¿En qué piensan las mujeres? (Estas, en concreto)
Ana Rosa Quintana, Andrea Levy, Ágatha Ruiz de la Prada y Nieves Álvarez. Cuatro españolas influyentes, cuatro trabajadoras, cuatro mujeres, en definitiva, que abogan por la igualdad
unca me harás creer que las mujeres fueron hechas para caminar sobre zancos”. La frase es de la científica francesa de origen polaco Marie Curie (ganadora de dos premios Nobel) y una de las muchas mujeres influyentes de las últimas décadas, en su caso además un símbolo de la liberación femenina, que se han dejado ver alguna vez por los clásicos e interminables pasillos del hotel Westin Palace a lo largo de sus más de 100 años de historia. La cita viene muy al caso porque esta calurosa tarde de junio la cosa en el Palace vuelve a ir de mujeres profesionales y liberadas con capacidad para manejarse con soltura en el ámbito de cierto tipo de radioactividad.
Pega fuerte esta mañana en un Madrid donde los rayos ultravioleta, a pesar de los vaivenes de los termómetros, azotan el asfalto con más fuerza que nunca tras la marea feminista del 8-M, una especie de reacción local al movimiento #MeToo, que ha hecho temblar primero los cimientos del rancio Hollywood y después los de gran parte del mundo dominado históricamente por los hombres. Esta temporada se lleva sin duda el morado en todas sus variantes. Y parece que es un color que ha llegado para quedarse.
Pero esta historia es mejor comenzarla por el final, porque el final de la misma será, sin duda, a poco que consigan, que consigamos, mucho más bello y más justo para las mujeres de lo que lo fue el principio. Así pues, son las seis de la tarde y, mientras el fotógrafo Uxío da Vila y su equipo recogen los bultos de la producción fotográfica que acaba de finalizar, Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) se toma una tila en uno de los sofás de la sala Cánovas del hotel, mientras gestiona por teléfono la publicación de su próxima foto en Instagram. “En Liria, es en Liria”, se le escucha decir. Cuelga y suspira. “Perdona, lo de las fotos es una enfermedad”, se disculpa.
VANITATIS (V): Las redes sociales han sido, de hecho, una herramienta fundamental para la denuncia y concienciación tras la consagración del #MeToo, ¿no le parece?
ÁGATHA (Á): Totalmente. Las redes son fundamentales. Hay que estar en ellas. Hay que decir cosas en ellas.
Un empleado del hotel llama en ese momento a la puerta. Le comunica a Ágatha, con el cuidado con el que se le traslada a un presidente de Gobierno un secreto de Estado, que su exmarido ha abandonado las instalaciones y que ya puede salir sin miedo a cruzárselo. La casualidad ha querido que coincidan en el mismo espacio apenas seis meses después de firmar el divorcio. Un divorcio que a ella parece haberle sabido a gloria.
V: Se podría decir que Ágatha Ruiz de la Prada está en su mejor momento, como las mujeres en general. Es usted una especie de metonimia, de la parte por el todo...
Á: Estoy en mi mejor momento sin duda. Ahora comprendo por qué muchas amigas me llevaban recomendando desde hace mucho tiempo que me divorciara.
V: Imaginemos que llevo una pancarta: “Este es su cuerpo, estas son sus normas”...
Á: Me siento más libre y tengo más ganas de hacer cosas que nunca. Viajo donde quiero, hago lo que me da la gana...
V: A usted parece que le va bien, pero ¿qué queda por hacer en España en favor de las mujeres?
Á: Mucho. Hemos tenido vicepresidenta del Gobierno, alcaldesa de Madrid, presidenta de la Comunidad… Eso era inimaginable hace 20 años. Las mujeres tienen que estar en todas partes.
V: Y a su parecer, ¿quién lo ha impedido?
Á: El machismo es hijo de la historia. Mi abuela no trabajaba, pero mi nieta, que espero tener una pronto, lo hará.
V: Usted es diseñadora. ¿Esta ola de feminismo es una moda?
Á: Yo he sido feminista desde que nací, también ecologista. Hay gente que se aburre y otra que sigue, pero no creo para nada que lo que está pasando sea una moda.
