En las tripas del Palacio de Liria, el Downton Abbey español
En pocos días se convertirá en escenario de la boda del año, la que unirá a Fernando Fitz-James con Sofía Palazuelo. Así es el día a día en casa del duque de Alba, un 'hogar' de 200 habitaciones
La fachada del Palacio de Liria desafía brillante al paso del tiempo. El edificio neoclásico y sus imponentes jardines son un remanso de tranquilidad ajeno al tráfico de Madrid que lo acaricia por sus cuatro costados. El próximo 6 de octubre se convertirá en el escenario de la boda del futuro duque de Alba, Fernando Fitz-James, con Sofía Palazuelo. Su padre, Carlos, y su abuela, Cayetana, celebraron sus esponsales en Sevilla (el segundo matrimonio de la duquesa con Jesús Aguirre sí fue en Liria, pero había más periodistas que invitados), por lo que la cita es histórica. Las paredes que un día proyectara Ventura Rodríguez y que con tanto cariño don Jacobo Fitz-James y su hija Cayetana remozaran tras la Guerra Civil albergarán la mayor reunión de la alta sociedad española vista en mucho tiempo.
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Construido en 1773 por el III duque de Berwick, el llamado 'hermano pequeño del Palacio Real' tiene mucha más vida de lo que pudiera parecer. A día de hoy sigue siendo la residencia habitual de los duques de Alba y es la sede de la Fundación Casa de Alba. Los miembros de la familia ven la televisión, duermen y estudian rodeados por una de las colecciones de arte privadas más destacadas del mundo.
Mantener abierto y habitable un palacio de 3.500 metros cuadrados distribuidos en 200 habitaciones (de las que 26 son salones) no es tarea fácil. De ello se ocupa un completo equipo de servicio que está las 24 horas pendiente de sus habitantes, en turnos de ocho horas. Los empleados son extremadamente leales y forman parte de la familia.
El personal cuenta con varias habitaciones propias. A menudo bromean con el hecho de que están decoradas con los vetustos muebles y los cortinones que 'sobran' de los salones palaciegos. Como en Downton Abbey, hay una eficaz ama de llaves que tiene registrada hasta la última cuchara de la cubertería. También hay una persona que atiende personalmente al duque de Alba, lo que antes se conocía como un ayudante de cámara.
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El palacio concentra sus salones más importantes en la primera planta, la noble, enfilados y con balcones abiertos hacia los jardines. Los espacios interiores quedan reservados a la escalera principal, escaleras secundarias, la capilla donde se casarán Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo y otras estancias de menor importancia. En la planta baja destaca la amplia biblioteca, con unos 9.000 libros, y la planta alta cuenta con salones más pequeños e informales, aunque igualmente decorados con pinturas y antigüedades. Los extremos del edificio albergan habitaciones más reducidas, que son las que actualmente se ocupan como vivienda.
Como ha ocurrido en otras mansiones europeas de la aristocracia, sus habitantes han decidido alquilarla para eventos privados que ayuden a costear los numerosos gastos que conlleva su mantenimiento. El Palacio de Liria lleva rentándose desde 2012, aunque su elevado coste (entre 30.000 y 40.000 euros por evento) no lo hace apto para cualquiera. Además, ellos eligen. No se celebran bodas ni eventos familiares que no sean del clan y las empresas que quieren alquilar el palacio deben contar con un perfil determinado.
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¿Como cuál? Para que se hagan una idea, algunas de las empresas que han conseguido acceder al Palacio de Liria han sido las firmas europeas Montblanc o Louis Vuitton. A veces el acuerdo incluye una visita guiada por el interior del palacio para los invitados antes del cóctel, momento en que pueden ver la legendaria biblioteca o alguno de los documentos autógrafos de Colón que custodia la Casa de Alba.
La duquesa Cayetana de Alba llevaba con estoicismo estos eventos (llegó incluso a negar a los periodistas que el palacio se alquilara, al grito de "¡qué horror!"). Los beneficios obtenidos eran y son apreciables para la Fundación Casa de Alba, pero ella no mostraba especial simpatía por los extraños que paseaban por el que era su hogar.
Los Alba trabajan con un catering en exclusividad y solo alquilan los exteriores. El jardín trasero, al estilo de Versalles, luce un encanto especial con sus parterres, sus setos geométricos y su fuente del siglo XVIII en el centro. También será ahí donde se celebre el banquete de la boda del duque de Huéscar y Sofía Palazuelo. Un escenario sin duda de cuento para una boda de leyenda.
La fachada del Palacio de Liria desafía brillante al paso del tiempo. El edificio neoclásico y sus imponentes jardines son un remanso de tranquilidad ajeno al tráfico de Madrid que lo acaricia por sus cuatro costados. El próximo 6 de octubre se convertirá en el escenario de la boda del futuro duque de Alba, Fernando Fitz-James, con Sofía Palazuelo. Su padre, Carlos, y su abuela, Cayetana, celebraron sus esponsales en Sevilla (el segundo matrimonio de la duquesa con Jesús Aguirre sí fue en Liria, pero había más periodistas que invitados), por lo que la cita es histórica. Las paredes que un día proyectara Ventura Rodríguez y que con tanto cariño don Jacobo Fitz-James y su hija Cayetana remozaran tras la Guerra Civil albergarán la mayor reunión de la alta sociedad española vista en mucho tiempo.