruinas y lo restauró el arquitecto Fernand Pouillon. Su anterior propietario había sido Roger Bellon, también dueño de la compañía farmacéutica del mismo nombre.

placeholder Parte del reportaje de 'Interior Redux' en el que aparece el dormitorio principal de la villa mediterránea.
Parte del reportaje de 'Interior Redux' en el que aparece el dormitorio principal de la villa mediterránea.

El diseñador contaba con otras propiedades. Amante de la decoración, le gustaba mostrar cómo vestía sus casas, que han aparecido en prestigiosas revistas como 'Interior Redux'. Allí se pueden ver fotografías de su maravillosa finca parisina, una casa construida en 1731, diseñada por Pierre Boscry para Marguerite-Paule de Grivel d'Orrouer. El Hôtel d'Orrouer, situado en la calle de Grenelle, es otra maravilla tanto por fuera como -y sobre todo- por dentro.

Las adquisiciones de Givenchy nunca eran banales. Una poltrona Louis XVI fue una de sus primera compras importantes. Y poco a poco, como él mismo contaba, fue llenando sus casas de tesoros. "Mi sueño de comprar mobiliario de los siglos XVII y XVIII y arte contemporáneo", solía decir en las entrevistas. Y así decoró también su casa del sur de Francia: Le Clos Fiorentina, una villa en Cap Ferrat con preciosos jardines.

placeholder Givenchy en la exposición 'A Audrey con amor' en La Haya en 2016. (Foto: EFE)
Givenchy en la exposición 'A Audrey con amor' en La Haya en 2016. (Foto: EFE)

Junto a su novio había construido una vida que estuvo llena de éxitos. Una vida que compartían en el fantástico castillo, en París, en Cap Ferrat o donde les llevara el momento. Givenchy decidió vender su marca en 1988 a Louis Vuitton Möet Hennessy (LVMH), el conglomerado de lujo más importante del mundo.

LVMH se había creado un año antes, en 1987, cuando el grupo Möet et Chandon et Hennessy decidió ampliar su negocio y pasar de los licores de primer nivel a todo tipo de marcas de lujo. Compró Louis Vuitton ese año y en 1988 adquirió Givenchy.

En aquellos días, el diseñador siguió vinculado a su marca como director artístico e incluso apareció en algunos desfiles, pero poco a poco se fue retirando. En 1995 abandonó la firma ofendido y decepcionado con el camino que había tomado.

Siempre contó con el apoyo de su pareja, también diseñador, y de su familia. Sentía especial cariño por sus sobrinas y sus sobrinos-nietos. Así que la fortuna del diseñador recaerá sobre el viudo y la familia.

placeholder Hubert de Givenchy en su atelier.
Hubert de Givenchy en su atelier.

La pareja era amante del arte y de la decoración. Givenchy estudió Bellas Artes y era coleccionista. Riguroso y de porte elegante, sus jornadas laborales habían empezado siempre a las 7.30 de la mañana, hora en la que vestía su bata blanca de lino, una suerte de uniforme de trabajo que colgó cuando decidió retirarse.

Fue el inventor del ‘prêt-à-porter’ (listo para llevar), amigo y creador de las piezas que lucían mujeres como Jackie Kennedy y Grace Kelly. En 2014 el Museo Thyssen de Madrid organizó una retrospectiva de su carrera.

Ahora vivía tranquilo, rodeado de obras de arte que coleccionaba con tesón. Apasionado del arte de los siglos XVII y XVIII, tal y como le contó a la periodista Ana González Rueda cuando le entrevistó en Madrid hace cuatro años. Le gustaban también las vanguardias del siglo XX y contaba con Mirós y Rothkos. La herencia de Givenchy a su muerte no es solo una, como suele suceder cuando fallece un mito.

placeholder Audrey Hepburn, vestida de Givenchy para 'Desayuno con diamantes'.
Audrey Hepburn, vestida de Givenchy para 'Desayuno con diamantes'.

Abra las puertas de su armario y busque en las perchas. Seguro que cuelga un vestido negro, corto, sencillo, una prenda que si es usted mujer se habrá puesto en incontables ocasiones, tanto para arreglarse como para un día cómodo. Un vestido parecido al de Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'. Una prenda de la que echar mano siempre, ¿verdad? Pues dele las gracias a Hubert de Givenchy.

Grace Kelly