Ana Fernández: una historia de superación
La vida no es fácil. Tampoco es compleja. Tiene sus propios mecanismos. Como decía Alejandro Dumas, “la vida es fascinante: solo hay que mirarla a través de las gafas correctas”. A esta actriz madrileña el destino le jugó una mala pasada. Durante un tiempo lo vio todo en blanco y negro, hasta que un cantante con vocación de 'oftalmólogo' le ayudó a recuperar la visión en color.
La actriz Ana Fernández (Madrid, 1989) no es lo que parece. Tras un cuerpo menudo y un rostro serio -"Es que a veces me quedo ensimismada pensando en mis cosas”, se excusa–, se esconde una mujer habladora, decidida, optimista y con una energía desbordante. Gracias a ese carácter se repuso de la pérdida hace tres años de su pareja, el cámara Santi Trancho, y puede afirmar que la vida le sonríe cuando se acerca a los 30. Acaba de finalizar el rodaje de la tercera temporada de 'Las chicas del cable', y es feliz al lado de Adrián Roma, líder del grupo Marlon, con el que ha sorprendido a todos cantando a dúo el tema 'Marzo en febrero'. Amante de una moda sin estridencias –“no soy muy de estampados”, disfruta posando con las tendencias más sexis para las noches de verano. “¡No veo el momento de marcharme a la playa!”, afirma mientras posa sonriente para la cámara de Vanitatis.
Carlota, tu personaje de 'Las chicas del cable', es un regalo: atrevida, rompedora, feminista... ¿Se puede pedir más?
No, la verdad, porque el público ha empatizado mucho con ella. Es una mujer que no tiene una doble cara. Puede decir algo superagradable y a los cinco minutos suelta una verdad como un templo que no sienta nada bien, pero ella es así, no tiene filtros. Y tiene un humor muy irónico que me encanta. Me gusta cómo vive su relación con Sara, sin cuestionarse si es lesbiana o no, o si lo que hace está bien, solo valorando sus sentimientos. De hecho, hemos sido candidatas en Los Ángeles a los premios GLAAD, que otorga la comunidad LGTB, por el respeto con que se muestra la trama entre las dos.
¿Cuánto tiene de ti?
Yo creo que es el personaje más parecido a mí que he hecho, sobre todo porque yo también estoy en un momento muy inquieto. Los psicólogos dicen que cuando nos acercamos a los 30 pasamos por una especie de revolución, nos volvemos más selectivos con lo que deseamos y no cedemos tan fácilmente ante las presiones. A los 20 te apuntas a todo, pero a los 30...
¿Tienes mucho carácter?
Cuando era pequeña, como soy la mayor de los tres hermanos, tenía un punto más marimandón, pero luego se me ha ido pasando y lo que soy es muy resolutiva, muy positiva. De las que piensa que menos la muerte todo tiene solución, así que en mi familia, que somos muy de ayudarnos unos a otros, cuando alguien está un poco bajo dice: “Voy a llamar a Anita, que seguro que me anima…”. Por eso quizá he salido tan bien parada de mis dramas personales, ¿no? También soy muy coherente y muy apasionada, y cuando juntas las dos cosas te afecta mucho todo. Si tengo una pelea, me enfado, lloro…, pero si me lo estoy pasando que te mueres, soy la que más se ríe y hace el tonto.
Como tuve que superar muchas cosas a nivel público, las que me divertían o me gustaban no me apetecía que las vieran los demás, quería quedármelas para mí
¿Cómo es la relación con tus compañeras de serie?
En general nos llevamos bastante bien, aunque tenemos personalidades muy diferentes. Por ejemplo, Blanca Suárez es una persona muy tranquila y si hay algún problema, se lo toma con mucha filosofía, mientras que yo enseguida me enciendo y digo: “Vamos a solucionarlo, ¿no?”.
Te llevaste unos cuantos palos reivindicando la igualdad salarial.
Es un problema que existe en todos los sectores, y yo lo expuse de una forma clara y elegante, sin atacar a nadie en concreto. Hay actores, hombres de mi edad, con series y personajes similares, que suben sus cachés mucho más rápido que nosotras. No se debe vivir con miedo a decir cosas que son verdad. Yo me uní a esa reivindicación en un tono positivo y no entiendo por qué se montó ese lío y me comí ese marrón. Aunque la verdad es que yo dormí muy tranquila por las noches.
Y de repente, un tema con tu novio, 'Marzo en febrero'. Un secreto que tenías muy bien guardado.
Siempre me ha gustado cantar. Recuerdo que mi hermana y yo éramos fans de Ella Baila Sola, nos sabíamos todas sus canciones y nos grabábamos en un casete. En el pasado me he preparado para algún casting de un musical, pero este tema ha sido una sorpresa también para mí.
Nunca habías mostrado esa faceta tuya...
Ahora estoy resurgiendo en muchos aspectos porque, debido a todo lo que pasé hace unos años, me encerré en mí misma para protegerme. Como tuve que superar muchas cosas a nivel público, las que me divertían o me gustaban no me apetecía que las vieran los demás, quería quedármelas para mí. No subía fotos a las redes tipo 'aquí estoy con mis amigos' o 'pintando un cuadro', pero desde hace más o menos un año he recuperado ese espíritu que siempre he tenido y me gusta mostrarlo.
Ser el siguiente a una persona que era muy querida no ha sido fácil para Adri, pero él lo ha afrontado con mucha valentía y sabiendo colocarse en su lugar
¿Cuánto tuvo que ver la llegada de Adrián en ese cambio?
Cuando pasó todo, yo pensaba: “Vida, tienes una deuda conmigo muy importante”, pero no sabía que llegaría tan pronto. Se me juntó conocer a Adri, que me llamara José Luis Garci para hacer teatro, la oferta para trabajar en 'Amar es para siempre'... Para mí, aparte de nuestro amor y de la relación de pareja que tenemos, ha supuesto un empuje para recuperar la ilusión, porque en momentos así crees que ya nunca te vas a volver a enamorar, y para hacer las paces con la vida.
No hablas mucho sobre cómo os conocisteis...
Es algo que me gustaría guardarme para mí, pero fue a través de las redes sociales. Estuvimos un tiempo escribiéndonos, él con muchísimo respeto y yo con mucho miedo. Y pasaron meses hasta que nos vimos cara a cara. Ser el siguiente a una persona que era muy querida no ha sido fácil para Adri, pero él lo ha afrontado con mucha valentía y sabiendo colocarse en su lugar.
¿Y cuál es el secreto para que vuestra relación sea tan buena?
Ambos aprendemos mucho todos los días, madurando juntos con nuestros miedos y nuestras inseguridades. Los dos tenemos trabajos muy difíciles. Mis amigas dicen que no entienden cómo a Adri no le da un parraque cuando tengo que besarme con alguien o cómo no me da otro a mí cuando las chicas le gritan en los conciertos. Pero esa confianza mutua nos ha hecho más fuertes y nos ha unido todavía más.
Como soñar no cuesta dinero, ¿qué te gustaría hacer?
Trabajar con Woody Allen, que es uno de mis directores favoritos. También te podría decir que me encantaría ir a Hollywood, pero afortunadamente, como ahora está todo tan globalizado, no hace falta irse tan lejos.