Es noticia
Menú
El día de Estefanía: boda en Cantabria, vestido de novia con hombreras joya y unos 'manolos' personalizados
  1. Novias
NOVIAS REALES

El día de Estefanía: boda en Cantabria, vestido de novia con hombreras joya y unos 'manolos' personalizados

Estefanía y Alberto celebraron una gran boda en el norte repleta de detalles únicos y personales para celebrar su amor por todo lo alto

Foto: El vestido de novia de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
El vestido de novia de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Los caminos de Estefanía, médico cántabra, y de Alberto, arquitecto de Soria, se cruzaron en Madrid hace cuatro años. "Nos conocimos a la vieja usanza, en la discoteca La Flaca. Desde entonces, no hemos parado de bailar esperando a que llegue el fin del mundo, al son de su famoso neón 'que el fin del mundo te pille bailando". Un flechazo nocturno que, como en las mejores historias de amor, acabó en petición de mano.

"Alberto me pidió matrimonio en el restaurante del Mandarin Oriental del Lago di Como, en un viaje que me regaló por mi 32 cumpleaños. Italia siempre fue sinónimo de felicidad para los dos, ya que realizamos el Erasmus allí. Como buen arquitecto, él mismo diseñó el anillo de pedida que después la joyería Suárez convirtió en realidad. Se arrodilló ante las miradas intrépidas de todos los comensales allí presentes y desde ese mismo momento nos pusimos en marcha para organizar nuestra boda", cuenta Estefanía.

placeholder Los preparativos de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
Los preparativos de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

La carrera por montar la boda de sus sueños había comenzado. "Los dos somos muy minuciosos por formación profesional, y juntos le pusimos mucho cariño y dedicación a todos los preparativos", confiesa la novia. Acto seguido fijaron la fecha y el lugar. Su enlace sería en Cantabria, el 5 de noviembre de 2022. "La ceremonia religiosa fue en el santuario de la Bien Aparecida de Ampuero (Cantabria) y la celebración, después, en la finca Pico Velasco, situada en Carasa, a unos 10 kilómetros del santuario".

Cierto es que, en la búsqueda del lugar perfecto para la celebración, "hubo un chasco inicial. Fue entonces cuando Vanessa Abascal, nuestra wedding planner, nos puso en contacto con Inés Aguirreburualde y Nacho Solana, que estaban iniciando un nuevo y maravilloso proyecto en un sitio mágico. Se unía allí todo, el enclave ideal con la naturaleza brutal cántabra, y la excelencia y la atención al detalle que estábamos buscando. Inés, gestora de la finca, se encargó, como si de su propia boda se tratara, de que todo saliera a la perfección".

placeholder Los preparativos rodeada de sus amigas. (Pelayo Lacazette)
Los preparativos rodeada de sus amigas. (Pelayo Lacazette)

Antes de eso, Estefanía tenía que encontrar el vestido de su vida, el de novia. Entre visita y visita, dio con él en el atelier que la firma Claro Couture tiene en Madrid. "Para el día de la boda, Bea Claro, hija de Fernando Claro, me preguntó cómo era el vestido con el que me había sentido más especial en mi vida. Me pareció una pregunta muy bien dirigida que me llevó a elegirla como diseñadora de mi vestido y a encontrar una respuesta muy rápida a su pregunta: el de flamenca".

Esa pregunta que le lanzó Bea Claro y la respuesta de la novia se convirtieron en la inspiración de su look nupcial. "Basamos mi vestido en ese traje de flamenca que me hizo sentir tan especial y tan yo a la vez. Líneas sencillas, escote en barco, hombreras joya y espalda abierta. Acompañado por una capa de terciopelo de seda y un velo de tul".

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Ese día arrancó un proceso de creación tan inolvidable como complicado. "Aunque el vestido final fue un espectáculo del que no me arrepiento, el proceso fue algo laborioso. Un vestido a medida desde cero es algo muy complejo de imaginar para cualquiera y un buen diseñador tiene que ser capaz de hacer sentir a esa novia dentro de un área de confort que le permita sentirse única y especial".

