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Así ha revolucionado esta novia las redes sociales con su especial e increíble vestido de Valenzuela
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Así ha revolucionado esta novia las redes sociales con su especial e increíble vestido de Valenzuela

Para su gran día, Cristina confió su look en el buen hacer de Valenzuela y de su taller brotó uno de los looks nupciales con más likes de la temporada

Foto: La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)
La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Novias hay cientos de miles pululando por Instagram. Cada día más y más. Nuevos looks que buscan inspirar a otras y que para los apasionados de las bodas son una maravilla incesante. El reto es, entre tanta exposición de vestidos, destacar y causar sensación. Cristina, la novia protagonista del día, puede jactarse de haberlo logrado. En realidad, llevó dos trajes nupciales para su boda y, sin menospreciar el segundo, el primero es un auténtico espectáculo. Una creación de Valenzuela que, apostamos, no paras de ver por las redes sociales. Esta es su historia y la de su boda con Guillermo.

"Tanto Guillermo como yo somos funcionarios, él tiene 33 años y yo 30. Aprobamos la oposición en el 2021, así que estuvimos en época COVID durante nuestro último año de estudio. Normalmente, los opositores se conocen en persona durante la preparación, pero ese año todo era telemático, así que, como tal, nos conocimos una vez aprobados y nos hicimos muy amigos. No fue hasta un año más tarde, cuando empezamos a salir juntos y me pidió matrimonio un año después, durante un viaje a Roma", cuenta la novia.

placeholder La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)
La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Comprometidos, Cristina y Guillermo fijaron su boda para el 28 de septiembre de 2024 en Valencia. La ceremonia, en la Iglesia San Juan de la Cruz, y la celebración, en la Cartuja de Ara Christi, un antiguo monasterio cartujo fundado en 1272 y hoy reconvertido en un enclave para eventos.

"Desde pequeña me han encantado las luces de Navidad y siempre pensé que el día de mi boda estaría rodeada de lucecitas que cayesen de los árboles. Normalmente, en la Cartuja de Ara Christi, el convite suele hacerse en el claustro cubierto o en el descubierto y ninguno de los dos espacios daba pie a poner luces en vegetación. En la segunda visita a la finca, vi un espacio con bastante vegetación que nunca se había usado para cenas de boda y me obsesioné con montar la cena allí. En un primer momento, a nadie le gustó la idea porque es cierto que los espacios que tienen habilitados son una maravilla, pero gracias al equipo de la Cartuja y a Lorena, nuestra wedding planner, conseguí que la boda fuese exactamente como imaginaba", apunta la novia.

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placeholder La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)
La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Aquí es cuando entra en juego el papel de Lorena, de Las Bodas de Araventum. "Toda la boda se la debo a ella. Es increíble como trabaja y su nivel de profesionalidad. Primero, porque desde el minuto uno me dijo que si contrataba a una wedding planner era para despreocuparme (cosa que me cuesta bastante) y tenía razón. No sé cómo lo hace, pero cosa que le pides, cosa que consigue, aunque sea a contra reloj. De hecho, una semana antes de la boda, la previsión del tiempo era buenísima, iba a hacer calor y como la boda era de exterior, en principio no había que preocuparse por que los invitados pasasen frío, pero tres días antes de la boda, cambió radicalmente, así que a Lorena se le ocurrió comprar una manta monísima para cada invitada y que los camareros la ofreciesen durante la cena", recuerda.

Momento para adentrarnos en el look de novia de Cristina. Muy especial, personal, único y dotado del efecto wow, si vestido nupcial salió del taller que otra Cristina, Cristina Valenzuela, tiene en Madrid.

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

"La verdad es que no tenía ni idea de cómo quería que fuese mi vestido. Lo único que creía tener claro es que quería que fuese uno con cuello barco. Empecé a buscar estilos y ninguno me convencía del todo. Algunos me parecían muy bonitos, pero puestos en mí, un disfraz, y los vestidos clásicos que le encantaban a mi madre, me parecía que me sentaban fatal. En plena indecisión acerca del vestido, coincidí con María Escribano en un bautizo. Ella trabaja en Valenzuela y me estuvo comentando que tenía una idea muy clara sobre como ella me veía el día de mi boda. Me encanta el estilo de María, así que cogí cita en Valenzuela unas semanas más tarde".