V: ¿Y por qué seguir y no aburrirse esta vez?
Á: He leído miles de libros de vidas de mujeres y otros muchos escritos por mujeres importantes, desde pequeña. Simone de Beauvoir, Andreas-Salomé, Virginia Woolf…
V: Aterricemos en este siglo, si le parece...
Á: Lo máximo hubiera sido que ganara Hillary, que yo soy muy de Hillary. Ahí te das cuenta de las carencias, porque ha sido una cabronada muy gorda. Que no haya ganado no tiene perdón, demuestra que queda mucho por hacer. Pero también valoro que por lo menos ha estado a punto; es un paso.
V: Elija una mujer entre todas las mujeres.
Á: La más feminista de todas era Simone de Beauvoir. Me he leído casi todo de ella. Me leo un libro de mujeres cada 15 días. Pero una mujer que me entusiasma particularmente, quizá por mi profesión, es Coco Chanel. Tengo como 20 biografías. Los grandes genios de la historia de la moda han sido mujeres, sin ningún género de dudas.
Ana Rosa Quintana (Madrid, 1956) ha llegado antes que Ágatha a la cita en el Palace. Cuando lo hace, saluda con afecto a las que serán, al margen de la diseñadora, sus otras dos compañeras de cartel: Andrea Levy (vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular) y Nieves Álvarez (empresaria y presentadora, pero sobre todo una de las modelos más icónicas de nuestra industria de la moda). Quintana es un huracán, un tifón violeta. Si Ágatha es una mujer de literatura y musas, Ana es más de teatro. Así que cuando se le pregunta por sus referentes femeninos, su hemeroteca es el álbum de fotos de su niñez: “Mi madre, sin duda”.
VANITATIS (V): Su madre era feminista, ¿y usted?
ANA ROSA (AR): Sí, de siempre. Y no solo lo considero, también lo he practicado. Mi generación lo cambió todo, porque empezamos a asistir masivamente a la universidad. Desde entonces las mujeres están muy preparadas en este país, pero a veces nos encontramos un tapón.
V: Se refiere, supongo, al famoso techo de cristal. Dígame cómo se rompe.
AR: ¿Que cómo se rompe? Llegando mujeres al poder; al poder político, económico y social, a los puestos de decisión y a los consejos de administración.
V: ¿Me está hablando usted de cuotas?
AR: Las cuotas son un mal necesario, pero si en política no hubiera habido listas ‘cremallera’, seguiríamos con un Parlamento muy masculino. Ojalá no hagan falta las cuotas en el futuro, porque las mujeres ya hemos demostrado que tenemos la solvencia necesaria para ocupar los puestos de dirección.
V: Permítame una pregunta naif: ¿los hombres son el enemigo en esta guerra?
AR: La paridad no se consigue sin los hombres. El feminismo no les excluye. ¿Pero cuántas mujeres hay en los consejos de administración del Ibex? ¿Cuántas en el Tribunal Supremo? ¿Por qué cobran un 20% del salario menos y tienen menos jubilación? Todas esas cosas son las que tenemos que denunciar, hombres y mujeres.
V: Algunos hombres se han sentido atacados y excluidos por el #MeToo...
AR: Me parece bien que las mujeres hayan denunciado los casos de abuso públicamente. Una cosa es contar con los hombres y otra que te toquen el culo.
V: Hablemos de un hombre en concreto, su marido, ¿cómo concilian?
AR: En mi casa hay paridad, mi marido y yo nos responsabilizamos al 50% de todo. Si hay un pediatra por la mañana, va él; a las reuniones del colegio, también; al dentista, que es por la tarde, voy yo.
V: Dígame algo que haya hecho usted por la mujer.
AR: Es responsabilidad de los medios dar voz a las mujeres. Más en este momento. Yo he sido, además, dueña de una productora muy importante, una de las más importantes de este país [habla de Cuarzo], pero jamás he distinguido a hombres de mujeres. Los puestos más relevantes en mi programa, de hecho, han sido para las mujeres.
V: Usted es feminista, pero ¿y el entorno masculino que le rodea? ¿Le han puesto la zancadilla por cuestión de género?