Estefanía lució un diseño de líneas depuradas repleto de detalles especiales: un discreto escote barco, unas hombreras bordadas con flores en 3D y pedrería, manga larga con minibotones decorando los puños, pinzas en le pecho, corte en la cintura, escote en pico en la espalda con una capa desmontable y cola.

placeholder Los 'manolos' de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
Los 'manolos' de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

En el terreno de los accesorios, los zapatos coparon todo el protagonismo. "Siempre había querido unos Manolo Blahnik. Así que mi madre y yo nos fuimos a Londres a confeccionarlos a medida. Ella siempre ha estado durante todo el proceso al pie del cañón, apoyándome en todas mis decisiones. Ese viaje forma parte de nuestras mejores experiencias juntas". Estefanía escogió el icónico modelo Hangisi, el que popularizó Sarah Jessica Parker metida en la piel de Carrie Bradshaw en 'Sexo en Nueva York', en un azul cielo muy suave.

No sería el único calzado en su armario nupcial. Una vez llegada la fiesta, la cántabra se quitaría los salones de Manolo Blahnik para rendirse al confort de unas alpargatas de cuña.

placeholder Detalle del peinado. (Pelayo Lacazette)
Detalle del peinado. (Pelayo Lacazette)

Adornando su moño trenzado, una peineta con forma de estrella de Suma Cruz. Las joyas también jugaron un papel clave en su look nupcial. "Mis pendientes, de topacio imperial, más que una joya, tienen una historia: azules y viejos, me enamoré de ellos, cuando los vi en el catálogo de joyas antiguas de Ansorena. Alberto y yo pujamos por ellos como regalo de Navidad. El destino sabía que eran para mí, ya que fuimos la única puja. Y ahora continúan su historia siendo parte de la mía. Junto con ellos llevé el anillo de diamantes que mi abuelo le regaló a mi abuela y una pulsera rivière de brillantes que me regalaron los padres de Alberto".

Como anécdota curiosa, "antes de casarnos, hicimos junto a Pelayo Lacazette una sesión de fotos preboda, en la que Alberto sacó del bolsillo y por sorpresa un anillo con un zafiro. La anécdota estuvo en que primero lo perdió durante la sesión y después lo volvió a encontrar. Pelayo es testigo de todo, ¡vaya susto! Este anillo también lo llevé puesto en la boda".

placeholder Estefanía y su padre llegando a la iglesia. (Pelayo Lacazette)
Estefanía y su padre llegando a la iglesia. (Pelayo Lacazette)

Pelayo fotografió a los novios antes y durante la boda: "Fue un imprescindible. Tuvo ese ojo minucioso que yo necesitaba para captar cada uno de los momentos de nuestra boda. Junto con Javi, no creo que exista un dúo mejor".

Para cerrar el apartado de los complementos, quedaba el ramo. "Confieso que no le di la importancia que se merece, no sé muy bien el porqué, supongo que porque no tenía muy claro qué era lo que quería y lo que mejor encajaba con mi vestido y eso me agobiaba. Seguí los consejos de José Pérez, mi florista, y a mi instinto de líneas sencillas y de 'menos es más'. Elegí un ramo de tallo largo, elegante y no muy cargado, compuesto por rosas blancas, cardos azules y eucalipto. El ramo lo lancé por el balcón en mitad del cóctel. No me dio tiempo a sacarme fotos con todo el mundo, pero ¿quién puede decir que tiró su ramo en mitad del cóctel por sorpresa?".

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

El día había llegado, pero antes, la doctora debía prepararse. "Todo comenzó en la suite del hotel boutique de Pico Velasco. Una suite con ventanas infinitas que dejaban apreciar el verde magnético del Cantábrico. Esa mañana me sentí muy afortunada y muy feliz. Eufórica de estar allí, acompañada de mi madre y de mis mejores amigas. Todas juntas me prepararon una sorpresa para tomarnos una copita de champán en la habitación antes de la ceremonia y hacernos unas fotos. ¡Fuera nervios!". Unas horas previas para las que Estefanía lució una preciosa bata de Seren.

En cuanto al maquillaje y el peinado, se dejó asesorar por Lorena Carbajal. "Buscamos un maquillaje natural que, al igual que el peinado, me permitiera ir cómoda y despreocupada. Algo que es 'muy yo'. Confiar en ella fue una de las mejores elecciones de la boda", cuenta.

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Una vez que su look estaba cerrado, Estefanía y su padre pusieron rumbo a la iglesia: "A la celebración religiosa me acompañó mi padre. Fuimos en el Mercedes que hacía que mi abuelo también estuviera allí. Está mal que yo lo diga, pero mi padre no se quitó el babero en toda la boda".

