Tener o no wedding planner: ¿por qué es una buena inversión?

Son muchos los elementos a tener en cuenta cuando comienzas los preparativos de una boda. Más allá del vestido de novia, el lugar de celebración o el catering que servirá la comida en el gran día, existen detalles igual de importantes que podemos pasar por alto si nadie nos recuerda que también forman parte de la organización, para esto precisamente existe la figura del wedding planner.

Una figura que ha ido adquiriendo cada vez más relevancia en el mundo nupcial y a la que acuden cada vez más novios con el objetivo de que todos los aspectos del enlace, antes, durante y después de este, estén a su gusto y sigan su estilo. Si todavía dudas sobre invertir cierta cantidad o no en un wedding planner, te damos todas las claves de este servicio para que sepas, a ciencia cierta, si merece o no la pena.

¿Qué hace un wedding planner?

El trabajo de un wedding planner comienza desde el mismo momento en el que habéis decidido daros el "sí, quiero" y contactáis con él. Normalmente, se lleva a cabo una primera conversación o entrevista en la que se transmite, a grandes rasgos, como queréis que sea vuestra boda y, sobre todo, cuando. A partir de entonces, el profesional elabora un calendario en el que se sitúan todos los elementos que se deben considerar y se cierran algunas de las futuras reuniones.

Claro está, la manera de trabajar de cada organizador de bodas es distinta, habrá quienes actúen con cierta independencia o quién os lo consulte todo; en cualquier caso, nada se realizará sin vuestro consentimiento. Entre las actividades con las que os puede ayudar se encuentra: la búsqueda de lugares donde adquirir el vestido de novia y el traje del novio, la paleta cromática que queréis en vuestro enlace, la gestión de mesas e invitados, la música, la supervisión durante el evento, el lugar, el catering...

¿Cuánto cuesta un wedding planner?

Las tarifas de un wedding planner varían en función de cómo sea el mismo, el reconocimiento que tenga, si es freelance o forma parte de una empresa etc. Como en todo en la vida, la clave está en buscar hasta dar con el indicado que se adapte perfectamente a vuestra forma de ser y pensar. Eso sí, la actitud que hay que tomar es la de considerar al organizador como un aliado e incluso un amigo, no como un gasto pues se trata de una persona con cualidades y capacidades que nos ayudarán a tomar decisiones y, muy probablemente (si es buen profesional) a ahorrar tiempo y dinero.

Existen dos variantes en lo que respecta al precio: o bien, una suma fija acorde a las tarifas de la empresa o el profesional (puede ser por horas, reuniones, mes, boda completa etc.) o bien, que cobre un porcentaje sobre el coste total del enlace (10 - 15 % de los gastos aproximadamente); esta última modalidad se da para asegurar el pago del esfuerzo basándose en el número de invitados, los servicios requeridos, las horas de más trabajadas...

¿Dónde buscar un wedding planner?

Esta pregunta parece sencilla: en Google. Es cierto que Internet nos será de gran ayuda para tener un primer acercamiento al ámbito de los organizadores de boda y tener más claro qué es lo que buscamos. Sin embargo, nosotras te recomendamos visitar de manera presencial aquellas oficinas que tengas cerca de casa o en tu ciudad (así podrás ir siempre que quieras en caso de que surja algún incidente) para conocer de primera mano lo que hacen y establecer una relación más cercana.