La novia con vestido y capa vaporosa que se casó en una romántica boda de campo

A pesar de que Andrea y Rafael se conocían de toda la vida, "nuestros abuelos maternos vivían pared con pared, y, por tanto, nuestras madres han crecido siendo vecinas, y los dos hemos estudiado en el mismo colegio, aunque íbamos a diferentes cursos", no fue hasta un viaje de amigos en 2010 cuando surgió la chispa entre estos dos cordobeses. Tres años después, siendo ya amigos, comenzaron su noviazgo. "Mi abuela decía que estábamos predestinados", confiesa la protagonista de esta boda.

Una década más tarde, Rafael, Tete para los amigos, pidió su mano. "La pedida fue en nuestro colegio, una tarde de viernes como tantas que habíamos compartido. Hizo un álbum con todos nuestros recuerdos desde 2013 a 2023 y al final, mientras sonaba la canción 'Tantos bailes' de Marta Soto, me pidió matrimonio", detalla esta matrona. "Contar la noticia a nuestra gente fue emocionante, hemos sido los primeros amigos en casarse, y ver la ilusión y la emoción en la gente que te quiere es de las sensaciones más bonitas que he vivido nunca", confiesa Andrea.

La boda se celebró el 31 de agosto de 2024 en Priego de Córdoba, la localidad natal de ambos. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la iglesia de San Francisco, una iglesia bastante importante para ambas familias, y la celebración tuvo lugar en el Cortijo de Vargas, ubicado a 20 km de Priego, en plena Subbética Cordobesa. "Un cortijo rodeado por el mar de olivos tan característico de nuestra zona, con uno de los mejores atardeceres que hemos visto nunca", recuerda.

Andrea, una loca de las bodas, no tardó en seleccionar los proveedores principales para su gran día, pero, "conforme empezaron a pasar las semanas, empecé a plantearme dudas y pensando que iba a tener que delegar ese día tareas. Entonces apareció el equipo de Olivia Maraca en nuestra vida, con su servicio de coordinación. A día de hoy, no dudaría en poner cualquier celebración en sus manos, porque es garantía de seguridad, ellos saben que los adoramos".

El enlace ya estaba en marcha y esta matrona cordobesa debía escoger diseñador para su vestido de novia. "Quedaría muy bonito decir que yo tenía un vestido de mis sueños guardado en mi cabeza o móvil, pero la verdad que no era así". Ante esta situación, Andrea se puso en manos de expertos y dejó asesorar. El modisto Rafa Valverde despejaría sus dudas y daría forma al traje más importante de su vida.

"Cuando Rafa me planteó los bocetos, juro que me podría haber casado con los 3, pero por unanimidad (me acompañaron mi madre, mis hermanas y mi suegra) ganó el boceto del que sería mi vestido. Hasta mayo, es decir, 3 meses antes, la idea principal era que iba a llevar mangas, pero la verdad que estaba un poco agobiada y cansada de ver a novias de pleno verano muy tapadas. Así que trasladé mis preocupaciones a Rafa y le comenté que no quería ir con mangas, pero a la vez que me apetecía ir cubierta de alguna manera, especialmente para la ceremonia religiosa. Empezamos a mirar tejidos para poder idear la forma de cubrirme y en cuanto vi la tela de bambula plisada me enamoré totalmente de ella", así surgió la idea de llevar un vestido de novia con capa vaporosa.

"La tela tenía una caída espectacular, un montón de movimiento y el color perfecto. En pocas palabras, lo vi el tejido ideal para cubrirme de una manera sutil, sin olvidar que era el mes de agosto. Empezamos a plantear algún tipo de capa, aunque llevar una capa cruzada sobre el pecho que subiera hacia el cuello y me hiciera el efecto halter, cubriéndome, ganó por goleada y terminó siendo la verdadera protagonista de mi look de novia. Para ir en concordancia con el tejido de la capa, Rafa me plisó todo el pecho con la misma bambula de la capa, extendiéndose hacia los hombros y la espalda donde llevaba un cruce a cuatro, dejando algunos lados descubiertos, detalles que dentro de la sencillez que buscaba, le diera el toque especial", explica Andrea.