Cuando padre e hija llegaron a la iglesia, "repicaron las campanas y todas las miradas se clavaron en mí. Miradas de personas que me quieren, que me miraban sonrientes, con cariño y con admiración. Una sensación muy bonita y muy difícil de describir. Al fondo, conseguía ver el esbozo de la sonrisa de Alberto que esperaba radiante junto a la madrina".

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Los recuerdos durante la ceremonia se amontonan en la cabeza de la novia. "Nuestro cura, don Arsenio, fue un fuera de serie. Como si de toda la vida nos conociese, nos trató con cariño y elaboró un discurso de lo más ameno que captó la atención hasta de los más pequeños. En el momento del intercambio de arras, soltamos una carcajada por 'todos los bienes que vamos a compartir' y él mismo incentivó a que toda la iglesia se riera junto a nosotros. Después pidió un aplauso para los novios. Comprobamos la acústica de nuestro santuario cuando todos los invitados aplaudían sin parar. Me encantó ese momento".

Una vez convertidos en marido y mujer, Estefanía, Alberto y todos sus invitados pusieron rumbo a la finca para dar comienzo a los festejos.

placeholder Detalle del vestido de novia. (Pelayo Lacazette)
Detalle del vestido de novia. (Pelayo Lacazette)

"Durante el fin de semana, la finca, Pico Velasco, se convirtió en mi castillo, un castillo de arquitectura ecléctica minimalista donde las vistas hacia el parque natural de las marismas de Santoña son las protagonistas. Allí se alojaron mis amigas más cercanas y mi familia, que durante todo este tiempo tanto me acompañaron", explica.

Después del cóctel, se sentaron a la mesa. El catering estuvo a cargo de Nacho Solana: "Nuestro chef favorito nos propuso una experiencia gastronómica a la altura de su restaurante de estrella Michelin, dividida en un cóctel desenfadado con jazz en directo y una comida en mesa bajo un manto de luces decorado con más de 26 metros de rosas blancas, cardos azules y eucalipto que componían mi ramo".

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

"Preparamos tanto el evento y le dimos tantísimas vueltas a todo que prácticamente casi todo salió como esperábamos. Es más, quizá mejor de lo que esperábamos. Hizo un día espectacular para un 5 de noviembre en Cantabria, tuvimos un cóctel superfoodie del que todavía hoy hablan los invitados, lanzamiento de ramo, conciertazo, fuego y bengalas, 'glitter' y hora loca y, sobre todo, algo muy complicado de describir, que es sentir cómo tus invitados disfrutan de todo lo que has montado con alegría y admiración. Evidentemente, es imposible decir que todo salió a la perfección, porque entonces estaría mintiendo, pero sí que me siento muy satisfecha a la hora de hablar de mi boda y sentir que todo el esfuerzo que hicimos mereció la pena tras todos los agradecimientos que recibimos al día siguiente en la posboda", detalla Estefanía.

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Concluida la cena, los recién casados dieron el pistoletazo de salida a la fiesta. "Pronto entramos en calor cuando se hizo de noche gracias a The Third Floor Rock, que reprodujo casi de forma mágica esas noches gamberras que disfrutábamos en La Flaca junto con nuestros amigos a la luz de su incombustible neón. Además, abrimos el baile con ellos cantando a capela. Les pedimos que iniciaran el concierto en directo cantándonos dos canciones para nuestro baile nupcial: primero, 'Can’t Help Falling in Love', de Elvis Presley, y cuando todos pensaban que habíamos terminado, empezó a sonar de una manera algo más marchosa 'Hound Dog' de Elvis, que terminó con todos bailando en la pista y coincidió con el inicio del conciertazo que dio la banda en nuestra boda".

placeholder La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)
La boda de Estefanía. (Pelayo Lacazette)

Como consejo de Estefanía para futuras novias, "aunque suene muy típico, que disfruten, tanto de la boda como de los preparativos. Porque esto a veces se convierte en una tarea muy difícil. No hay que permitir que los árboles no nos dejen ver el bosque. Que no hagan caso a las opiniones de los demás, que son muchas, y sobretodo, que sean naturales y ellas mismas".

Los caminos de Estefanía, médico cántabra, y de Alberto, arquitecto de Soria, se cruzaron en Madrid hace cuatro años. "Nos conocimos a la vieja usanza, en la discoteca La Flaca. Desde entonces, no hemos parado de bailar esperando a que llegue el fin del mundo, al son de su famoso neón 'que el fin del mundo te pille bailando". Un flechazo nocturno que, como en las mejores historias de amor, acabó en petición de mano.

Vestido novia Bodas
El redactor recomienda