5 soluciones para que la lluvia no arruine una boda

Dice el refrán: ‘novia mojada, novia afortunada’, sin embargo, seguro que muchas parejas sienten que una tormenta repentina o un gran chaparrón el día de su boda no supone la mejor de las suertes. Nadie está libre de que el gran día acabe pasado por agua, aunque es cierto que determinadas fechas reducen esta posibilidad, por ejemplo, una boda de verano, con sus pros y sus contras, tiene menos posibilidad de lluvia que una primavera.

Organizar una boda no está exento de decisiones que tomar, planes que llevar a cabo y detalles de última hora que pueden salir mal, por eso, si se va a celebrar en un lugar en el que llueve con cierta frecuencia o se ha escogido una fecha en la que las lluvias son más habituales, lo mejor es tener algunas soluciones preparadas para evitar que todo acabe en desastre. Trucos infalibles que evitarán que los novios tengan que darse el ‘sí, quiero’ completamente empapados o que el banquete quede arruinado.

Una celebración con plan B

Cada pareja tiene una idea en su cabeza sobre cómo quiere que sea su enlace y, en torno a ello, van preparándolo todo. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a este tipo de contratiempos, la clave es no dejarnos llevar por la angustia y el desasosiego y, sobre todo, tener un plan B, una opción extra que haga que una tormenta no deje de ser una mínima molestia. Parece complicado cuando se planea un banquete al aire libre.

Lo más común es que el lugar contratado tenga opciones para evitar que esto sea así. De no ser el caso, no es mala idea que los propios novios, o su wedding planner, tengan planeada una opción por si el tiempo no es el deseado. Tener una zona de carpas donde trasladar los eventos al aire libre no parece una mala opción, o también buscar un lugar que nos ofrezca espacios al aire libre, pero no descubiertos.

Por ejemplo, con los techos de cristal para poder ver el exterior sin que el clima del momento nos resulte molesto. Así, tener una zona habilitada en caso de lluvia, puede ser una estupenda idea, pues ayudará a que los novios puedan relajarse sin tener que estar pendientes del cielo en todo momentos.

Paraguas: el mejor complemento

La llegada al lugar de la ceremonia en un momento mágico, pero puede estar pasado por agua si no tenemos en cuenta estos pequeños contratiempos. Lo ideal sería contar con una pequeña carpa que cubra el camino y lo haga más cómodo, pero no siempre se puede, por eso lo mejor es confiar en un infalible paraguas. Práctico, no ocupa apenas espacio y protegerá lo suficiente para que los novios puedan verse por primera vez sin acabar empapados. Además, si planeas una boda en una estación lluviosa, este puede ser el mejor regalo para los invitados.

Evita riesgos con la peluquería y el maquillaje

Si bien es cierto que no siempre podemos predecir con certeza en qué momento lloverá, sí se puede prevenir y organizar todo pensando en que esta es una posibilidad muy real. Lo mejor para ello es confiar en las manos de los profesionales del sector, en este caso, peluqueros y maquilladores, que empleen los mejores productos, no solo para que la novia se vea bella, también para que esté protegida ante una posible tormenta. Apostando por productos waterproof o resistentes al agua, el riesgo de lluvia no es menor, pero sí el de que esta arruine el peinado o el maquillaje.

La seguridad ante todo, zapatos antideslizantes

No es necesario que todo el look esté pensado para un posible evento de lluvia, aunque como decimos, contar con un paraguas a mano no parece mala idea, sin embargo, unos buenos zapatos antideslizantes pueden convertirse en tu mejor aliado, pues no siempre tenemos en cuenta estos riesgos extra: el suelo puede convertirse en una pista de patinaje en cualquier momento. Lo mejor es caminar con cuidado por baldosas, suelos de piedra e incluso asfalto, pero lo cierto es que, cuando empieza a llover, tendemos a caminar más rápido, lo mejor es contar con este tipo de complementos que pueden ayudarnos a hacer el camino un poco más seguro.

Disfruta la lluvia

Lo habitual es verla como un contratiempo, pero también podemos aprovecharla, convertirla en un plus y disfrutar de ella para tener una sesión de fotografías inolvidable. Hablar con el fotógrafo y confiar en su buen hacer para unas instantáneas diferentes y llenas de magia es una estupenda idea para tener un maravilloso recuerdo de un día en el que las cosas pudieron estropearse, pero no lo hicieron porque con una buena planificación, la pareja ha conseguido invertir los papeles y convertir la lluvia en su mejor aliada. La mejor estrategia para evitar sustos es tener siempre un as bajo la manga.