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El álbum de boda de la diseñadora Rocío Peralta: "Para casarme elegí un vestido de inspiración romántica, sin flores ni volantes"
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El álbum de boda de la diseñadora Rocío Peralta: "Para casarme elegí un vestido de inspiración romántica, sin flores ni volantes"

Arropada por multitud de amigos y estrellas taurinas, farolillos de Feria, cientos de rosas y detalles camperos. Así fue la boda de la diseñadora en su finca familiar de Puebla del Río, convertida en uno de los acontecimientos sociales de 2007

Foto: Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)
Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)

Rocío Peralta, diseñadora de vestidos de flamenca e hija del afamado rejoneador Rafael Peralta, y el empresario Cayetano García Soriano se enamoraron en 2004 después de muchos años de amistad. "Cayetano y yo nos conocíamos desde hacía diez años atrás y fuimos íntimos amigos durante todo ese tiempo. Mismos planes, mismos amigos… Lo que nunca pensé es que terminaría enamorándome de él. La chispa surgió, por sorpresa, en la Feria de Abril y hasta hoy". Tras dos años y medio de noviazgo y en un luminoso 15 de septiembre de 2007, tocaron campanas de boda en Puebla del Río, Sevilla, cuna de nacimiento de los Peralta. Ella tenía 27 años y él, 29. "Fue una boda muy de sentimiento, con muchos invitados, pero también muy cercana, muy afectiva", recuerda Rocío.

La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia de Nuestra Señora de la Granada de Puebla del Río, un templo de estilo gótico-mudéjar adornado con 2.500 rosas que vinieron de Ecuador como regalo de un amigo de los padres de Rocío. El novio, aparentemente tranquilo y vestido con chaqué gris de Scalpers, llegó acompañado de su madre y madrina, Amparo Soriano, que lució un vestido largo color fucsia y mantilla española. Justo a la una y media de la tarde apareció la novia junto a su padre Rafael a bordo de un coche tirado por cuatro caballos andaluces, regalo de boda de un amigo de la familia, y acompañada de los constantes vítores de los cigarreros (gentilicio de los nacidos en Puebla del Río) que no dudaron en salir a las calles para mostrarle todo su cariño. "Todavía recuerdo aquellos balcones engalanados, el camino desde el Ayuntamiento hasta la iglesia alfombrado de romero y el calor y la cercanía cariñosísima de todos nuestros vecinos", apunta nuestra protagonista.

placeholder Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)
Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)

"La entrada a la iglesia del brazo de mi padre, que casi se emocionó más que yo, bajo los acordes del 'Aleluya' fue un momento especialmente emotivo para mí. Otro que no se me olvidará se produjo cuando, en mitad de la misa, Cayetano se dirigió a mi padre para decirle que me cuidaría toda la vida". Las arras que se entregaron pertenecían a la familia del novio (aseguran que les han dado buena suerte durante años) y el toque flamenco lo puso el cantaor Manuel Lombo, amigo de los novios, acompañado a la guitarra por Juan Rafael.

placeholder La boda de Rocío Peralta. (Fotos Frida Beca)
La boda de Rocío Peralta. (Fotos Frida Beca)

El cortejo de pajes y damas de honor, con trajes blancos de organza y lazos rojos de terciopelo, lo formaron primos de la novia e hijos de sus mejores amigos. Finalizada la liturgia, los novios cruzaron la puerta de la iglesia bajo los acordes de unas sevillanas. "Casándonos en nuestra tierra, no podían faltar", subraya Rocío.

La finca familiar de los Peralta, 'Rancho el Rocío", donde la novia guarda innumerables recuerdos de su vida, fue el lugar elegido para la celebración. "Los jardines se adornaron con farolillos de la Feria de Abril, casetas con carteles de toros, puestos de rebujitos, detalles de equitación torera, tapas típicamente andaluzas y hasta un parque de luces, recreando un espacio lleno de magia, alegre y cien por cien andaluz, tal y como queríamos". Allí se dieron cita sus 800 invitados, entre los que se encontraban personalidades como la duquesa de Alba, los toreros Morante de la Puebla y Curro Romero, el último con su esposa Carmen Tello, Carmen Martínez-Bordiú, Luis y Rafael Medina, Luis Valdenebro y Tomás Terry, entre otros. La madre de la novia, Mamen Revuelta, fue una de las mujeres más elegantes del enlace, luciendo un vestido largo color gris perla del sevillano Manolo Giraldo. Las hermanas de la novia, Lola y Mercedes, eligieron diseños de Victorio y Lucchino y Josep Font.

placeholder Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)
Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)

