La boda de Ignacio Ruiz-Gallardón y Nerea Zabala: del vestido de novia minimalista a la lista de invitados y sus looks

Madrid vuelve a ser testigo de una de las bodas más importantes de este año. Ignacio Ruiz-Gallardón, tercer hijo del exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y María del Mar Utrera, se ha casado con Nerea Zabala en la iglesia de Santa Bárbara. A pesar de la lluvia y el cielo encapotado, la pareja y sus invitados han derrochado elegancia en una jornada cargada de emoción y estilo.

Al primero que se le ha visto emocionado, y nervioso, ha sido al novio. En la puerta del templo y acompañado de su madre, que ejerció de madrina, y su padre ha aguardado a la que es ahora su mujer.

Ignacio recibió a sus invitados con un elegante chaqué negro, combinado con chaleco gris, camisa blanca y corbata azul celeste, un clásico atemporal que también fue la elección de su padre.

María del Mar Utrera apostó por un sofisticado abrigo burdeos con un delicado estampado en relieve, de corte estructurado y elegante botonadura, que combinó con un tocado a juego y un bolso de mano en el mismo color con borlas decorativas. Bajo este ha escondido su vestido, que la lluvia y el frío han impedido que fuera captado por las cámaras.

La gran protagonista de la jornada, Nerea Zabala, ha hecho su aparición poco después, acompañada de su padrino, que la resguardó de la lluvia con un paraguas transparente. Por suerte para los curiosos, la novia ha bajado del coche sin abrigo, lo que ha permitido apreciar su impecable look nupcial en todo momento.

La joven ha apostado por la sencillez y la sofisticación con un diseño minimalista compuesto por una chaqueta cropped ajustada con mangas largas y cuello mao, que aportaba una estructura elegante y refinada. La falda, de silueta recta, presentaba pinzas que terminaban en un sutil volante y una pequeña cola, otorgando un movimiento delicado al conjunto.

Como complementos, ha lucido un velo de tul de corte midi, que caía de manera etérea sobre sus hombros, y un tocado de flores bordadas, que añadía un toque romántico a su estilismo. En cuanto al calzado, la comodidad ha sido su regla principal. Ha escogido unos zapatos de tacón destalonados con puntera cuadrada en tono marfil, un guiño a la modernidad sin perder la elegancia clásica.

Por su parte, del maquillaje, que se escondía tras el manto, solo se puede decir que ha intentado ser lo más natural posible realzando sus facciones, acompañado por un moño pulido con raya al medio, que aportaba sofisticación y armonía al conjunto.

Entre los invitados más destacados, ha estado Celia Vega-Penichet, sobrina de Ana Obregón, que ha hecho acto de presencia con un elegante vestido midi de estampado floral y geométrico en blanco y azul marino.

De corte fluido y favorecedor, lo ha combinado con un abrigo largo de lana en tono oscuro, bufanda gris y zapatos de tacón con pulsera. A su llegada, se la ha podido ver charlar animadamente con otros invitados antes de acceder a la iglesia.

El resto de las invitadas también dejaron huella con sus estilismos invernales, apostando por abrigos de lana en tonos oscuros, vestidos de corte midi y accesorios elegantes.

Se pudieron ver looks con tonalidades burdeos, negros y grises, complementados con estolas y tocados, reflejando la sofisticación propia de un evento de esta categoría. La combinación de tejidos como el terciopelo, la lana y los detalles florales bordados demostraron que, incluso en los meses fríos, la moda nupcial puede brillar con luz propia.

Tras la celebración religiosa, los novios se montaron en su coche como recién casados rumbo a la parte favorita de todas las familias: el banquete y su posterior fiesta.