Ya en el atelier de la diseñadora nupcial, Cristina, acompañada de su madre, comenzó a vislumbrar lo que sería el traje de su boda. "Mi madre había visto en Instagram una colección prêt-à-porter que había sacado la marca y le encantó una pieza muy concreta. En la cita, María me dijo que esa colección se había pensado para pedidas, no tanto para bodas, pero que podíamos cogerla como inspiración y confeccionar el vestido que acabé llevando".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

"No te voy a mentir, el proceso creativo fue bastante tedioso porque yo quería algo más moderno y mi madre quería algo más clásico. En un primer momento, yo no me veía con cola y menos de la medida que acabó teniendo la que llevé. Me veía con algo más moderno. La parte de arriba del vestido creo que es una conjunción de lo que yo quería y lo que creó María, y la parte de abajo, la organza y la cola de casi tres metros, una conjunción de las ideas de mi madre y las de María. En pocas palabras, estoy superagradecida tanto a Meri (María Escribano) como a Valenzuela porque no solo han sido las diseñadoras de una obra de arte, sino también mediadoras en todo el proceso creativo y han conseguido que lleve un vestido que me define completamente", sentencia. Un velo de tul brotando de su semirecogido completaron las piezas.

En palabras de Cristina Valenzuela, "cuando diseñamos el vestido de Cris le propusimos una falda compuesta de varias capas de organza de seda que le diesen mucho movimiento y fuese muy fluida. Para el cuerpo utilizamos la misma organza y lo complementamos con detalles de guipur en cuello, sisa y canesú".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Con su anillo de compromiso como el complemento estrella, "llevé el anillo con el que Guille me pidió matrimonio. Desde pequeña había querido el famoso anillo de Lady Di. Cuando Guillermo se puso a buscar, encontró el anillo de zafiros y diamantes y no hubo duda", el resto sumaron estilo de una manera discreta y elegante.

"También llevé unos pendientes de diamantes que me regaló Guillermo en la pedida. En un primer momento, la idea era llevar unos pendientes que fueron de mi abuela y con los que también se casó mi madre. El problema fue que eran demasiado grandes y con el cuerpo del vestido, se veía muy recargados. En cuanto a los zapatos, no quería que fuesen los típicos tacones blancos de novia. Vi los rosas que llevé en Jimmy Choo y me enamoré", detalla la funcionaria.

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

¿El toque final? El ramo de novia. "La idea era que el ramo no fuese muy estructurado. Me encantan las flores y quería que diese la sensación de que me había ido al campo a recogerlas. En el Taller de Clo me captaron enseguida. El lazo fue de color verde, el preferido de Guille y con el que tiene una obsesión. La medalla me la regalaron mis dos mejores amigas, Reyes y Maca, y es muy especial para mí. Es la medalla de San Nicolás de Bari, el Santo al que tanto mi madre como yo le rezábamos durante toda mi oposición".

Guillermo también dictó tendencia con su look. "Llevó un chaqué hecho a medida en azul marino. Se barajó la posibilidad de que llevase el clásico, gris, con pantalones a rayas, pero no era para nada su estilo. Se puso una corbata que le regalé cuando solo llevábamos tres meses de relación y la verdad es que me hizo mucha ilusión. También llevó un reloj que le regaló su padre al aprobar la oposición y que le había gustado desde siempre".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

El día de la boda había llegado. "Me maquilló y peinó María Serrano Parra. No soy una persona que se maquille mucho y María consiguió que me viese a mí misma, guapísima, sin excesos. Es una pasada de profesional. Además, al llegar al hotel donde me arreglé, MYR Palacio de Vallier, y sacar el vestido del portatrajes, la cola estaba completamente arrugada (culpa mía porque no lo guardé como me dijeron en Valenzuela), así que mi madre tuvo que coger una plancha portátil y plancharlo como pudo mientras yo me maquillaba y peinaba. Estaba histérica y la pobre María se portó increíble, tranquilizándome y ayudando con todo. Es un amor", rememora Cristina.