Un proceso de creación que la novia recuerda como uno de los más bonitos de su vida. "Iba a cada prueba superemocionada, porque por recomendación de él, no tenía ninguna foto para no estar todo el día mirándolo. Así que cada vez que iba sentía nervios de volvérmelo a poner y probármelo cada vez más avanzado me encantaba, siempre acababa diciéndoles que no me lo quería quitar y que era el vestido más bonito que nunca habían hecho. Además, Rafa también vistió a mi madre, mis hermanas y mi suegra, por lo que compartir esos días de pruebas, de ilusiones y de nervios es parte de la preparación de la que me voy a guardar para siempre porque me siento muy privilegiada de haber podido disfrutar tanto del proceso con ellas".

Con el vestido de novia definido, la cordobesa se lanzó a la búsqueda y captura de los complementos. "Los zapatos fueron las sandalias Azia 75 en color champán de Jimmy Choo, un regalo de mis mejores amigas. Tenía claro que quería una sandalia metalizada y que el tacón no fuera del todo exagerado, así que realmente parece que estaban hechas para mí. Luego me cambié por unas cuñas de esparto de la marca Pitusas, en concreto, por el modelo Belem Oro de 5 cm, otro regalo muy especial".

En cuanto a joyas, Andrea llevó cuatro anillos, una pulsera de cadena en oro amarillo de su abuela materna y unos pendientes de M de Paulet. "No me veo nada con pendientes pequeños o muy colgantes, ni con el típico pendiente de novia, y la verdad que algo característico en mí es que suelo llevar pendientes grandes. Sí que tenía claro que quería llevar algo de perla en el pendiente porque creo que arreglan y dan mucha luz a la cara. Desde que los vi, supe que iban a ser esos y la verdad que creo que pocos pendientes me hubieran representado más".

Por último, el ramo. Andrea apunta que "no pasó desapercibido". Obra de Aurori de Ronchel Floristeria, "me hizo el ramo de novia más bonito: una composición de rosas inglesas, gerberas y celosías anudadas con 3 cintas muy especiales, de las que colgaban dos medallas".

Cumpliendo con el protocolo, Rafael llevó un chaqué a medida en color gris. "Ángel, de AM Suits, con su prudencia y consejo me dejó hacer lo que me apetecía sin perder la elegancia que caracteriza un chaqué y por eso decidí dejarme en sus manos", explica el novio. Acompañado de una camisa azul celeste y un chaleco color marfil, el chaqué era perfecto para una boda de verano en Córdoba.

"El día de la boda me arreglé en casa de mis padres, junto con mis ellos, mis hermanas, mi prima Isabel y mi Tita Isabel. No quería que hubiera mucho movimiento de personas y que durante los preparativos no sintiese nervios y arreglarme en un ambiente relajado. Para esos momentos, usé la bata que hizo Bridalada en colaboración con Victoria, la marca de Vicky Martín Berrocal, de la cual estaba totalmente enamorada desde que la sacó", cuenta.

Su peluquera y maquilladora de confianza, Ana de Gloss Peluquería y Rita de Estética Rita Marin se ocuparon del beauty look de la novia. "Si algo tenía claro es que quería un moño de bailarina y que no iba a llevar ningún adorno en el pelo más allá del velo. De maquillaje, quería algo supernatural y no verme ni sentirme disfrazada. No suelo usar sombras, ni color fuerte en los labios, ni me gusta sentirme muy maquillada".

Aquel 31 de agosto, Rafael y sus 254 invitados esperaban dentro del templo religioso la llegada de la novia. "Llegué a la Iglesia andando desde mi casa, nos paramos en la puerta de la Iglesia, vi a Tete al fondo, comenzó a sonar la música y mi padre me dio un beso y entramos. Yo que creía que iba a ser un mar de lágrimas, pero sentí una felicidad que no puedo explicar, y solo me salía mirar a las personas y sonreír mucho, ojalá a ese pasillo que yo tanto temía, no se hubiera acabado nunca".

"Cuando te casas, no debes olvidar que la ceremonia, que, en nuestro caso, fue religiosa, es el momento verdaderamente importante, y que es donde debes implicarte y poner tu cariño al cien por cien. Para nosotros, fue el momento más especial de todo el día, y la vivimos plenamente, por lo que la planificamos con mucho tiempo y cuidando cada detalle. Cada lectura fue escogida buscándole el pleno sentido. En la Eucaristía solo participaron personas a las que queremos mucho y que son cristianas practicantes, y la realidad que cuando sientes lo que lees, las palabras llegan mucho más", argumenta Andrea.