AR: Muchos hombres con talento y formación se han sentido muy incómodos y han llevado mal que yo tuviera puestos de relevancia. Aún hoy lo llevan mal.
Las que no se llevan nada mal son Nieves Álvarez y la propia Ana Rosa Quintana, que comparten charla a menudo entre cambios de ropa tras el biombo y retoques de maquillaje. Andrea Levy, sin embargo, es más tímida y reservada. Ágatha, por su parte, es ese tipo de mujer independiente para todo, incluso para fotografiarse y charlar en grupo.
VANITATIS (V): Hablemos de un tema que divide incluso a las feministas: la prostitución. ¿Debería legalizarse? ¿Empodera a las mujeres que la eligen como profesión de forma libre?
Ana Rosa Quintana (AR): No la ejercen mujeres libremente salvo excepciones muy puntuales. Es un negocio mundial de trata y con eso hay que acabar. No, no estoy a favor de la legalización. Y no, una profesión como la prostitución no puede empoderar.
Ágatha Ruiz de la Prada (Á): Yo creo que la mujer puede y debe hacer con su cuerpo lo que le dé la gana.
Andrea Levy (AL): No es un debate sencillo. Lo que se debería prevenir, cuando hablamos de esta cuestión, es que las mujeres sean víctimas de tratas ni explotación. A partir de ahí, todo lo que se pueda regular para asegurar que la mujer es libre de tomar la decisión es bueno.
V: División de opiniones con la prostitución. ¿Y con la gestación subrogada?
Nieves Álvarez (N): Hay muchos matices. Muchas parejas recurren a ella por necesidad, ¿y por qué no? Pero cada caso hay que examinarlo. Si está todo controlado y se ajusta a medida, estoy a favor.
AL: No es una cuestión sencilla y yo tengo posiciones encontradas. Hay que asegurar que las personas que quieren ser madres y padres lo hagan con todas las garantías, pero el bien jurídico protegido es el menor.
AR: Yo estoy a favor. Es un tema polémico, pero conozco a muchas parejas, sobre todo homosexuales, que son padres maravillosos y no sé hasta qué punto se les puede privar de eso.
Mujeres que hablan de mujeres
Andrea sobre Ana Rosa: “Chapó cuando suspendió el programa el 8 de marzo. Me pareció muy valiente. Es una mujer profesional y eso se ve. Se levanta a las cuatro de la mañana y hay detrás un curro impresionante. Y a veces se la juzga por cuestiones de imagen, pero es una mujer que lleva muchísimos años demostrando que está a la altura”
Ana Rosa sobre Nieves: “Ha luchado por tener una carrera, lo cual a veces supone renuncias, pero la vida es muy larga y tienes que convivir contigo mismo. Hay que ser uno mismo, con libertad. Y la libertad te la da la información y la formación. Las mujeres deben formarse y Nieves lo ha hecho”
Nieves sobre Ágatha: “En el mundo de la moda está reconocida a nivel internacional, pero sobre todo me encanta su personalidad; hace lo que le da la gana y no le importa lo que nadie opina. Admiro a ese tipo de mujer”
Agatha sobre Andrea: “Está en el PP y en Barcelona y se me ocurren pocas cosas menos apetecibles. ¿Que qué podía hacer por las mujeres? Bastante hace. Sobrevivir a tantos insultos, a tantos ataques. Yo no quiero ese trabajo para mí ni loca”
V: Entremos en un tercer tema controvertido cuando menos, que ha provocado la movilización de miles de personas: la liberación de los miembros de La Manada.
AR: Uno puede sentir y opinar lo que sea, pero vivimos en un Estado de Derecho en el que tenemos que seguir las vías legales. El día que no creamos en ese Estado de Derecho, no creeremos en la democracia. Aunque estemos en contra de decisiones como esta, se pueden criticar, pero hay que aceptarlas, y seguir los canales legales para recurrir.
Á: Yo seré clara en esto: han sido poco duros con La Manada. Tenía que haber sido una sentencia ejemplarizante, por lo que cada día estoy un poco más descontenta con las decisiones de la justicia en España; no las comprendo.
