Bodas de invierno: claves y trucos de estilo para acertar con tu vestido de novia

Las bodas ya no se limitan a una única época del año y aunque pocas, su presencia en invierno se ha incrementado en las últimas temporadas. Son muchas las parejas que fijan la fecha del enlace entre los meses de diciembre a marzo y celebrar sus nupcias con temperaturas bajo cero, implica, de manera obligatoria, tener en cuenta una serie de condicionantes. La hora, el lugar, la decoración y el dress code. Fácil de adaptar para el novio, cierto es que la novia necesita componer un atuendo bajo esta máxima de estilo: abrigarse.

Cada detalle del look, debe estar medido y bien seleccionado para acertar y no cometer errores de estilo. Desde el diseño del vestido, pasando por los tejidos óptimos, hasta los complementos para una novia de invierno. Claves, trucos y consejos de moda que detallamos en este artículo.

Vestidos desmontables

Son, sin lugar a duda, la gran tendencia nupcial del pasado curso y más para bodas de invierno, cuando el papel de los vestidos desmontables se convierte en el de aliado imprescindible. La ventaja de un diseño convertible, además de ofrecer varios looks de novia sin cambiar de atuendo ni invertir parte del presupuesto en un segundo traje, es que se trata de un look a capas que se pueden poner o quitar no solo en función de cada instante, también dependiendo de la climatología.

En este punto, boleros, chaquetas, abrigos, chalecos, ponchos y capas entran en juego al servicio de las novias de invierno como prendas adheridas al traje principal. Si la ceremonia es religiosa y por ende, en un templo o una iglesia, cualquier novia agradecerá esas piezas de abrigo como extra contra el frío. Más forzosas aún si, a pesar de las bajas temperaturas, el enlace va a llevarse a cabo al aire libre. Una vez que los novios e invitados desembarquen en el lugar de la celebración, un sitio a puerta cerrada y resguardado del frío exterior, es cuando el juego de prendas desmontables dará comienzo.

Otros rasgos que sí o sí debe incluir un vestido de novia de invierno en su patrón son manga larga y cuello alto. Además de señas de identidad del armario de temporada, son sinónimo de elegancia y sofisticación.

Tejidos gruesos

La confección y los materiales empleados en la misma son igual o más de relevantes que el propio vestido. Se deben huir de tejidos fluidos, vaporosos, satinados y en definitiva, estivales y de grosor fino, y siempre optar por otros con cuerpo y estructura como el tweed, el terciopelo, la organza o el punto.

Ahora bien, dependiendo de tu personalidad de estilo, casará mejor contigo y con tu traje, un material u otro. Para novias clásicas, organza. Mujeres en busca de un aire chic, el tweed. Bohemias, confiar en el terciopelo. Y punto, para aquellas que deseen un look delicado y a la par, informal.

Prendas de abrigo

Debido al rol de esenciales, ahondar en el tipo de prendas de abrigo que puede (y debe) lucir una novia de invierno se antoja obligatorio. Lo señalado al principio, puede ser una capa, un bolero, una chaqueta o un abrigo como tal, y siempre como compañera del vestido base. Bien es cierto que en este tipo de enlaces, muchas veces son estos elementos contra el frío los que acaparan todas las miradas y le roban el protagonismo al traje.

Seguro que más de una vez has visto por las redes sociales novias envueltas en un chal o una estola, cubiertas gracias a una capa con capucha y enfundadas en un imponente abrigo, todas sirven como fuente de inspiración para componer un outfit nupcial acertado.

Zapatos de terciopelo

El calzado también debe escogerse con coherencia y consciente de que la boda va a celebrarse en los meses más fríos del año. Nada de sandalias ni modelos descubiertos. Tampoco materiales rústicos o livianos del zapatero de verano. Están permitidos desde los salones clásicos hasta pares más rompedores como las botas. El par por excelencia de nuestros looks de invierno irrumpe en la moda nupcial como alternativa cool para novias que buscan pisar fuerza en su enlace y si es en invierno, con más razón.

Estipulado el calzado ideal, se debe prestar atención al revestimiento. Terciopelo, por supuesto, y para mujeres que no quieran recurrir a él, ante, piel o serraje.

Colores de invierno

Por último, y no por ello menos importante, la paleta cromática de la estación debe estar reflejada en el atuendo. Tonos oscuros y apagados como el granate, el verde oliva, el azul marino, el gris perla, el marrón chocolate o los ocres, son los idóneos para grandes accesorios como el ramo y para pequeños detalles del tipo lazadas, cintas, joyas e incluso, la manicura.