Guillermo y sus 200 invitados aguardaban a la novia dentro de la iglesia. "Durante la ceremonia hubo dos momentos que para mí fueron muy especiales. El primero, antes de entrar, esperando que se abriesen las puertas de la iglesia con mi padre. Me parece el momento más bonito que puede vivir una hija. En mi caso, estaba muy muy nerviosa y tener a mi padre del brazo en ese momento fue algo que difícilmente puedo explicarte con palabras. Entré con una de las canciones preferidas de mi madre, 'Shallow', así que podríamos decir que me sentí muy arropada por los dos".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

El segundo que la novia destaca de la ceremonia religiosa fue cuando se acercó al altar. "Nunca había visto a Guille llorar y menos de emoción. Habíamos hablado muchas veces de si pensaba que lloraría cuando me viese entrar y siempre me decía que no, pero conforme me iba acercando, le iba viendo los ojos llorosos y me emocioné muchísimo".

Cuanto Guillermo y Cristina ya se habían convertido en matrimonio, pusieron rumbo a la Cartuja de Ara Christi para dar comienzo a los festejos. "No había temática en la decoración, la idea era que pareciese un bosque encantado y tanto Lorena como Paloma, del equipo de la Cartuja, lo consiguieron. La decoración de la cena la recuerdo con muchísima emoción porque tanto las lucecitas como las dos alfombras de velas que montó Lorena a la entrada de la finca, hacen que cada vez que piense en nuestra boda, me recuerde a un cuento de hadas".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Como detalle a destacar y muy de los novios, la actuación de Los Antonios. "Es un grupo de músicos de Barcelona que es una maravilla. Desde que nos conocimos, nuestra canción había sido 'Los Tontos' de C. Tangana. No es una canción típica de baile nupcial, así que se nos ocurrió recrear un 'Tiny Desk' durante la cena. La mesa presidencial era alargada, así que justo al acabar el postre, habilitaron sillas a cada uno de nuestros lados, se sentaron Los Antonios y empezaron a tocar la canción. Todo el mundo se acercó delante de la mesa y nos pusimos todos a cantar y a bailar. Cada vez que recuerdo ese momento me emociono. Para nosotros, fue EL MOMENTO de la boda, porque pudimos cantar y bailar la que es nuestra canción junto con nuestras familias y amigos", cuenta la funcionaria.

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

"Tanto el aperitivo como la cena la sirvió Gourmet Catering, el catering de La Cartuja y todo el mundo dijo que estaba espectacular. De primero pusimos crema de puerros al hinojo con mousse de bogavante y almendra de trufa, de segundo solomillo de ternera a la sal y de postre torrija y coulant de chocolate", detalla sobre el banquete de bodas.

"En la cartuja, la zona de fiesta es un salón enorme con espejos y una cúpula increíble al que entras por dos puertas muy grandes. Llevamos a todos los invitados hasta las puertas y antes de abrirse, le pedimos al DJ, Diego Gilca, que pusiese la canción de entrada con las puertas cerradas. Antes de entrar, ya estábamos todos bailando", señala Cristina. "Todos los recuerdos son una pasada. Sin duda el mejor día de mi vida".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Antes de abrir el baile, Cristina se cambió de look. De escote en pico, decorando con un broche vintage en la cintura y falda de plumas, su segundo vestido de novia para la fiesta fue una confección a medida de la costurera Lesya.

"Guille y yo somos supervergonzosos, así que no queríamos hacer baile pegados delante de todo el mundo. Después del 'tiny desk', nos separamos del resto para bailar con nuestros padres 'Noches de bohemia' y luego la bailamos juntos".

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La boda de Cristina y Guillermo. (Fotos Pelayo Lacazette)

Llegamos al final con los consejos de la valenciana para futuras novias. "Recogería el que me dio Lorena la primera vez que hablé con ella. Es una tontería agobiarse de más durante la organización porque el día de la boda es el día de los novios, y si ellos disfrutan, también disfrutarán todos los invitados. Así que mi consejo sería ese, que se lo pasen increíble juntos, que el día pasa muy rápido y es demasiado bonito como para estar pensando en nada más que en disfrutar y celebrar"

Novias hay cientos de miles pululando por Instagram. Cada día más y más. Nuevos looks que buscan inspirar a otras y que para los apasionados de las bodas son una maravilla incesante. El reto es, entre tanta exposición de vestidos, destacar y causar sensación. Cristina, la novia protagonista del día, puede jactarse de haberlo logrado. En realidad, llevó dos trajes nupciales para su boda y, sin menospreciar el segundo, el primero es un auténtico espectáculo. Una creación de Valenzuela que, apostamos, no paras de ver por las redes sociales. Esta es su historia y la de su boda con Guillermo.

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