AL: Hemos de hacer compatible el respeto por las decisiones judiciales con la traslación de las mismas al sentido común en un tema de tanta sensibilidad social. Me preocuparía que las mujeres se sintieran desamparadas ante situaciones tan graves.
Andrea Levy (Barcelona, 1984) es la más joven de las cuatro mujeres que han querido formar parte de la producción de Mujeres Influyentes orquestada por Vanitatis en este año clave para el feminismo. Tiene, sin embargo, las ideas muy claras. Mujer, catalana, joven, feminista y del Partido Popular. No, no lo está teniendo fácil. ¿Que cómo lleva los ataques? “He vivido ciertas situaciones incómodas, pero jamás me he callado. Yo no me tengo que sentir avergonzada porque alguien me haya tratado de forma machista. La vergüenza tiene que cambiar de lado, por eso hay que denunciar estos casos. Hay que ser valientes y hacerlo público”.
Vanitatis (V): Es usted mujer y diputada del PP, ¿qué opinión le merece este recién estrenado Gobierno socialista?
Andrea Levy (AL): Me parece que las mujeres hemos llegado tarde a muchos ámbitos profesionales y seguramente el de la política es uno de ellos. Más allá de la cuota, ya se ha demostrado en España que estamos capacitadas para ejercer el poder, por lo que no nos debe sorprender, lo debemos ver con total normalidad.
V: Se resiste a decir algo bueno...
AL: No, yo quiero que las mujeres estén en los altos cargos. Muchas veces sigo viendo fotos de directivas empresariales y te preguntas cómo es posible que no haya ninguna mujer. Debe llamar la atención. Pero la normalidad solo se alcanza con conciencia.
V: Pues visto lo visto el 8-M parece que esa conciencia ha crecido. ¿Qué cambió? ¿Por qué tantas mujeres, e incluso hombres, en las calles?
AL: A lo mejor eso, los hombres. No podemos hablar de feminismo sin que los hombres tomen conciencia. Se debe implicar a los hombres en la lucha feminista y en la igualdad, en la conciliación, en la ruptura de ese techo de metacrilato, que es sexista y es real.
V: ¿Algún hombre le ha hecho sentirse mal en el ejercicio de su profesión por el mero hecho de ser mujer?
AL: He sentido más machismo por parte de los políticos de izquierdas que de derechas; me tratan con mucha más condescendencia y paternalismo.
V: ¿Dónde está el límite, en la mano de Monedero en el hombro de Soraya?
AL: Aquello fue más de abusón que de machista. Más de soberbio. Yo le hubiera soltado una fresca.
V: Sabemos que a usted le gustan la música y los festivales: hábleme de la polémica del cantante Mikel Izal y las acusaciones de acoso en redes sociales.
AL: Lo de Izal a mí me parecía una bravuconada. No se puede señalar a alguien porque sí.
V: Merkel, una de las mujeres más poderosas del mundo, ha dicho que no se considera feminista.
AL: ¿Sí? Bueno, no nos podemos perder en los subtonos. Dentro de el feminismo habrá muchos matices.
V: Otra mujer conocida ha dicho: “El feminismo es una moda”.
AL: ¿Qué? Para nada.
V: La frase es de una mujer española, joven, actriz… Blanca Suárez.
AL: Se la habrá malinterpretado.
V: Ha insistido.
AL: ¿Ha insistido? Tendría que hablarlo con ella.
V: ¿Cuándo dice Andrea Levy "es tarde y yo aquí me bajo hoy del cargo"?
AL: Se concilia la vida personal con la profesional, no al revés. Nunca al revés. Lo personal siempre tiene que ser lo más importante. Hay que ponerse límites y solo traspasarlos en excepciones. Por ejemplo, yo puedo tener comidas de trabajo, pero intento no tener cenas. Yo se lo he dicho a mi equipo: a partir de las 7:30 horas ya estoy trabajando, por lo tanto no tengo por qué llevarme el trabajo más allá de las diez de la noche.
Nieves Álvarez (Madrid, 1974), por su parte, tiene claro que luchará siempre por la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, pero no se considera feminista al extremo. “Yo creo en la capacidad de la mujer para desarrollar todo lo que quiera. Nuestro papel ha cambiado con el tiempo y hemos demostrado que somos capaces de poder llegar a altos cargos como los hombres. Pero un cargo debe ser ocupado por el más apto, sea hombre o mujer".
