Si te vas de vacaciones, no copies este 'curioso' look de Paris Hilton

Que Paris Hilton es una de las mujeres más inteligentes del show business en Estados Unidos es algo que la rubia dejó claro hace años. La desheredada del imperio hotelero es conocida por haber creado un modelo de negocio que consiste, básicamente, en vivir de ser ella misma: vende perfumes low cost que le reportan una millonada, organiza los eventos más deseados de Hollywood y se recorre el globo ‘pinchando’ en los clubes más selectos por el módico precio de 260 mil euros la sesión (en Ibiza tiene una residencia anual que le asegura este presupuesto).

Recordemos que ella fue, además, la persona que inventó a Kim Kardashian, literalmente, ya que era su asistente personal cuando la esposa de Kanye West saltó a la fama. Pero, claro, ni todo el dinero del mundo ni la mejor agenda de contactos podría darle el estatus de referencia en cuanto a estilo, porque Hilton destaca por ser justo lo contrario.

Prueba de ello es el look que ha paseado por el aeropuerto de Los Ángeles de la mano de su prometido, el actor Chris Zylka, con el que formalizó su relación el pasado año a través de un anillo valorado en 1,6 millones de euros (para más tarde perderlo y encontrarlo en una hielera, como puedes leer aquí). Con el color rosa por bandera, la empresaria luce un look de Moschino que combina con un crop top adolescente, dos trenzas y unas bailarinas totalmente disparejas al resto del modelito. Es decir, un fondo de armario 100% Hilton.

De hecho, parece que la norteamericana sigue estancada en la moda que reinaba a principios de la década del 2000, la misma que no fue un revival de ninguna década y que, según los expertos, es la etapa de tendencias más hortera hasta la fecha. También sería honesto decir que Hilton inventó esta moda, que más tarde popularizaron otras artistas como Britney Spears o Hilary Duff. La DJ y multimillonaria fue, a grandes rasgos, un continuo referente social durante toda esa década.

Repite 'total pink' en menos de una semana

Y por si creías que esta metedura de pata era algo ocasional y extraordinario, hace apenas una semana volvía a montarse en su avión privado con su chihuahua entre brazos y otro modelito totalmente rosa y esperpéntico. Era ella misma la que compartía las instantáneas en su Snapchat (sí, en Estados Unidos la app sigue vigente).

Solo una artista de su calibre, hecha a sí misma y sin ningún tipo de complejos, podría permitirse este tipo de licencias. Porque tras más de una década acaparando titulares que la tachaban de ‘princesa indomable’, la única realidad es que Hilton ha elegido vivir tal y como quería, sin ningún tipo de filtro o tapujo. Justo lo que la hace rodearse de miles de fans que la esperan en cada rincón del globo para rogarle un selfie, una foto a la que, por cierto, ella nunca se niega.