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Estas son las empresarias VIP responsables de que te guste el sushi
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Estas son las empresarias VIP responsables de que te guste el sushi

Entrevistamos a las fundadoras de Sushita, empresa que elabora 5.000 bandejas de sushi al día. En 2017 facturó casi 10 millones de euros, un 37% más que el año anterior

Foto: Sandra Segimón y Natacha Apolinario. (D.R)
Sandra Segimón y Natacha Apolinario. (D.R)

Los hermanos Segimón tenían una empresa de comida de restaurante a domicilio cuando no había ni internet. Una especie de Nevera Roja con 22 locales de Madrid. Y en esas que decidieron enviar también comida japonesa, en una época en la que esa cocina no era tan popular como ahora. Eso al menos pensaron ellos, porque vieron cómo triunfaba la propuesta.

Al cabo de un tiempo, las amigas Sandra Segimón y Natacha Apolinario viajaron con sus maridos a México y Nueva York y vieron que aquel embrión que Sandra descubrió con su hermano en la empresa de catering era un éxito rotundo. Así que pensaron en proponerlo ellas y vender sushi en grandes superficies. Ahora venden 5.000 bandejitas de sushi al día.

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Cualquiera que lea estas líneas y le guste el sushi habrá probado el que elaboran los cocineros de Sushita. Sin duda. Son los responsables del sushi que se vende en El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour... Además, tienen varios restaurantes y están a apunto de abrir el próximo, un local en la calle Velázquez de Madrid que dará mucho que hablar. 500 metros cuadrados dedicados a la comida japonesa, una apuesta de Segimón que tiene claro que triunfará.

placeholder Bandejas de sushi elaboradas por Sushita.
Bandejas de sushi elaboradas por Sushita.

Hablamos con Sandra Segimón unas horas antes de que viaje a Boston. Dice que le encanta su vida, una vida en la que no para quieta, de feria en feria, de restaurante en restaurante. "Es un trabajo divertidísimo, todo el día viajando, pensando en decoración, tendencias, planeando los uniformes, la vajilla -dice Segimón-. El concepto completo es el que tiene que seducir y apostamos mucho por eso".

La empresa ha incrementado su facturación en un 37% en 2017, con casi 10 millones de euros ingresados. Cuenta con 200 empleados y un nuevo restaurante casi cada año. Las 5.000 bandejas de sushi se elaboran en San Sebastián de los Reyes, una cadena que empieza de madrugada con la cocción del arroz.

placeholder Uno de los restaurantes de Sushita, ubicado en una biblioteca.
Uno de los restaurantes de Sushita, ubicado en una biblioteca.

Segimón reconoce que pasa el día probando y que el trabajo es divertido pero también duro. Tras dos años de investigación han encontrado un punto para congelar el sushi que ha logrado una calidad máxima. Así han podido entrar en cadenas hoteleras como Vinci, Iberostar y Barceló. "Habíamos probado algunos sushi congelados en ferias, pero no nos convencía porque no tenía la calidad suficiente".

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Ahora, han logrado un producto del que están muy contentos. Porque incluso asegura que "en catas a ciegas, expertos en sushi no han sabido distinguir entre el fresco y el congelado". Se elabora en una atmósfera controlada, siempre con pescado ahumado y con una caducidad máxima de seis meses.

La cofundadora de Sushita es una persona dedicada a su trabajo que si puede se escapa al mar, preferiblemente a Mallorca. Le gusta la moda y aprovecha esos viajes que hace para descubrir tendencias no solo en gastronomía. Los tacones son su perdición, dice, y suele llevar una bailarinas en el bolso para cuando ya no puede más. Que son pocas veces: recorre las ferias en tacones.

placeholder Natacha Apolinario y Sandra Segimón (dcha.), socias fundadoras de Sushita.
Natacha Apolinario y Sandra Segimón (dcha.), socias fundadoras de Sushita.

Estos días, como decíamos, está en la feria gastronómica de Boston. De allí volverá con ideas, ideas que cotejará con las amplias lecturas especializadas a las que dedica miles de horas. Y todos, siempre, con visitas a Japón, varias veces al año. Parece que tiene razón y que su trabajo es divertido.

Los hermanos Segimón tenían una empresa de comida de restaurante a domicilio cuando no había ni internet. Una especie de Nevera Roja con 22 locales de Madrid. Y en esas que decidieron enviar también comida japonesa, en una época en la que esa cocina no era tan popular como ahora. Eso al menos pensaron ellos, porque vieron cómo triunfaba la propuesta.

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