Los tres vestidos nupciales de Karla Covarrubias: flores, México y Valentino
La chef mexicana de vanguardia lucía tres diseños de novia diferentes: preboda, boda y post-boda, durante los dos días de celebración de su enlace con Ramón Hermosilla
Karla Covarrubias, una de las chefs mexicanas más reputadas por su cocina de vanguardia, se convertía en la protagonista de este fin de semana al contraer matrimonio con Ramón Hermosilla, hijo de Silvia Gómez-Cuétara, el pasado 30 de abril a las 19:00 en el lujoso exconvento de las Vizcaínas, situado en el centro histórico de la Ciudad de México. Un evento, del que Vanitatis adelantaba los detalles exclusivos, al que acudían más de medio millar de asistentes y que contaba unas ubicaciones de ensueño.
No solo las invitadas más reconocidas, como Isabelle Junot, se encontraban a la altura de una celebración de tal categoría con sus looks, sino que la novia hacía gala en ni más, ni menos que tres ocasiones, durante los dos días de celebración, de su reconocible elegancia y estilo, muy ligado a su país de origen.
En la fiesta pre-boda, celebrada para rendir homenaje a la cultura mexicana, Karla Covarrubias se enfundaba en un llamativo diseño vaporoso blanco con estampado floral pastel, confeccionado por capas en organza de seda, y una enorme cola.
El modelo palabra de honor destacaba, más allá de por su volumen, por la minuciosa técnica de fruncidos en el escote, unas mangas francesas ligeramente abullonadas y el remate de la gran falda en volante.
Un estilismo con esencia de princesa, coronada por una tiara de rosas, al puro estilo de las catrinas, colocada sobre una larga melena de ondas con reflejos.
Para su día más especial, la chef mexicana quiso innovar dentro de una estética clásica, abandonando el vestido de novia y optando por un conjunto dos piezas para crear su look nupcial. El estilismo de tono champagne y dorado se encontraba compuesto por una pomposa falda de tul, tipo campana, de tiro alto, elaborado en goma ajustable, y un top de glitter de cuello redondo y manga larga.
Karla Covarrubias no abandonó sus raíces en ningún momento de la celebración. Por ello, escogió un ramo silvestre realizado en espigas para caminar hacia el altar y un velo de encaje y brillo, estilo mantilla, bordado a mano con motivos florales similares. Sin embargo, el rasgo más distintivo de su estilismo lo componía una joya perlada posada sobre su frente, que simulaba una lágrima.
En cuanto al terreno ‘beauty’, la novia optó por el tradicional maquillaje naif de este tipo de eventos destacado por una piel luminosa y natural, un labial nude y colorete rosado. Además, a través de las semitransparencias del velo se podía apreciar la selección de un recogido bajo para completar su look.
Tras dar el “sí, quiero”, llegaba la hora de celebrar y la ya mujer de Ramón Hermosilla se deshacía de su vestido de novia en búsqueda de una comodidad; aunque no renunciaba a los stilettos. La chef mexicana quería bailar sin perder la elegancia y lo conseguía enfundándose en un vestido largo fluido de color blanco con ligera apertura lateral.
El modelo postboda con cuello redondo y manga larga seguía la estela de las últimas colecciones de la firma italiana Valentino al encontrarse rematado por plumas en búsqueda de una mayor sofisticación.
Karla Covarrubias, una de las chefs mexicanas más reputadas por su cocina de vanguardia, se convertía en la protagonista de este fin de semana al contraer matrimonio con Ramón Hermosilla, hijo de Silvia Gómez-Cuétara, el pasado 30 de abril a las 19:00 en el lujoso exconvento de las Vizcaínas, situado en el centro histórico de la Ciudad de México. Un evento, del que Vanitatis adelantaba los detalles exclusivos, al que acudían más de medio millar de asistentes y que contaba unas ubicaciones de ensueño.