La boda del humorista Juan Amodeo: todos los detalles del fiestón flamenco con 300 invitados, vestido de novia halter y fuegos artificiales

Juan Amodeo ya puede presumir de haber vivido uno de los mayores “shows” de su vida: su propia boda. El humorista sevillano, que arrasa en taquilla con su espectáculo ‘Cásate conmigo’, ha hecho honor al título en un enlace celebrado este fin de semana en la Hacienda de Orán, a las afueras de Sevilla. Un entorno histórico, del siglo XVII, elegido por otras parejas ilustres como Jordi Alba y Romarey Ventura, y que esta vez acogía a unos 300 invitados entre familiares, amigos y rostros conocidos.

El enlace civil, oficiado por Alberto, mejor amigo del novio, arrancó con un ambiente muy especial: un coro rociero entonaba sevillanas justo antes de que entraran los novios, cumpliendo la promesa que la pareja había hecho en su entrevista con Vanitatis: “Va a ser una boda muy flamenca”. Y vaya si lo fue.

Durante la cena, las palmas, el cante y el baile se adueñaron del ambiente. Incluso las madres de los homenajeados se lanzaron al tablao improvisado, seguidas por la novia, que no dudó en empuñar un abanico para combatir el calor y marcarse unos pasos.

Claudia Molero, profesora de francés y sevillana de raíces, deslumbró con un elegante vestido blanco de corte minimalista y cuello halter, firmado por una de las dos casas encargadas de su look nupcial: Pronovias y Luisa Cornejo.

El diseño, de líneas puras, sin adornos ni bordados, realzaba su figura con una caída impecable y un aire moderno y sofisticado. Lo acompañó de un velo liso y un ramo de flores blancas naturales, donde se mezclaban tulipanes, rosas y calas, a juego con la decoración floral de las mesas.

Los responsables de que todo saliera como un reloj fueron Patricia y Lidia Gómez, al frente de Weddings With Love, el equipo de wedding planners que también ha organizado otras bodas VIP como las de Sergio Rico y Alba Silva o Marcos Llorente y Paddy Noarbe.

Y en esta ocasión, cuidaron hasta el más mínimo detalle, incluida una apuesta sensorial poco habitual: el aroma de la boda. El perfume elegido fue ‘Peony in Bloom’ de The Wedding Scent, con el que los novios quieren que sus invitados recuerden el gran día también a través del olfato.

La celebración fue un festival en miniatura. Un grupo en directo amenizó la fiesta con música española y luces de escenario, mientras el novio, en primera fila, lo daba todo en la pista. Luego llegó el turno del DJ, que transformó el ambiente en una auténtica verbena: canciones populares, clásicos de ayer y de hoy, y una pista repleta.

La entrada a la fiesta, bajo un arco de pantallas LED con flores blancas y los nombres de los novios, anunciaba que la noche iba a ser inolvidable. Y así fue: arlequines, mimos sobre zancos y fuegos artificiales completaron un espectáculo digno de su protagonista. Una boda única, con alma flamenca, y donde el amor —y el arte— se respiraban en cada rincón.