Cómo elegir tu vestido de novia para una ceremonia religiosa: hablan los expertos

A la decisión conjunta de contraer matrimonio le sigue otra igual de importante: determinar si os casaréis por la iglesia o lo civil. Con diferencias notables de una celebración a otra y un incremento considerable de las segundas a lo largo de esta temporada, todavía hay muchas parejas que optan por sellar su amor ante los ojos de Dios. Esto implica una serie de condicionantes y un protocolo concreto. Desde dónde se deben sentar los invitados del novio y los de la novia, la banda sonora a escuchar en el templo, hasta los estilismos, empezando por el más destacado, el de la novia.

"Para la ceremonia, no se deben prescindir de los 4 elementos que definen a una novia y que, en raras ocasiones, sino en ninguna, se pueden lucir: un vestido largo de color blanco con una gran cola, velo y ramo personalizado", advierte Ana García-Gayoso, autora del libro 'Manual para organizar una boda perfecta' (Editorial Almuzara). Ella es solo una de las cuatro mujeres que, dada su experiencia en la moda y manejo del 'dress code' nupcial, nos revelan las claves imprescindibles para elegir con acierto un vestido de novia para la ceremonia religiosa.

Patricia Gómez, una de las fundadoras de Weddings With Love, apunta que, "la elección del vestido de la novia marca muchísimo el estilo de la boda". Es, por tanto, el punto de partida para la organización y planificación del gran día y, si además, el escenario del 'sí, quiero' es una iglesia, hay una serie de particularidades obligatorias a tener en cuenta.

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Como primera recomendación, Tamara Vázquez, diseñadora de la firma nupcial Romancera, señala que "cualquier novia debe ser siempre fiel a una misma, conseguir llevar un diseño que la represente y con él que se sienta cómoda y elegante". Eso como base, pero no se deben olvidar que la discreción, el recato y la sobriedad, son máximas de estilo infranqueables en un enlace religioso. Por ejemplo, "los escotes excesivamente insinuantes no son apropiados para una ceremonia en la iglesia", detalla Patricia Gómez.

Aunque bien es cierto que, en palabras de la directora creativa de Romancera, "la liturgia nos invita a soñar con una atmósfera especial y nos permite añadir diferentes elementos que elevan el toque más regio en el conjunto". En este sentido, "aconsejo no enseñar mucha piel en general, es decir, podemos llevar un escote normal, pero si optamos por ello, no enseñar también espalda y brazos".

Por su parte, Vanessa Datorre, fundadora y diseñadora de Boüret, aconseja que, "para una ceremonia religiosa, optaría por un vestido sobrio, que cubra los hombros y brazos. La manga larga es la opción perfecta".

Una sentencia que comparte con el equipo de Weddings With Love que Patricia capitanea junto a su hermana Lidia. "Por todos es conocido que los hombros siempre deben estar cubiertos en las ceremonias religiosas y respecto a las mangas, en nuestro caso, amamos la manga larga en cualquier época del año. Para la novia, nosotras siempre recomendamos vestidos con escotes a la caja, barco o halter".

Curiosamente, las cuatro profesionales del sector nupcial coinciden en que, para una boda por la iglesia, el papel del velo como accesorio es crucial. "Es el momento de utilizar velo o mantilla", dice Vanessa Datorre. Desde Romancera señalan que "un velo aporta misterio y dulzura y ayuda a equilibrar mucho el look, una novia puede casarse en una catedral sin cola, pero ir velada hasta los pies y ahí está la armonía para ella". Patricia Gómez añade que a ser posible, el velo debe ir acompañado de "una buena cola para hacer una entrada triunfal".

"En principio una novia, cuando decide llevar velo, entra velada a la iglesia y debería escuchar la misa velada hasta el momento del intercambio de los anillos, que es cuando el novio pide formalmente a la novia y comienza el rito del matrimonio", detalla Ana García-Gayoso. "También puede escoger retirarse el velo al llegar al altar después del paseíllo, sabiendo que es un gesto bonito, pero no estrictamente protocolario".

Eso sí, "es importante señalar que el velo no sirve para cumplir una de las normas de protocolo más importantes dentro de un templo sagrado: la de cubrir los hombros, los escotes que no albergan la esperanza de la imaginación y las espaldas pronunciadas, esa es tarea exclusiva del traje", advierte la autora.

Por todo ello, concluimos lo aquí expuesto con tres reglas: un look que cubra más que destape, el velo como mandato de estilo obligatorio y el requisito previo esencial, que la novia se sienta ella misma, dentro y fuera de la iglesia, y el día de su boda pueda lucir un vestido acorde a su personalidad.