Vestidos de novia con corsé: la nueva tendencia romántica para 2023

Para los seguidores de las grandes tendencias de moda, afirmar que el corsé es la prenda estrella de 2022 no es una sorpresa. Recuperado y puesto al día por los diseñadores en sus desfiles, hablamos de casas de peso como Louis Vuitton, Prada, Alexander McQueen, Balmain o Moschino, las prescriptoras tardaron poco en sucumbir a sus encantos y hoy, mires por donde mires en el street style, verás que el corpiño es protagonista. La antesala necesaria para, poco después, asaltar el universo nupcial y posicionarse como la nueva pieza esencial para novias en 2023.

Románticas, delicadas y estilosas, así son las novias que ya han dicho sí al corsé y que, en cuestiones prácticas, son la inspiración para todas las que vendrán. Pasen y vean.

Repasando los enlaces vividos esta temporada, las referencias al respecto son variopintas. Desde una Kourtney Kardashian (de blanco, no de negro) para su boda por la iglesia con el batería Travis Barker vestida de Dolce & Gabbana, pasando por una minimalista y clásica Sarah Hyland de Vera Wang, la actriz de 'Modern Family', hasta llegar a la influencer Marta Lozano y su tercer look de novia, un minivestido encorsetado de Lorenzo Caprile. El corpiño está más de moda que nunca.

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Es curioso por su origen. Se trata de una pieza del pasado que hoy marca tendencia. Según apuntan los coleccionistas y expertos en historia de moda, nació en Italia, en la época victoriana y como pieza interior. Sin embargo, alcanzó un gran auge en el siglo XVI, cuando el corsé irrumpió en Francia de la mano de Catalina de Médici, siendo después adoptado por el resto de mujeres de la corte. Ajustado y alargado, el corpiño se empleaba como trampantojo por debajo de la ropa para afinar la cintura y aplanar el busto.

Con el paso del tiempo, el corpiño ha atravesado momentos de gloria y otros de absoluto rechazo, aunque eso no ha impedido que a la larga su rol evolucione, cambie y mute hasta la actualidad como prenda exterior de la que, esta vez, sí presumir. Las novias dan fe de ello.

A los clásicos diseños de Lorenzo Caprile, el referente de la industria nupcial en tratar, diseñar y componer esta laboriosa estructura, se suman las interpretaciones del patrón creadas por las nuevas generaciones.

Del solicitado taller de Castellar Granados salieron dos de los vestidos de novia más aplaudidos en las redes sociales este año. Primero el de Adrienne, una delicada creación con manguitos desmontables y aires bohemios repleta de bordados artesanales en relieve en la que el corsé es el punto de atención del vestido de novia. Segundo, el vestido de Paloma, más romántico y chic, con tejido en relieve, minivolantes fruncidos y cuerpo tipo bustier.

El vestido de Rocío con corsé esculpido originado por T.ba, la firma dirigida por Mercedes López de Carrizosa, también ha dado vueltas y vueltas por Instagram. ¿Sus señas? Escote recto, tirantes finos y corpiño en varias texturas con las costuras desflecadas.

Al margen del resto de piezas, si se opta por esta tendencia, el traje de novia debe configurarse sí o sí a partir del corsé y trabajarlo como tal, como el epicentro del look nupcial. De sus pequeñas particularidades, dependerá la estética e imagen definitiva del vestido: sugerente, sexy, delicado, femenino, lencero, e incluso, provocador. Hay un estilo de corpiño para cada novia. Eso sí, como afina la cintura, favorece especialmente a las siluetas con forma de reloj de arena.

Últimos apuntes. Para bodas de invierno, obligatoria la agregación de manga larga y la confección en tejidos gruesos. De cara a la próxima temporada estival, apostar por diseños velados y debajo, un corpiño con escote en forma de corazón.