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Las 5 reglas de oro para elegir tu vestido de novia
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Las 5 reglas de oro para elegir tu vestido de novia

Antes de lanzarte a la búsqueda y captura del vestido de novia ideal, ten en cuenta estos mandamientos y síguelos a rajatabla para acertar con tu elección

Foto: Sigue al pie de la letra estos consejos y encuentra el vestido de novia qué mejor te va. (Instagram/ @aortizphoto)
Sigue al pie de la letra estos consejos y encuentra el vestido de novia qué mejor te va. (Instagram/ @aortizphoto)

Hayas o no fantaseado con casarte desde niña, seguro que por tu mente alguna vez ha desfilado una idea más o menos clara sobre cómo sería el vestido de novia de tus sueños. Ese momento ha llegado: tu pareja y tú estáis comprometidos, y tras dar los primeros pasos, tenéis fecha, sitio para la ceremonia, lugar para la celebración e incluso, wedding planner, te toca enfrentarte, sola o en compañía de tus íntimas, a la complicada selección del vestido de novia.

Igual todo aquello que habías imaginado para el look nupcial ya no tiene sentido, has cambiado de opinión, te sientes abrumada ante una descomunal oferta al respecto o simplemente no vislumbras una idea clara. Tranquila, antes de lanzarte a la búsqueda y captura del vestido, debes aprender y marcarte a fuego estas cinco reglas de oro para acertar con tu elección.

1. Fiel a tu estilo

El primer mandamiento es inquebrantable y así lo advierten todos los expertos en la materia: una mujer jamás debe disfrazarse para el día de su boda. La clave es ser tu misma, natural y por ende, fiel a tu estilo personal. Tu vestido, quien dice vestido, dice también conjunto de blusa y falda u outfit con pantalón, el caso es que el look tiene que ser una extensión de cómo vistes a diario, un reflejo de tu forma de interpretar la moda y en definitiva, una prenda que a simple viste hable de ti y te defina. Eso no quita para que puedas inspírate en otras novias y fijarte en las tendencias, pero bajo ningún concepto optar por un vestido que no tenga nada que ver contigo. Créenos, de lo contrario, en la práctica se notará y quedará como si lucieras un postizo.

2. Con una silueta favorecedora

Con una idea clara del estilo que mejor te define, eres más clásica, una mujer boho y desenfadada, romántica, o muy moderna y trendy, comienza la búsqueda e insistimos, aunque visualices un diseño base, la realidad y las pruebas pueden resultar diferentes a la ficción. Más allá del amor a primera vista que puedas sentir por un vestido, tienes que ser consciente que puede que no te siente como pensabas. ¿Es el corte que realmente te queda bien? Sin salirte de esos parámetros marcados en el primer mandamiento, te aconsejamos no cerrarte en banda y experimentar con diferentes siluetas hasta encontrar la que más te favorece. Algunos ejemplos: los de línea 'A', son perfectos para mujeres con curvas; entallados para novias con figura estilizada que deseen sumar unos centímetros extra de altura, o reducir el volumen de las caderas con los de tipo princesa.

3. Acorde a la época del año

En este punto es cuando entran en juego tanto los tejidos como otros detalles imprescindibles del look. No es lo mismo casarte una calurosa tarde verano que fijar la fecha en pleno invierno, o elegir estaciones intermedias como la primavera y el otoño. Los trajes ligeros y fluidos, confeccionados en telas vaporosas o satinadas, que consigan aligerar peso general del look y dejen parte de los hombros al descubierto, son los ideales para una boda al sol. En cambio, el frío exige vestidos más armados en tejidos con cuerpo como los brocados, las organzas, el crepé e incluso, el tweed, además de manga larga, sí o sí y por lo que pueda pasar, tener preparada una pieza de abrigo nupcial como compañera.

4. Comodidad por bandera

Estás frente a los últimos modelos seleccionados y cumplen a rajatabla con las reglas anteriores: son fieles a tu personalidad, se adaptan a tu cuerpo y recrean una silueta favorecedora, y van acordes con la época del año y el tipo de boda que vais a celebrar. ¿Qué te queda? Dar con uno que puesto te haga sentir cómoda. No olvides que vas a lucirlo durante todo el día, que andarás de aquí para allá atendiendo a vuestros invitados, y que vas a bailar sin descanso, todo, llevándolo. Decántate por aquel vestido con el que paseando por el probador te sientas más a gusto.

5. Visualiza el look

¡Enhorabuena! Ya tienes vestido de novia. Pues eso no acaba aquí. Con el traje como eje central, toca pasar a componer el resto del look nupcial y te advertimos que cada detalle cuenta para poner el broche de oro. Desde el peinado y el maquillaje, siempre lo más natural posible; pasando por accesorios para el pelo como velo sí o velo no, corona, tocado u otros prendedores; hasta llegar al calzado, de los clásicos en blanco a los nuevos a todo color, y otros elementos intrínsecos en toda novia como el ramo y las joyas. Escoge uno a uno con mimo y cuidado, siempre teniendo presente cómo es el vestido y que cada complemento debe casar con él e ir en consonancia. Una vez que los tengas, vislumbra cómo será el atuendo definitivo y si te convence, es que has acertado.

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Hayas o no fantaseado con casarte desde niña, seguro que por tu mente alguna vez ha desfilado una idea más o menos clara sobre cómo sería el vestido de novia de tus sueños. Ese momento ha llegado: tu pareja y tú estáis comprometidos, y tras dar los primeros pasos, tenéis fecha, sitio para la ceremonia, lugar para la celebración e incluso, wedding planner, te toca enfrentarte, sola o en compañía de tus íntimas, a la complicada selección del vestido de novia.

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