Carla Pereyra nos abre su álbum privado de boda en su tercer aniversario

El 7 de septiembre de 2019 es, sin lugar a dudas, una de las fechas que Carla Pereyra jamás podrá borrar de su mente. Un día como hoy, pero de hace tres años, se dió el ‘sí, quiero’ con el hombre de su vida: Diego Pablo Simeone. Tras casi diez años de relación, dos hijas en común, Francesca y Valentina, y múltiples objetivos comunes cumplidos, la pareja abre en exclusiva a Vanitatis el álbum de su boda para rememorar los momentos más emotivos del día en el que celebraron su historia de amor.

“Fue un fin de semana magnífico, rodeados de la gente que más queremos y los más imprescindibles. Éramos 97 personas, nunca soñé con una boda masificada. Cada persona fue elegida al detalle, queríamos disfrutar con cada uno de los invitados, poder dedicarles tiempo y, sobre todo, pasárnoslo bien”, nos confiesa Carla Pereyra.

Después de un discreto y familiar enlace civil celebrado en Argentina, concretamente en el Alvear Icon de Puerto Madero, el 14 de junio de ese mismo año, el matrimonio quiso realizar una nueva celebración con un aire más festivo para compartir así su amor con las personas cercanas a su círculo, que no pudieron estar presentes en la primera ocasión.

“Logramos reunir a todos y mira que no era fácil llegar allí, porque unos venían desde Argentina, otros de EEUU o España y algunos ya se encontraban en Italia. Ninguno sabía dónde era la boda, era una sorpresa. Todos llegaron al aeropuerto de Florencia y de ahí los recogimos y trasladamos”, explica la modelo.

Aunque, según nos revela ella misma, los invitados, entre los que se encontraron Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, o sus grandes amigas Ana Antic y Valeria Mazza, no fueron los únicos que recibieron una sorpresa. “Sorpresa la que me llevé yo cuando Diego me regaló a Andrea Bocelli, que es mi artista predilecto. Lloré tanto de emoción que luego casi me da algo…”.

El lugar escogido para esta segunda boda fue el impresionante Castello di Casole, una de las propiedades privadas más grandes en Italia protagonizada por dos alamedas de cipreses, que se encuentra entre las ciudades de Florencia y Siena. “Toscana es un sitio para nosotros donde nos sentimos muy a gusto, y era el entorno perfecto para nuestro sueño”, añade Carla Pereyra.

Un paisaje verdoso completamente decorado por el especialista Vincenzo Dascanio, encargado también de la boda de Chiara Ferragni, que consiguió potenciar el blanco del diseño nupcial. Un modelo de silueta sirena y ligera cola de escote bardot fruncido y ligero efecto ‘cut-out’ a la altura de las costillas. “Mi vestido fue un viaje fascinante por la maison Dior, diseñado por Maria Grazia Chiuri”, explica la protagonista.

“Los zapatos se encontraban bordados a mano y con nuestros nombres inscritos en ellos y las joyas eran vintage de Cartier”, continúa. Como amante del universo de las tendencias, Carla Pereyra es consciente de que la importancia de un buen look recae en los detalles, y así consiguió construir un estilismo nupcial sofisticado y atemporal.

Tres años después y bajo una mirada feliz y nostálgica, rememora uno de los días más felices de su vida. Sin embargo, no todo puede ser contado: “De ese fin de semana quedaron muchísimas anécdotas que aún nos hacen reír, pero preferimos guardarlas para los más íntimos”, nos dice.

“Hoy no habrá celebración de aniversario porque Diego tiene partido, pero ojalá podamos celebrarlo pronto”, continúa. A pesar de ello, la bella historia de amor, que comenzó con un flechazo en un restaurante y promete ser para toda la vida, es celebrada día a día por la pareja con su “gran piña”.