Un original vestido desmontable de marca 'made in Spain' para una boda íntima en Córdoba: el look de novia más atrevido de 2024

A pesar de que Naomi e Ismael vivían en la misma localidad de Madrid, Tres Cantos, fue en un viaje por Almería cuando sus vidas se cruzaron. "Nos conocimos en Mojácar el verano de 2020, a través de unos amigos que teníamos en común. Siendo los dos de Tres Cantos, no nos habíamos conocido nunca antes", detalla la abogada.

Tres años y medio de noviazgo, una petición de mano en 2024 y la organización de su boda en tiempo récord. "La petición fue este enero en Andorra. Nos paramos a un lado para hacernos unas fotos y, de casualidad, un alemán nos preguntó si queríamos que nos hiciese una foto juntos. Ismael, que tenía pensado sacar el anillo allí, aprovechó y, el fotógrafo espontáneo fue hábil y pasó a grabar un video sin dejarse detalle. Aunque en ese momento nos diera un poco de vergüenza que hubiera otra persona, ahora tenemos un recuerdo increíble para siempre y una anécdota que contar".

De enero con su compromiso matrimonial al 8 de junio de 2024, el día de su boda. "Fue en Palma del Río, Córdoba. Tanto la ceremonia civil como la celebración fueron en el Palacio Portocarrero". Se trata de una joya arquitectónica que posee una riquísima historia milenaria con jardines botánicos de estilo hispano-mudéjar y una muralla almohades del siglo XI. Allí entonó el 'sí, queremos' la pareja rodeados de los suyos.

"Siempre supimos que la boda iba a estar muy bien porque, como se dice, la boda la hace la gente que va, es decir, tus invitados. Nuestra boda fue una boda que se considera pequeña, de 130 invitados, todos eran personas que queríamos que estuviesen y que querían estar. La planificamos en cuatro meses y muchos de nuestros allegados, residentes en otros países como EE. UU., Singapur, Reino Unido, Países Bajos o Francia, se organizaron, moviendo vacaciones y otros planes para poder estar. Desde el principio, nos emocionó mucho la ilusión que tenía cada uno de ellos por acompañarnos en ese día, estamos muy agradecidos. La realidad fue mucho mejor de lo que esperábamos, un sueño", cuenta la novia.

El suyo fue un enlace destino en Córdoba con una clara protagonista: Naomi. Lo que parece común y corriente en todas las bodas, que la novia y su vestido acaparen toda la atención, en el caso de esta abogada cobró una nueva dimensión gracias a su look. Un atuendo nupcial que, rompiendo con su idea inicial, se ha convertido en el más atrevido y original de la temporada.

"Cuando empecé a buscar vestido, sabía que no tenía mucho tiempo. Decidimos en febrero que nos casábamos en junio. Busqué todos los diseñadores que me gustaban y conocía. Tenía una idea muy clara del vestido que quería y en las primeras citas con los modistos, todos me hacían una versión muy similar, pero ninguno me llegaba a convencer", comienza su relato.

Hasta que la firma española Candelas y Felipa se topó en su camino. "Un día, buscando por Instagram, encontré a Candelas y Felipe, y me encantó. Ese mismo día, una amiga del trabajo me enseñó precisamente un artículo de Vanitatis en el que se mostraba la marca, diciéndome que el estilo de los vestidos era muy yo. No tarde en pedir cita y plantarme en su taller de Madrid situado en la céntrica plaza de Oriente".

Detrás de esta marca española nupcial se esconden Maite y Guillermo, madre e hijo, costurera y director creativo, que crean vestidos de novia y looks de invitada diferentes y singulares. "Fui al atelier de Madrid y, colgada en la pared, había una fotografía de una modelo con un vestido que me alucinó. Por supuesto, le quise enseñar a Guillermo mi idea de siempre. Él me estuvo preguntando por otros estilos que me gustasen, diferentes a mi idea inicial y me hizo abrir un poco la mente, cosa que llevaba diciéndome mi madre desde el principio, que el vestido que quería inicialmente era muy obvio".

"Guillermo también me preguntó si quería llevar algo especial y le conté que había nacido en Japón, que mi padre y abuelos eran de Japón y que, tenía en mente hacer algún guiño a mis raíces. Se me pasaba por la mente llevar un abanico japonés en vez de un ramo, por ejemplo y, él me dijo que debía visitar una de sus tiendas favoritas de Madrid, que tenía artículos preciosos. La tienda era la de mis padres. Casualidades de la vida, mis padres y Guillermo ya se conocían. Después de esto y antes de irme, le pregunté si tenía allí el vestido de la fotografía. Me lo probé y supe que no quería otra cosa y que ese era mi vestido. Añadimos un par de detalles para que se ajustara completamente a lo que yo quería y eso fue todo".

Naomi se refiere al vestido de novia Eugenia, "lo tiene todo: es romántico, sensual, moderno… Y su mayor cualidad, la de hacer girar todas las miradas a su paso", señalan desde la firma.

Como la novia había avanzado, modificaron algún detalle del vestido de novia original. "Aunque el diseño de Guillermo era un sueño, cambiamos algunas cosas. Guillermo me propuso que fuera desmontable para que, una vez llegada la fiesta, pudiera quitarme la falda larga y quedarme con un vestido muy mini. Me encantó la idea, pero, no quería que fuera obvio el cambio y tuvimos que hacer la falda larga más tupida para que no se transparentase lo de debajo".