Convertidos en marido y mujer y antes de dar comienzo a los festejos, los recién casados protagonizaron una sesión fotográfica. "Encarnación y Javier, los fotógrafos del equipo de Encarnación Campanario, junto con Manuel, el videógrafo de Querida Catherine, nos lo hicieron tan sumamente fácil que el resultado fue espectacular. Nos hicieron sentir cómodos, y confiados, como si nos conociéramos de toda la vida, y el recuerdo que han creado es a donde podemos volver a revivir ese día".

El Cortijo de Vargas fue testigo de esa celebración. "Oí hablar por primera vez del cortijo en 2019, cuando lo inauguraron, lo busqué por redes y ya me pareció espectacular y posteriormente acudimos en 2021 a la boda de unos amigos, miré a Tete y le dije que no necesitaba mirar más sitios porque sabía que me quería casar allí sin ninguna duda. Yo creo que te puedes enamorar de los sitios, y juro que a mí me pasa con el cortijo cada vez que voy, porque es un sitio que no necesita ni medio adorno para que te quedes embobado con lo bonito que es. Y así fue, una noche con una temperatura ideal, con coctel y cena exterior, bajo una carpa de luces led e iluminación indirecta de todos los árboles de alrededor, ni en mis mejores sueños".

Los detalles decorativos de la boda se movieron en una paleta cromática que mezclaba los rosas, corales, naranjas, violetas y celestes. "Como la copa de bienvenida y la cena fueron en un jardín exterior, queríamos que resaltara lo colorido de los manteles y la decoración floral en tonos vivos pues todo era sobre una gran superficie principalmente verde. El equipo de Andaluflor tuvo en cuenta nuestros gustos en cuanto a colorimetría, y dejaron toda la zona del mirador y las mesas verdaderamente preciosas, sin sobrecargarlo en exceso porque el sitio en sí mismo ya resalta bastante. Junto a las flores, crearon un juego de velas en algunas mesas, para dar puntos de luz".

El catering de la boda estuvo servido por Ermita de la Candelaria, un catering al mando de Javier Campos. "Sabíamos que contar con ellos era acierto seguro, su profesionalidad es impecable. Teníamos claro que el catering tenía que ser excepcional, pues al final es uno de los gruesos de la celebración. Mónica y Javier estuvieron toda la noche al mando del equipo, y no recuerdo cuantas veces le dimos las gracias por dejarse la piel. El menú consistió en 18 entrantes durante el cóctel, un primer plato que era una ensalada fría de rape y langostinos con tirabeques, seguida de una presa guisada como antiguamente y finalmente, un hojaldre caramelizado de frutos rojos".

Como grupo musical, "actuó La Caja Manuela, un grupo de Sevilla que nos encanta. También teníamos clarísimo desde hace muchos años que serían ellos, y la verdad que fueron increíbles".

El primer baile lo abrieron con la canción que sonó en su petición de mano, 'Tantos bailes' de Marta Soto, "una canción que nos ha marcado mucho desde el principio. No practicamos absolutamente nada, no nos gustan los bailes forzados, ni ensayados, y a mí personalmente ponerme en el centro a bailar me daba muchísima vergüenza. Así que decidimos dejarnos llevar y bailar improvisado y disfrutarlo".

Cerramos el album de boda de Andrea y Rafael con sus recomendaciones para futuras novias. "El día de la boda, desgraciadamente, pasa super rápido, y al final vas a celebrar algo muy bonito. Por tanto, el camino debe ser igual de bonito, porque al final es mucho tiempo el que dedicas a prepararlo, y si lo haces desde la felicidad, el resultado solo puede ser bueno. También que no hagan nada porque toca, cada persona y cada pareja es un mundo, y deben ser fieles a ellos mismos. No os sintáis disfrazadas, ni despersonificadas por hacer una fiesta o una celebración por quedar bien. Si vosotros ese día estáis cómodos y felices, es lo que vais a transmitir, y no hay mejor celebración que aquella en la que los protagonistas están pletóricos, porque lo vais a contagiar. Por último, elegid bien los proveedores y confiadle ese día estar al mando de lo logístico. Hay mucha gente remando para que todo salga bien. Y si algo no sale como estaba planificado, no pasa nada, seguramente no influya en absolutamente nada. Bailad mucho, reid mucho y quered mucho, al final lo que se celebra es que ha ganado el amor".