VANITATIS (V): ¿Pero todo este movimiento entonces no es necesario?
Nieves Álvarez (N): Sí, hay que dar visibilidad a todos los casos de abusos de poder y abusos sexuales. Pero eso es otra cosa distinta.
V: ¿Quiere decir que en lo que no cree usted es en la cuotas?
N: En efecto, no creo que deba haber el mismo número de hombres que de mujeres en los puestos de trabajo, sino aquel que esté más formado y capacitado.
V: ¿Entonces qué opina de este nuevo Gobierno?
N: No tengo opinión de juicio. No sé lo que van a hacer.
V: Le pido que valore simplemente el hecho de que sea el primer Gobierno con más mujeres que hombres.
N: Espero que el presidente las haya elegido porque cree que esas mujeres estaban más capacitadas para ese puesto que los hombres que tenía como alternativa. Que no sea por el #MeToo. Espero que las haya elegido porque son las mejores profesionales para desempeñar ese cargo, cosa que no dudo.
V: Usted ha sido modelo, ¿aumenta eso las posibilidades de acoso?
N: Estás hablando con una mujer que vive en una profesión donde las mujeres mandan. Las modelos hemos tenido mucho más poder que los hombres modelos. Va cambiando, sí. Un Jon Kortajarena o un Velencoso están hoy a un buen nivel, pero en los noventa no era así. Las mujeres estaban muy por encima de los hombres. Nunca he sentido acoso de un fotógrafo, nunca me he sentido discriminada o incómoda.
V: Woody Allen ha dicho que no volverá a guiñar el ojo a una mujer si no es en presencia de su abogado (sic).
N: Un amigo me decía hace unos días, entre bromas, que ahora va a grabarlo todo. Los hombres se han sentido amenazados por ciertas cuestiones derivadas de esta ola de feminismo.
V: ¿Puede una mujer ser feminista y que le abran la puerta del coche?
N: Hay casos que no puedo entender. Hay mucho caos. Para unas cosas interesa el momento caballeroso de un hombre y para otras no. Para pagar la cuenta, interesa. Hay que valorar las cosas en su justa medida. Claro que me encanta que me abran una puerta. Y lo puedo hacer yo, y lo hago, porque soy una mujer independiente que lo intenta hacer todo sola. Pero en algunos momentos es precioso. Yo a mis hijos les enseño educación y caballerosidad.
V: ¿Dígame, por último, una mujer a la que admire?
N: Oprah Winfrey.
V: ¿Por su discurso en los Globos de Oro?
N: No, de toda la vida, porque yo he vivido muchos años en EEUU. Hay mujeres que tienen un carisma especial, que desprenden una energía que las hace únicas.
Únicas. Bonita palabra para terminar un texto de mujeres. Mujeres que rugen hoy con más fuerza que nunca. Porque, eso es obvio ya para muchos, si hay una verdadera manada en España son ellas, no ellos.
Entrevista: Nacho Gay (director de Vanitatis)
Fotografía: Uxío da Vila
Estilismo: Carla Aguilar (directora de moda de Vanitatis)
Vídeo: Helena Sánchez
Asistentes de Fotografía: Míriam Pérez y Edu Orozco
Asistente de Estilismo: Sandra Muñoz
Maquillaje y Peluquería: Crisanto Blanco y Angela Blanco
Agradecimientos: Hotel Westin Palace
unca me harás creer que las mujeres fueron hechas para caminar sobre zancos”. La frase es de la científica francesa de origen polaco Marie Curie (ganadora de dos premios Nobel) y una de las muchas mujeres influyentes de las últimas décadas, en su caso además un símbolo de la liberación femenina, que se han dejado ver alguna vez por los clásicos e interminables pasillos del hotel Westin Palace a lo largo de sus más de 100 años de historia. La cita viene muy al caso porque esta calurosa tarde de junio la cosa en el Palace vuelve a ir de mujeres profesionales y liberadas con capacidad para manejarse con soltura en el ámbito de cierto tipo de radioactividad.