Los zapatos que las famosas eligieron en sus bodas: de Diana de Gales a Letizia

No hay un look nupcial que triunfe sin un calzado que marque la diferencia. Pero elegirlo con acierto y, lo que es más difícil, elevarlo a la categoría de icónico no es tarea fácil. Las diez mujeres vip recogidas en este artículo y sus zapatos de novia lo lograron camino al altar.

De las siluetas más tradicionales, las favoritas de las royals británicas, al color inesperado elegido por Olivia Palermo o los botines rockeros de Chanel con los que Carlota Casiraghi inspiró a las novias más atrevidas, el abanico de opciones es infinito y vamos a repasarlo.

Diana de Gales: flats sin tacón

Para sus primeros pasos como princesa de Gales, Lady Di eligió unos 'flats' creados por el diseñador Clive Shilton. Realizados en satén de color marfil, llevaban aplicaciones joya con 134 perlas y 524 lentejuelas. Shilton, que tardó seis meses en terminarlos, recibió alguna que otra indicación de la princesa: que el tacón fuera bajo para no superar (ella medía 1,78 de altura) al actual rey de Inglaterra, Carlos III, y que se adornaran en el centro con un broche en forma de corazón.

La suela llevaba motivos florales grabados a mano y un detalle oculto: las iniciales de la pareja real, 'C y D'. Al terminar su creación, el zapatero nombró a este calzado como Cinderella. Sobra la explicación.

Beatriz de York: unos stilettos reciclados

Los zapatos que la nieta de la reina Isabel II lució en su boda ya los habíamos visto antes. Beatriz quiso una boda de perfil bajo y además de casarse con un vestido que perteneció a su abuela, un modelo que data de 1960, y la tiara Fringe de los Windsor, eligió unos zapatos atemporales de Valentino de 11,5 centímetros de tacón que estaban en su armario... ¡Desde el año 2011!

Un modelo con la punta redondeada de color rosa palo, salpicado con strass, escotado en los laterales y una pulsera en el tobillo que la novia ha lucido, por lo menos, en dos ocasiones más. ¡Bravo, Beatriz!

Kate Middleton: el secreto mejor guardado

El largo del vestido de novia, firmado por Sarah Burton para Alexander McQueen, apenas nos dejó adivinar los zapatos que llevaron a la actual princesa de Gales al altar de la abadía de Westminster: unos stilettos color marfil forrados de seda y encaje, bordados a mano y con la punta ligeramente redondeada.

Un secreto que se desveló meses más tarde, cuando el traje fue expuesto en el palacio de Buckingham. Hasta entonces no se sabía el nombre del diseñador. Diez años más tarde se desveló que fue también la firma Alexander McQueen quien creó este complemento tan especial.

Margherita Missoni: sandalias gladiador

Cuando la 'it girl' italiana cruzó la nave central de la romántica iglesia de Santa María Annunziata situada en Brunello (Italia) para casarse con el piloto Eugenie Amos, lo hizo a bordo de unas sandalias gladiador de inspiración griega, planas y metalizadas en plata, un reflejo de su personalidad libre y de estilo boho.

Ideales para realzar su delicado vestido de seda y organza, obra de Giambattista Valli, bailar en su fiesta campestre en la ciudad de Varese y emparejarse con el espíritu bucólico de su enlace.

Beatrice Borromeo: tacones de vértigo

Es una de las mujeres más elegantes del Gotha europeo, la bella Beatrice resaltó su traje de novia firmado por Armani, un diseño en blanco confeccionado con tul de inspiración griega con el que le dio el 'sí, quiero' a Pierre Casiraghi, con un toque moderno y de lo más rompedor: unas atrevidas sandalias metalizadas con tiras entrelazadas entre sí y tacones de vértigo. Tan poco vistas en las clásicas bodas reales, en su momento, acapararon todos los flashes.

Olivia Palermo: algo azul

Los icónicos salones Hangisi azul cobalto con hebilla de pedrería, obra del diseñador Manolo Blahnik, los mismos que Mr. Big le regaló a Carrie Bradshaw cuando le pidió matrimonio en 'Sexo en Nueva York', fueron los elegidos por la socialité americana para pisar firme en su boda con el modelo Johannes Huebl.

La diferencia es que los de Olivia escondían un exclusivo detalle en la suela, ¡estaban firmados por el mismísimo Blahnik! "Los guardé durante seis años esperando la ocasión especial para estrenarlos. Cuando llegó el momento de prepararme para el día de mi boda, fueron perfectos", explicó Olivia en su día.

Chiara Ferragni: con letras de oro

Junto a los dos vestidos de novia diseñados por María Grazia Chiuri para Dior, ambos de corte princesa, la empresaria e influencer italiana elevó su look nupcial con todo un emblema de la maison francesa: los zapatos J'Adior.

Unos 'kitten heels' (de tacón sensato) muy especiales, en color blanco y con punta afilada, que Dior personalizó para la ocasión bordando el nombre de Chiara en uno de los costados utilizando oro antiguo y diamante negro. "Cada letra es un accesorio individual, por lo que cada una de ellas fue creada de forma única y luego ensamblada", señaló uno de los diseñadores.

Carlota Casiraghi: botines rockeros

Como era de esperar, la hija de Carolina de Mónaco no dudó en arriesgar con su look en la fiesta de su boda civil con el productor de cine Dimitri Rassam en el palacio Grimaldi. ¿Cómo? Eligiendo unos sorprendentes botines rockeros de tacón medio, destalonados, sujetos al tobillo y creados en color plata exclusivamente para ella. Un detalle cero convencional con el que Carlota reafirmó su estilo impecable y su exquisito gusto por la moda francesa.

Meghan Markle: salones minimal

En su boda con el príncipe Harry, la actual duquesa de Sussex prefirió pisar sobre seguro eligiendo unos refinados zapatos de salón de corte clásico 'very royal' diseñados por el colombiano Edgardo Osorio para Aquazzura, una de sus firmas de calzado favoritas.

Aquellos 'pumps' de punta realizados a medida en satén de seda color blanco a juego con su vestido de novia, y que Meghan no ha dudado en reutilizar varias veces más, ya han pasado a la historia.

Reina Letizia: 'manolos' con lazo

Al conjunto de simbólicos complementos que nuestra Reina llevó el día de su boda, como la tiara prusiana, el velo (un mantón con bordados de espigas y flor de lis, emblema de los Borbones) o los pendientes de diamantes y platino, se sumaron los magníficos salones con lengüeta en forma de lágrima, corte asimétrico y diez centímetros de tacón creados por el genio Blahnik.

De estilo afrancesado, fueron confeccionados con el mismo tejido que el traje de la novia, con calados en los laterales y rematados con un lazo en el empeine. Diecinueve años después, no se los ha vuelto a calzar nunca.