El biquini de Carbonero: ¿Robado o pactado?

La sombra de la sospecha planea sobre Iker Casillas y Sara Carbonero. Tanta perfección, tanto amor y tanta pillada, hasta en la piscina de un hotel, escama. Más de uno ya empieza a plantearse si la primera imagen de Carbonero en bikini no habrá sido más fruto de un pacto que de un seguimiento exhaustivo por parte de los paparazzi.

Unas imágenes sacadas tan de cerca hacen difícil imaginar un seto tan próximo y tan grande como para cobijar a un fotógrafo sin que la pareja se diera cuenta. Las fotos tienen tanta calidad como para que ¡Hola! haya podido publicarlas a toda página sin que salga ni una sola granulada o desenfocada.

Cabe la posibilidad de que los fotógrafos también fueran huéspedes del hotel y sacasen las fotografías desde la terraza de una de las habitaciones del establecimiento. Pero las malas lenguas prefieren pensar que la pareja podría haber sido consciente de que les estaban fotografiando y mostrar su mejor cara o, incluso, haber entablado algún tipo de contacto con los fotógrafos sin ningún ánimo de lucro. Dinero, por suerte, no les falta.

Al fin y al cabo, desde la publicación de la imagen de Sara en biquini no ha vuelto a aparecer ninguna instantánea de los dos tortolitos, que continuaron su viaje por la zona oeste de Estados Unidos en Las Vegas, después de cenar en casa de Eva Longoria. Posaran o no, parece que, por arte de magia, ya no son objetivo de los fotógrafos.