Echando la mirada atrás, la abogada recuerda a alguien más en el proceso de creación del traje. "Hasta ahora solo he hablado de Guillermo. Maite, su madre, es la costurera y estaba en todas las pruebas de vestido para ajustar cada detalle. Ha sido un placer estar con ella, todo era muy fácil y siempre transmitiéndome la serenidad que necesitaba. A cada una de mis preocupaciones, le encontraban solución".

Emulando ser un dos piezas, con un original cuerpo con escote ondulado que dejaba sus hombros al descubierto y unas mangas abullonadas que recogían los brazos, y una falda de talle alto, silueta con caída y cola, salta a la vista que el vestido desmontable de Naomi firmado por Candelas y Felipas es único.

Los zapatos de la novia inauguran el apartado de los complementos. "No los tuve hasta la última prueba. Elegí unos zapatos de Jimmy Choo. Tenía muy claro que quería que fueran muy altos, siempre llevo zapatos de tacón y quería que hubiera una diferencia con lo que llevo habitualmente". Apuntando a las joyas, "llevé unos pendientes de mi madre, unos diamantes y, por supuesto, el anillo de compromiso que me compró Ismael en Tiffany & Co. y que me encanta".

Al margen del ramo de novia, que merece una mención especial, cerramos los complementos con uno que no estaba previsto y que puso el broche de oro, además de personalidad a raudales, a su look. "En mi idea inicial, quería llevar una red en la cara. Como solo era una idea peregrina, mi padre fue a comprar varias redes a Pontejos para ver qué tal. La realidad es que nunca nos pusimos a confeccionar la red ni intentar buscar una hecha para la ocasión. En el hotel, la mañana de la boda, me acordé de que quería ponerme la red y estuvo mi padre apañándomela cómo yo le iba indicando. No sabíamos si la íbamos a poner o no, porque no estaba hecha de manera profesional ni teníamos nada para tapar los lados, pero Carmen, la peluquera, me lo consiguió colocar y, Luis y Guille, el fotógrafo y el videógrafo respectivamente, me dijeron que tenía que llevarlo, que me daba ese punto diferente. Aunque dudé durante unos segundos, me lo puse. Hoy, me alegro de haberme atrevido y les agradezco mucho a Carmen, Luis y Guille que me ayudaran y me animaran a hacerlo y, a mis padres, que son mucho más atrevidos que yo, en apoyarme en la decisión".

Si hablamos del ramo, Naomi logró el de sus sueños, in extremis. "A una semana y media me dijeron que las flores que quería no las tenían en el color que buscaba. Mi madre, mis amigas, las amigas de mi madre y la prima de mi novio estuvieron buscando por tierra, mar y aire en floristerías de Madrid, Córdoba y Sevilla, pero nada, no la encontrábamos. Pero Susana, la florista que me iba a hacer el ramo desde un principio, finalmente encontró las flores que quería el día anterior. Estoy muy agradecida por el esfuerzo tan grande que hizo para encontrarlas".

El día de la boda, "me arreglé en una habitación preciosa del Hotel Monasterio de San Francisco, muy cerca del Palacio Portocarrero, donde se celebraba tanto la ceremonia como el resto de la celebración. Mi gran tesoro y amiga Lucía fue la que nos llevó desde el hotel hasta el palacio a mi padre y a mí".

Allí, en aquella habitación, Naomi vivió su puesta a punto beauty. "Me maquilló Mayte González de Maigore Make Up. Desde que la conozco, supe que sería ella quien me maquillaría porque iba a hacerme el maquillaje que mejor me sentase y con el que mejor me sintiese. Por supuesto, así fue. Es una artista, cuando te maquilla es como si estuviese pintando un cuadro, no hay detalle que quede fuera de su trabajo. También se encargó de maquillar a mi madre y a la madrina", cuenta sobre la maquilladora.

"Me peinó Carmen Cabello. Tiene unas manos prodigiosas. Tengo el pelo bastante largo y yo quería un moño pequeñito. Todo el mundo me decía que era imposible, aun así, ella me hizo el moño más pequeño y bonito que podría haber conseguido nunca".

"Recuerdo con especial cariño la mañana de la boda, estar arreglándonos mi madre y yo en la habitación del hotel y mi padre yendo y viniendo de su habitación trayendo cosas. Siempre está atento de nosotras. Se haría 10.000 pasos solo esa mañana", dice entre risas.

De la ceremonia civil, la abogada se queda con sus amigos, "como guía y haciendo los discursos. Tuvimos un poco de todo, parte sentimental por parte de mis amigas y parte cómica por parte de los amigos de Ismael. No faltó de nada".

Para el primer baile, la pareja escogió "la canción de Benson Boone 'Beautiful Things', queríamos una canción que no fuera demasiado lenta, pero que a la vez fuera bonita".

Como consejos para futuras novias, Naomi dice "que mantengan el equilibrio entre dejarse aconsejar y decidir lo que a ellas les guste. Por último y, sobre todo, que confíen. Las cosas salen bien, mejor de lo que nos esperamos y, si no es así, no pasa nada. Como una persona a la que quiero mucho me dijo durante todo el proceso, 'la vida no es perfecta, pequeño pajarito' y aún sin ser perfecta, es maravillosa y este día, más todavía".