Descubre estos espectaculares sitios para casarte en Guadalajara
Déjate conquistar por algunos de los maravillosos rincones que esconde esta provincia de Castilla La-Mancha, las fincas de boda de Guadalajara te van a enamorar
En ocasiones, una de las cosas que más dudas y problemas genera en lo que respecta a los preparativos de una boda, es elegir el lugar en el que se llevará a cabo la celebración. En la decisión final influyen varios factores como el presupuesto, el número de invitados y, sobre todo, la localización, que a poder ser no debe de estar muy lejos del lugar en el que viven los novios y/o la mayoría de sus invitados para evitar los costes de transporte o alojamiento.
Existen parejas que, aunque se conocieron en un determinado sitio, tienen sus respectivos lugares de origen muy lejos por lo que optan por casarse en un punto medio; otras, a fin de reducir el precio, buscan fincas situadas en otra ciudad, aunque esto conlleve el esfuerzo de desplazarse. En ambos casos, y por supuesto también para aquellos que viven en la ciudad, Guadalajara es una buena opción, teniendo en cuenta, entre otras cosas, su situación geográfica. Si tu deseo es hacer lo propio en esta provincia de Castilla La-Mancha; te enseñamos algunos de sus espectaculares enclaves para dar el “sí, quiero”.
Dehesa de Valbueno
No podemos comenzar esta selección sin mencionar un lugar del que ya os hemos hablado en otras ocasiones en Vanitatis. Se trata de la espectacular finca que posee Samantha Vallejo-Nágera en Guadalajara, a tan solo 20 minutos del centro de Madrid. La propiedad, llamada Dehesa de Valbueno, puede acoger hasta 400 invitados gracias a sus diferentes salones y jardines y cuenta con un nutrido pasado histórico a sus espaldas.
Sus primeros propietarios fueron los monjes dueños del monasterio de los Jerónimos. Y no fue hasta 1726 cuando quedó convertida en señorío por don Tomás de Yriberri y Goyeneche, caballero de Santiago, tesorero del rey y primero en ostentar el título de marqués de Valbueno. A destacar, el espectacular pinar de más de 400 años de antigüedad que mantiene su esencia original gracias a su vegetación salvaje y se ha convertido en uno de los espacios más solicitados.
El Molino del Batán
Ubicado en la comarca del señorío de Molina-Alto Tajo, concretamente en Molina de Aragón, se encuentra el Molino de Batán. Una gran finca compuesta por un molino, una casa solariega y una amplia extensión de terreno dedicado al cultivo y la huerta. A fin de obtener como resultado el enclave del que podemos disfrutar hoy, tuvo que llevarse a cabo un proyecto que supuso la rehabilitación integral de uno de los mayores y más famosos molinos del siglo XIX que existieron a la vera del Río Gallo.
El espacio ofrece alojamiento y servicios para bodas que incluyen ceremonia, banquete, fotografía, música y decoración. Posee con amplios jardines para realizar el enlace al aire libre o la posibilidad de instalar una carpa a preferencia de los novios.
San Salvador de Atienza
San Salvador de Atienza es uno de esos lugares mágicos; un conjunto medieval rodeado de vegetación que cuenta con la primitiva Iglesia Románica de San Salvador original del siglo XII y trasladada en el siglo XVI. El enclave es ideal para realización de eventos y bodas porque 4.000 metros cuadrados de jardines con impresionantes vistas rodean a la edificación. "Por un momento dudará de estar en la Castilla Mudéjar o en la Campiña Toscana", afirman desde su propia web.
Los novios pueden elegir darse el "sí, quiero" en la mencionada Iglesia o en cualquiera de las otras cinco abiertas al culto en Atienza. Según explican desde su página, en La Trinidad, cercana a San Salvador, la novia puede llegar andando mientras suenan las campanas de la Iglesia. Además, cuentan con todo lo necesario para llevar a cabo, también, una inolvidable ceremonia civil. Un entorno único que os transportará a la Edad Media.
Parador de Sigüenza
Muchas parejas no tienen en cuenta la posibilidad de celebrar su boda en un parador y el de Sigüenza, precisamente, es perfecto para tal fin. Este lugar cuenta con una capilla románica del siglo XIII y dos amplios salones para el banquete (el Salón de Doña Blanca y el Salón Cardenal Mendoza) que pueden albergar hasta 300 invitados.
Además del entorno idílico y las impresionantes vistas que rodean al enclave se trata de un sitio con muchísima historia, ya que es un palacio-fortaleza (ahora parador) que ejerció de residencia habitual los obispos seguntinos hasta mediados del siglo XIX. Sufrió destrozos a consecuencia de la invasión francesa y, posteriormente, en la guerra civil española y ha sido restaurado en varias ocasiones, pero mantiene sus orígenes de antaño romanos con influencias árabes.
En ocasiones, una de las cosas que más dudas y problemas genera en lo que respecta a los preparativos de una boda, es elegir el lugar en el que se llevará a cabo la celebración. En la decisión final influyen varios factores como el presupuesto, el número de invitados y, sobre todo, la localización, que a poder ser no debe de estar muy lejos del lugar en el que viven los novios y/o la mayoría de sus invitados para evitar los costes de transporte o alojamiento.