Analizamos pros y contras de casarse en primavera
Es la época de las flores, pero también de las alergias; analizamos los puntos a favor y los inconvenientes de organizar una boda en primavera
Antes de comenzar a organizar una boda, conviene tener claro algunas cosas básicas y la fecha de la celebración es una de ellas. Aunque pueda parecer una preocupación secundaria, sobre todo para quienes no tienen una fecha en mente, lo cierto es que puede ser determinante a la hora de comenzar el resto de preparativos, tener claro la fecha nos puede ayudar en la toma de decisiones, por ejemplo, si la boda tiene lugar en invierno, requiere un poco más de trabajo.
Lo mismo sucede cuando la fecha es en verano, aunque por motivos diametralmente opuestos, tanto para que los invitados no pasen frío, como pensando en que no tengan excesivo calor, tendremos que organizar algunos detalles extra, tanto si la celebramos en el interior, como si preferimos hacerla al aire libre. En busca de unas temperaturas más templadas, no es raro que mucha gente prefiera la primavera para celebrar su enlace.
Durante estos meses del año, las temperaturas son suaves, no hace demasiado frío y tampoco demasiado calor, lo que permite looks ideales, tanto si queremos ir de manga larga como para aquellas que prefieran escoger un vestido de novia más ligero. También es ideal para los invitados que escojan el traje para acudir al enlace, evitando que pasen demasiado calor con esta tradicional prenda de gala.
Esta época se convierte en la ideal para las bodas al aire libre, no solo por el buen tiempo, también porque los días comienzan a ser más largos, por lo que las horas de luz son más pudiendo alargar la celebración incluso si esta comienza a media tarde. No podemos dejar de señalar que es la época de las flores, por lo que los jardines o fincas suelen estar en su mejor momento, radiantes, llenos de flores y alegría.
Estos dos detalles que están a su favor, también son sus dos mayores hándicaps porque las temperaturas son más suaves, pero el clima es más inestable, por lo que hay que estar preparada por si amanece lluvioso o si a lo largo del día las nubes comienzan a cubrir el cielo. Por otra parte, a pesar de la indudable belleza de las flores, grandes protagonistas de cualquier boda, en primavera es cuando las alergias atacan con más fuerza, lo que puede hacer incómoda la fiesta, sobre todo si son los novios quienes las padecen.
A pesar de estos inconvenientes, la primavera es una de las épocas más solicitadas, por eso si quieres celebrar tu enlace en estas fechas tendrás que reservar con gran antelación, es temporada alta por lo que no siempre resulta sencillo que las fincas o lugares en los que queremos organizar el enlace estén disponibles en las fechas que nos interesan, por este mismo motivo los precios suelen ser un poco más elevados con respecto al invierno.
Es muy probable que llegue el día del enlace y no hayamos podido disfrutar de demasiados días de sol como para lucir un saludable tono bronceado, no cuentes con llegar morena a la boda, un contratiempo sin duda menor, pero que conviene tener en cuenta. Por suerte, no todo es negativo, no podemos olvidar que es una fecha en la que la gente no está de vacaciones, salvo que escojas casarte en Semana Santa, por lo que nadie tendrá que modificar sus planes para poder acudir a la boda.
Dejando de lado las alergias, la primavera nos ofrece una gran cantidad de ventajas, desde la belleza de las flores y sus colores, que podremos incorporar en el ramo de novia y en la decoración del lugar, a las temperaturas que nos ayudan a planear una velada agradable, tanto si escogemos el principio de la primavera en marzo y abril como si esperamos al final, en el mes de junio. Solo tendrás que organizarlo todo con tiempo y tener un plan B por si empieza a llover, algo que la mayoría de salones ya suelen tener planificado.
Antes de comenzar a organizar una boda, conviene tener claro algunas cosas básicas y la fecha de la celebración es una de ellas. Aunque pueda parecer una preocupación secundaria, sobre todo para quienes no tienen una fecha en mente, lo cierto es que puede ser determinante a la hora de comenzar el resto de preparativos, tener claro la fecha nos puede ayudar en la toma de decisiones, por ejemplo, si la boda tiene lugar en invierno, requiere un poco más de trabajo.