Ideas para organizar una preciosa boda de otoño

El otoño es una estación cargada de magia, gracias a sus colores y su clima cambiante, que deja atrás el calor del verano y no deja días tan fríos como el invierno. Por eso organizar una boda en otoño nos ofrece infinidad de posibilidades, eso sin contar con que, al ser considerada temporada baja para este tipo de eventos, es más sencillo que consigamos las fechas que queremos y así como los salones de celebración que más nos gustan.

Esta época es perfecta para todas esas novias que tienen muy claro que no solo quieren llevar el vestido perfecto para ellas, con el que se sientan guapas y cómodas, que se ajuste a su figura y potencie sus partes preferidas y las que más seguras les hacen sentir, también para las que siempre han soñado con esos estilosos vestidos de manga larga que en muchas zonas son impensables en los meses de primavera y verano a causa de las altas temperaturas.

Los meses más calurosos nos piden vestidos ligeros, casi etéreos, pero cuando el tiempo cambia lo hacen también nuestros gustos y nos apetecen más vestidos un poco más recargados. Abrimos nuestra mente y descubrimos los diseños más barrocos, los que nos invitan a lucir un cuello alto, cargados bordados joya o incluso a los que nos apetece incorporar una capa, ideal para lidiar con las bajas temperaturas, pero complemento con el que además añadimos elegancia y estilo a nuestro look nupcial.

Esta es una de las estaciones más románticas del año gracias a las tonalidades doradas que lo cubren todo, desde las copas de los árboles hasta la luz, que adquiere un color diferente y especial durante estas semanas. Así, lo ideal es aprovechar un escenario que ya nos invita a pensar en situaciones especiales y momentos cargados de magia para poder construir la ceremonia a su alrededor, logrando una boda delicada y con un toque bucólico.

Los colores más habituales para las bodas de otoño llegan inspirados por la propia estación, los ocres y los naranjas tienen un lugar destacado, pero también los avellana o los tonos maquillaje, tonos suaves y agradables que contrastan con los más brillantes que suelen escogerse en las bodas de verano. Un espíritu cálido, agradable y relajado que también queda reflejado en otros elementos, como las invitaciones de boda, sencillas y con un aire desenfadado.

Es el momento ideal para las bodas de exterior, de esta forma estamos incluyendo la belleza natural de la estación en nuestra celebración, creando bodas de aire rústico, de estilo boho folk o de aire vintage, que serán más fáciles de crear gracias al entorno. Cambiando algunos elementos podremos conseguir cualquiera de estos estilos, como añadiendo cajas y palés si queremos que tenga una temática más rústica, estampados étnicos cuando queremos que tenga un aire más boho o marcos de ventanas y muebles antiguos para los amantes de lo vintage.

También se pueden emplear elementos típicos del otoño para lograr una decoración espectacular, apostando por elementos sencillos como las hojas, los troncos, los pétalos de flores o los frutos, pero también las piñas o las calabazas suelen ser algunos de los más escogidos para ayudarnos a diseñar el ambiente perfecto. Entre los elementos florales más habituales para esta época destacan las hojas verdes, las espigas de trigo o los girasoles, que además nos servirán para dar un toque de color al evento si los incluimos en el ramo de la novia.

No es raro que en las bodas de otoño todos estos elementos formen parte de la decoración, como en los centros de mesa, pero también encontramos detalles relacionados en otros lugares, como marcasitios en forma de hoja o incluso emplear hojas naturales para ello. Los productos de esta estación son también ideales para diseñar un menú que los incluya, consiguiendo platos deliciosos de colores llamativos y atractivos. Igual que para la tarta, que podremos escoger decorada con detalles dorados, frutos silvestres o higos.

Las bodas de otoño parecen haber sido creadas para las novias más románticas, las que buscan que sus fotografías de recuerdo estén bañadas por la luz dorada del atardecer y que sus invitados disfruten de la belleza de la naturaleza en estado puro, de sus colores, olores y formas.