La boda de la actriz Anna Sophia Robb y su vestido de novia inspirado en Grace Kelly

Muchas son las parejas que se dejan seducir por el especial encanto del otoño para celebrar su boda, y motivos no les faltan. Las temperaturas son estables, comienzan a brotar los primeros frutos en los árboles y la paleta de color de los paisajes cambia a tonos como el ocre o el marrón. En pocas palabras: un enlace de otoño al aire libre es mágico. La actriz Anna Sophia Robb es la última celebrity en caer rendida ante el embrujo de esta estación.

Tras seis años de relación y una original pedida de mano surcando los canales de Ámsterdam, la estadounidense se casó en septiembre con el abogado Trevor Paul en una espectacular finca ubicada al norte de Nueva York y cada detalle, desde el ambiente hasta el vestido de novia, es pura inspiración para bodas de otoño.

Anna Sophia Robb se dio a conocer al gran público con tan solo 13 años, cuando encarnó a una de las jóvenes protagonistas de la película 'Charlie y la fábrica de chocolate', de Tim Burton, y hoy, además de actriz, es productora, cantante y modelo.

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Para su enlace, la pareja barajó enclaves tan variopintos como internacionales. California, México e incluso alguna ciudad de Europa, aunque finalmente optaron por quedarse en casa. Situada en Accord, al norte de Nueva York y por ende, cerca de su lugar de residencia, Anna y Trevor encontraron en la finca Innes el lugar perfecto para reunir a familiares y amigos y, junto a ellos, festejar su amor.

La fecha elegida por los novios fue el 10 de septiembre y, aunque oficialmente no era otoño, el paisaje de campo, la puesta en escena al aire libre rodeados de cabañas, la gama cromática en tonos tierra y la decoración rústica ayudaron a que el enlace respirase ese encanto tan propio de la estación.

A pesar de estar acostumbrada a los innumerables cambios de vestuario en su día a día como actriz y a enfundarse en creaciones de alfombra roja, Anna Sophia Robb no tenía una idea clara de cómo quería que fuese su vestido de novia hasta que entró en el taller de Danielle Frankel. De sobra conocida en el sector nupcial y tremendamente popular entre las neoyorquinas, la diseñadora cautivó a la actriz gracias a su línea de trajes modernos y extravagantes, pero al mismo tiempo, clásicos y atemporales.

En concreto, Anna se decantó por el vestido Anika y acertó. Inspirado en uno de los modelos cinematográficos más recordados del armario de Grace Kelly, el traje que la madre de Alberto de Mónaco lució en la película 'Atrapa a un ladrón', la novia vio en él esa fusión de estilo tradicional y nuevas corrientes de moda que tanto buscaba y deseaba para su gran día.

Parte de la actual colección de Danielle Frankel y a la venta en la tienda online de la firma por 14.000 euros, se trata de un diseño estructurado con cuerpo de corsé y falda voluminosa de tul. Como guiño a las tendencias, el corpiño, la pieza más especial del vestido: escote palabra de honor tipo 'bustier', ballenas interiores y detalles calados, todo armado en un conjunto que mezcla plisados y drapeados en encaje y sarga de algodón.

La falda, elaborada con capas y capas de tul arrugado sobre una base de organza de seda, creaba el contraste perfecto con la parte superior del vestido y, en la práctica, aportaba movimiento y ligereza a la novia. El look nupcial creado por Frankel se completó con dos accesorios de tul. El clásico velo colocado en su melena midi y un pequeño fular sobre el cuello que quedaba arrastrando a lo largo de la espalda.

Como joyas, además del anillo de compromiso, Anna Sophia Robb quiso rendir un homenaje a su abuela, fallecida a principio de la pandemia, luciendo unos pendientes de diamantes, parte del joyero familiar. Unos zapatos metalizados de Roger Vivier seleccionados por el estilista de la actriz, Thomas Kikis, y un ramo de estilo silvestre con flores en tonos empolvados como rosa, melocotón y verde menta pusieron el broche de oro al atuendo de novia de la estadounidense.