El aperitivo se celebró al aire libre en los jardines de la finca y el almuerzo, para evitar el calor de aquel día, en los salones interiores. "Las mesas, vestidas con manteles estampados en beige y blanco elegidos expresamente por mi madre, se decoraron con centros de distintas alturas cuajados de rosas. Cada una de ellas llevaba el nombre de un caballo memorable de la ganadería Peralta. "Mi hermana Mercedes, que es interiorista, aportó mil ideas a la decoración de la boda e hizo los dibujos de animales de los meseros. Todavía los conservo". La decoración floral, obra de Marta Pastega de Búcaro Sevilla, se realizó a base de lisiantum, margaritas de dos colores, trigo, guirnaldas con variados verdes y adornos típicos de la marisma.

El menú, servido por el catering de la finca, incluía salmorejo al caramelo, brocheta de jamón y melón, ensalada cántabra de langosta y salsa de mango, carrillada ibérica confitada al vino rojo con puré patatas trufado y soufflé de chocolate y tulipa de vainilla. "Uno de los momentos más divertidos se produjo durante el almuerzo, cuando apareció un grupo de mariachis y después, el grupo Los Alpresa, para animar el ambiente con sus rumbas. A los invitados les encantó", apunta Rocío.

placeholder Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)
Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)

En lugar del clásico vals, Rocío y Cayetano decidieron abrir el baile con un pasodoble. Para la fiesta, se montó una gran pista de baile en los jardines donde, no faltaron las rumbas y los ritmos flamencos, pero tampoco los éxitos pop de los años 80 y 90, "que nos animaron a todos hasta altas horas de la madrigada". Los invitados también disfrutaron de un photocall casero, muy divertido, y multitud de platos como recena. Pocos días después, los novios iniciaron su esperada luna de miel. ¿El destino? Tailandia y Bali. "Fue espectacular".

Un vestido de aire romántico con detalles de plata

"Como he nacido entre flores y volantes, me apetecía ir distinta el día de mi boda y elegí al diseñador Miguel Palacio para que se encargara de mi vestido de novia. El primer boceto ya me encantó. Soy muy decidida, cuando algo me gusta no le doy siete vueltas". Finalmente, Roció eligió un traje de inspiración romántica realizado en chiffón de seda, plisado en la parte delantera con un bordado en plata envejecida en forma de lazo en el pecho y la cadera y manga corta ligeramente abullonada con pequeños volantes. "El velo, regalo mi madre, era un mantón antiguo con aplicaciones de encaje de Bruselas".

En un look tan cuidado, los accesorios tienen que acompañar. "Los zapatos eran de Yves Saint Laurent y como únicas joyas llevé mi anillo de compromiso, unos pendientes largos de brillantes y esmeralda, una maravillosa tiara de brillantes montada a partir de un broche, una pulsera y una sortija de mi familia". Tanto el peinado, una trenza ligeramente deshecha, como el maquillaje, en tonos muy sutiles, fueron obra de la estilista Ana Espejo. El ramo, un romántico bouquet de rosas vendela y bouvardia, fue obra de Marta Pastega. "Tras el banquete lo dividí en tres partes que repartí entre mis hermanas, Lola y Mercedes, y mi amiga Marta Torres".

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Rocío Peralta el día de su boda. (Fotos Frida Beca)

Tras diecisiete años de casados y con tres hijos en común, Cayetano, Beltrán y Rafa, nuestra pareja sevillana sigue tan unida y enamorada como aquel caluroso día de septiembre. "Cayetano es más detallista que nadie, más auténtico que nadie y la persona más sincera que conozco. Él fue quien me impulsó en mi aventura como diseñadora, confió en mí y me dio la fuerza que necesitaba. Es el hombre de mi vida". Así expresaba Rocío su más rotunda declaración de amor.

Rocío Peralta, diseñadora de vestidos de flamenca e hija del afamado rejoneador Rafael Peralta, y el empresario Cayetano García Soriano se enamoraron en 2004 después de muchos años de amistad. "Cayetano y yo nos conocíamos desde hacía diez años atrás y fuimos íntimos amigos durante todo ese tiempo. Mismos planes, mismos amigos… Lo que nunca pensé es que terminaría enamorándome de él. La chispa surgió, por sorpresa, en la Feria de Abril y hasta hoy". Tras dos años y medio de noviazgo y en un luminoso 15 de septiembre de 2007, tocaron campanas de boda en Puebla del Río, Sevilla, cuna de nacimiento de los Peralta. Ella tenía 27 años y él, 29. "Fue una boda muy de sentimiento, con muchos invitados, pero también muy cercana, muy afectiva", recuerda Rocío.

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