Así es el vestido de novia que Garbiñe Muguruza llevó en su boda: escote asimétrico, lazo XL y falda voluminosa

Garbiñe Muguruza y Arthur Borges ya son marido y mujer. Como estaba previsto y ellos mismos habían anunciado hace meses, la extenista y el empresario se casaron la tarde del pasado 5 de octubre en Marbella. Un enlace íntimo que pone el broche de oro a su noviazgo de tres años y al que ha tenido acceso en exclusiva la revista '¡Hola!'.

Muguruza y Borges celebraron sus nupcias en la misma ciudad donde se comprometieron hace más de un año, concretamente, en la primavera de 2023. Para su gran día, la pareja escogió la exclusiva finca La Concepción, ubicada en la zona de Istán y con más de 10.000 m² de jardines con palmeras, plantas tropicales y un centenario nogal americano. Hasta allí se desplazaron sus 90 invitados llegados de todas las partes del mundo para acompañar a la deportista y al ejecutivo en su boda.

Se sabía que, para diseñar el vestido más importante de su vida, el de novia, Muguruza había llamado a las puertas del atelier de Pronovias en Barcelona. Algo que dejó claro con su presencia en el último desfile de la firma nupcial celebrado en la Ciudad Condal a finales del mes de abril.

Hoy, la publicación de la mencionada revista, nos cuela en la boda y de paso, nos descubre como es el vestido de novia que la extenista lució.

De escote asimétrico, decorado con un lazo XL y con una falda voluminosa, estas son las tres señas que diferencian y caracterizan al look nupcial elegido por la hispanovenezolana. "Me he inspirado en la era dorada de Hollywood, en aquellos vestidos de Marilyn Monroe, de Elizabeth Taylor, que son elegantes y bonitos y hacen buena figura", confiesa a '¡Hola!'.

La novia desfiló camino al altar del brazo de su padre y padrino, José Muguruza, enfundada en el vestido de novia que Pronovias diseñó en exclusiva para ella. Fabricado con un tejido estructurado de mikado en color blanco, un material tan clásico como atemporal, el modelo dejaba uno de sus hombros al aire. Decorando ese escote asimétrico, un gran lazo vaporoso. La cintura, ceñida con un falso fajín drapeado, daba paso a una descomunal falda en línea A de la que brotaba una cola.

Como complementos, Garbiñe renunció al tradicional velo de novia para apostar por un tocado de redecilla sobre su melena recogida en un impoluto moño de bailarina, y en cuanto a las joyas, unos pendientes y una pulsera de Suarez, la firma que estaba detrás de las alianzas del matrimonio.