El vestido de novia de Victoria López-Quesada para su boda, al detalle: minimalista y con un original bordado

Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova ya son marido y mujer. Tal y como estaba previsto, la hija de Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y a su vez, ahijada del rey Felipe VI, y el hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre y la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, se casaron este sábado en Madrid. La pareja escogió la finca Soto Mozanaque, situada en el municipio de Algete, a 23 kilómetros de la capital, como enclave tanto para la ceremonia como la celebración. Un espacio propiedad de Ioannes Osorio, duque de Albuquerque, que ha sido testigo de otras bodas de la jet set.

Convocados a media tarde, hasta la finca se desplazaron, además de los familiares y amigos directos de los novios, representantes de la aristocracia, la élite empresarial y de la realeza, como fueron el rey Felipe, sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, y algunos de sus hijos, para asistir a la gran boda de la temporada en nuestro país.

Siguiendo los pasos de su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la novia escogió a Lorenzo Caprile para crear el traje más importante de su vida: su vestido de novia. Recordemos que el 15 de julio de 1994, hace 30 años, los padres de Victoria López-Quesada contrajeron matrimonio en la finca familiar La Toledana, en Ciudad Real, y que la novia llevó un traje de novia de Caprile. En contra de lo que a simple vista podía parecer por su cuerpo encorsetado y su falda corpulenta, dos rasgos alejados de las tendencias y las corrientes en moda nupcial que mandan hoy y que imponen a los vestidos fluidos como esenciales en el armario de la novia, el vestido que lució la madre de Victoria López-Quesada, "no fue clásico para su época, todo lo contrario, era un vestido de novia moderno".

Así, hace unos meses, Cristina de Borbón-Dos Sicilias volvió al taller del modista en Madrid para encargar el vestido de novia de su hija. Como era de esperar, y dado tanto el estilo atemporal y elegante de la ahijada del rey Felipe, como los trajes que construye Caprile, Victoria López-Quesada apostó por un look nupcial clásico.

Se trata de un vestido de líneas depuradas, muy sencillo, con pratón minimalista. Cuenta con un cuello redondo y amplio, manga larga con fruncido en los hombros, falda recta con una sobrefalda de donde brota la cola y un bordado vintage a contraste, en color marfil, en el centro.

En cuanto al ramo, se decantó por unas calas blancas de tallo largo.

La novia completó su look con un velo de encaje antiguo, una pieza que ha trascendido de generación en generación y que se sabía que Victoria López-Quesada iba a llevar en su boda. En origen, este accesorio tipo mantilla con puntillas y adornos florales, perteneció a su bisabuela, la infanta Alicia de Borbón-Parma, y desde entonces son varias mujeres de la familia las que lo han lucido en sus respectivos enlaces, entre ellas su abuela y su madre.

Finalmente, la joven de 27 años portó la tiara de botones, una pieza que forma parte del joyero familiar y que culminó su look nupcial. La conocida como diadema de botones de diamantes de los Habsburgo, "era un aderezo de botones para adornar datado del siglo XVIII. Perteneció en primer lugar a la archiduquesa de Austria y los cinco que quedan se montan en una estructura en forma de diadema. Fue un regalo a la infanta Alicia en su boda 1936", explicó David Rato, experto en joyas de la Casa Real española y creador de la cuenta Spanish Royal Jewels, a Vanitatis. Además, es una joya especialmente relevante en el joyero de su abuela. "La princesa Ana de Orleans la lució varias veces como colgantes en collares de perlas y luego se han lucido en diferentes bodas". En 1994, fue su madre, Cristina, quien la lució y apenas dos años después, su hermana Paloma, en 1996. En los últimos años, también la ha lucido Sofía Landaluce y Victoria como horquillas, en una original forma de integrarlas en el recogido. Victoria López-Quesada se sumó así a esta lista.