Inspiración nupcial con los vestidos de novia de alta costura vistos en París

La moda nupcial se encuentra estrechamente ligada al calendario oficial que maneja la industria global. Cierto es que las semanas temáticas en clave 'bridal' siguen en cartel, pero eso no quita para que, como tradición sobre las pasarelas, las firmas de lujo cierren o incluyan en sus desfiles un vestido en blanco impoluto para pronunciar el 'sí, quiero'.

Una temporada más, en París y con motivo de la Semana de Alta Costura, la inspiración para novias se sirve en bandeja. Trajes que rompen la norma y que, maquillados por las tendencias que lideran la moda, ponen en jaque el armario clásico de la novia.

Los vestidos de novia de Giambattista Valli no solo desfilan camino al altar. En las alfombras rojas, como este año en los Premios Oscar con la actriz Sofia Carson, o en las bodas de la realeza, con la princesa Iman, hermana de Hussein, como invitada, también gozan de una presencia notable. Del show vivido en París con cierre de Olympia de Grecia nos quedamos con este vestido fiel a la filosofía de la marca. Apunta sus rasgos: tejido vaporoso, mangas abullonadas, escote recto, silueta drapeada con lazos ajustada y a la altura de las rodillas, una falda evasé fluida.

Minimalista, depurada y rica en patrones, de la colección para otoño-invierno 2023/2024 de Dior con el blanco como color protagonista, extraemos varios diseños creados por Maria Grazia Chiuri. El primero, de estética griega, es perfecto para una boda de verano. Fabricado con un tejido liviano de corte plisado, llama la atención su original cuerpo con escote recto decorado con un minivolante, detalle de tirantes cruzados y costura fruncida muy ceñida. A partir de ahí, una falda tableada con movimiento que llega a ras de suelo.

En el lado opuesto de la balanza, un traje joya armado. De patrón estructurado con capa, el look de alta costura de Dior lo componen dos prendas: un top de cuello subido y una falda de talle alto y silueta rectilínea. Sobre los hombros, una capa que completa la estampa nupcial. El minimalismo de las piezas confronta con los bordados de cristales y paillettes que presentan y se bordan de arriba a abajo.

Aterrizamos en la colección de Georges Hobeika para descubrir un vestido de novia romántico y sugerente. Romántico por las flores en relieve que decoran el vestido y la cola desmontable, y sugerente por el escote Bardot caído que deja los hombros al descubierto. Unidas las mangas y ajustadas, dan continuidad estética a la prenda. Con un patrón ceñido enfatizando la silueta en la zona de las caderas, el atuendo del diseñador libanés se completa con un velo de tul con motivos florales y cristales.

Recalamos en la propuesta nupcial de Virginie Viard para Chanel. Con aura de pieza vintage, el vestido midi que clausuró el desfile a orillas del río Sena con Carlota Casiraghi en el front row, es pura tendencia. Decorado el cuello con volante fruncido y un lazo de raso, crea un efecto babero. Más detalles, mangas abullonadas semitransparentes, escote velado, cuerpo tableado y falda de talle bajo con vuelo. Un diseño delicado y romántico que se completó con un velo sobre el rostro y unos zapatos Mary Jane con tacón.

Protagonista de la noche en la ópera de Stéphane Rolland, un desfile que tuvo lugar en el interior de la emblemática Ópera Garnier, Nieves Álvarez se enfundó en un traje blanco que puede servir de inspiración para novias amantes de las líneas arquitectónicas. Con una imagen angelical, el vestido fabricado en un tejido satinado hiperfluido, presentaba un escote drapeado adornado con una ala 3D. En vez del clásico velo, una capa con capucha culminó el look que la modelo española lució.

Una propuesta más atrevida, al menos por el color, es la que cazamos en el desfile de Elie Saab. El encargado de vestir, entre otras novias de peso, a la princesa Rajwa para su boda con el príncipe Hussein apostó por un vestido de patrón rectilíneo con hombros marcados, bordados en relieve con incrustaciones de pedrería, escote en pico muy pronunciado, silueta tubo y cola voluminosa en la parte trasera. Hasta el ramo, en el universo nupcial del libanés, va a juego con el vestido.

En la colección de Pierpaolo Piccioli para Valentino, las princesas del siglo XXI van planas y pasan de castillos. Con el Château de Chantilly como escenario, la novia huye de los cánones clásicos para romper con las pautas: lleva pendientes XXL, prescinde del velo, luce su melena al viento y, en lo que al vestido se refiere, es con volantes en cascada y rico en puntadas y artesanía.

Justo en el lado opuesto, la novia tradicional se desplegó sobre la pasarela de Zuhair Murad. Rebosante de encajes y con el corte princesa, es un modelo rico en bordados, pedrería e incrustaciones fabricado a base de capas de tul. Con una gigantesca falda con cola kilométrica, la modelo apareció velada y, con ella, el final del desfile y de este repaso de moda nupcial.