Las 4 claves para elegir el perfecto look de madrina

Cuando se acerca el día de una boda, todas las miradas se posan en los novios que, evidentemente, son los protagonistas de tal evento. La emoción de sus rostros, sus atuendos, el ramo de la novia... son muchos los elementos que acaparan la atención de los invitados durante la ceremonia y la posterior fiesta, pero también hay otros que no están tan relacionados con los novios, sino con otras figuras importantes como pueden ser los encargados de dar un discurso, los testigos o los padrinos.

Es en este último punto -el de los padrinos- donde queremos detenernos hoy y más especialmente, en el papel de la madrina. Una función basada (generalmente) en acompañar de manera física y emocional al novio, ya sea a su llegada del brazo al lugar del enlace o durante el resto del día. Es así, la otra protagonista después de la novia y por esta razón es importante que elija correctamente su look a fin de ir acorde al protocolo y lo más importante, sentirse absolutamente guapa y cómoda.

1. ¿Qué dice el protocolo?

Según las normas estilísticas no escritas de cómo debe de ir una madrina vestida en nuestro país, lo ideal es que lo haga con un vestido largo, ya sea un evento de noche o de día. En este sentido, poco a poco se han ido relajando los códigos y para bodas civiles de día, la mayoría de madrinas optan por vestidos cortos tipo cocktail. Si bien es cierto, la tradición indica que para enlaces más solemnes como las bodas religiosas, las madrinas deberán ir con mantilla o tocado.

2. El color perfecto

Lógicamente, las tonalidades prohibidas para una madrina son aquellas que puedan parecerse al vestido de la novia a fin de cederle todo el protagonismo. De esta manera, una madrina evitará siempre el blanco y los colores neutros o crudos, teniendo mayor libertar para optar por colores vibrantes con distintos acabados; los más utilizados: azules, rojos, corales, verdes, mostaza, lila… También es importante evitar el negro y dejarlo para otro tipo de fiestas u ocasiones menos alegres.

3. Tipos de vestidos

Como sucede con los vestidos de novia, las opciones para encontrar el vestido de madrina perfecto son casi infinitas. Si bien, no es tan común ver a madrinas con estilismos compuestos a partir de pantalones o dos piezas de falda y chaqueta, aunque si la boda es de estilo informal, podría darse el caso.

Así, los diseños disponibles en las diferentes firmas de moda nupcial irán acordes a las tendencias que imperan en el sector y podremos encontrarlos de corte ajustado, silueta acampanada, con mangas abullonadas, de largo midi y detalles drapeados... y con un elemento que no pasa de moda: el encaje.

4. Fiel a tu personalidad

Más allá de decantarte por uno u otro vestido siguiendo las reglas del protocolo o la moda, lo ideal es llevar aquella pieza con la que te sientas cómoda y, sobre todo, refleje tu personalidad. No es un día para arriesgar, sino para potenciar todas tus virtudes y, diga lo que diga la tradición, si eres bajitas y prefieres prescindir de los diseños largos, podrás hacerlo de igual manera que si prefieres disimular alguna parte concreta del cuerpo como pueden ser los brazos, no tienes por qué ir en tirantes.

En este sentido, si no encuentras nada que te vaya a hacer sentir como una reina en un día tan importante, valora la posibilidad de hacértelo a medida en un atelier, teniendo en cuenta que así, podrás incluso incluir algún detalle personal a juego con el novio, la novia o la paleta cromática del enlace en cuestión, por ejemplo.