7 ventajas de celebrar tu boda un viernes que debes tener en cuenta

Aunque tradicionalmente son en fin de semana, cada vez más gente se muestra partidaria de celebrar su boda un viernes y lo cierto es que, viendo la cantidad de ventajas que tiene, cada vez nos sorprende menos. Poco importa si es un evento de mañana o de tarde, una boda de verano o de invierno, en este caso es el día de la semana en el que marca la pauta y el que consigue que nuestra boda sea única y perfecta.

El primer pro que nos encontramos cuando queremos celebrar una boda en viernes es la gran libertad para escoger fecha. Como hemos señalado, no es habitual que las parejas quieran casarse en este día de la semana -al fin y al cabo es más que habitual trabajar los viernes-, por eso casi todos están disponibles para que los enamorados escojan esta fecha para imprimir sobre sus invitaciones de boda.

Esto es una ventaja para encontrar el lugar de la ceremonia, pero también para reservar salones en los que celebrar la posterior fiesta, además, hay más posibilidades de que tenga esa fecha disponible el maquillador de tu elección o el peluquero que elijas, seguramente no tengas que tener un plan B a la hora de escoger un fotógrafo o buscar alternativas al DJ. En general, suelen tener las agendas más despejadas para ese día.

Precisamente gracias a eso puedes estar segura de que el día de tu boda será solo para ti y no tendrás que compartir espacio con otra boda que haya escogido la misma fecha que vosotros. Hay muchas posibilidades de disfrutar del bonito lugar de celebración solo para tus familiares y amigos, y nadie tendrá que darse prisa en despejar el lugar de la ceremonia porque hay un nuevo evento después.

Aunque no suele ser una gran diferencia, puede que consigas también mejores precios, Igual que sucede con la diferencia entre temporada alta y temporada baja. Al fin y al cabo, no es algo frecuente reservar esos espacios para una boda en viernes, por lo que es un extra que a los negocios no les viene nada mal, y al presupuesto de la boda, tampoco.

No hay duda de que quien lo deja todo para acudir a una boda que se celebra un viernes, además de podérselo permitir -en muchas ocasiones es necesario tener días libres en el trabajo o pedirlos de vacaciones-, lo hace porque de verdad quiere participar junto a los novios en el que será uno de los momentos más importantes de su vida. En esa boda estará quien realmente quiera estar.

Las bodas son grandes celebraciones en las que, habitualmente, se come y se bebe más de lo que se debería. Al ser un viernes, tienes dos días para recuperarte por completo de esta fiesta antes de tener que volver a la rutina, lo que hace que encares el lunes de otra forma. Además, si es en una ciudad diferente a la tuya, puedes hacer algo de turismo y el viaje de vuelta lo encaras descansado y no tras una noche de baile y diversión.

Celebrar la boda un viernes deja la posibilidad a poder reunirte con algunos de los invitados al día siguiente, de una forma un poco más relajada, comentando los pormenores de la ceremonia, poniéndoos al día con calma una vez que todo ha pasado y los nervios han quedado atrás. Como ves, hay muchos motivos para saltarnos las tradiciones y apostar por este día para organizar el enlace. Además, ¿a quién no le gusta un viernes?