El álbum de la gran boda de Alba en un cortijo de Córdoba: vestido con cola drapeada, deco andaluza y flamenco como banda sonora

A pesar de ser cordobeses, Alba y Alberto se conocieron en Madrid. "Él trabajaba como médico y yo acababa de terminar unas prácticas del máster. Una tarde, de vuelta a casa en el metro, coincidí con sus tíos paternos y me presentaron a su sobrino, Alberto. Me dijeron que eran de Córdoba también, fue como si los conociera de toda la vida. Desde entonces empezamos a hablar y hasta día de hoy", comienza el relato de la novia.

Alba, de 34 años y experta en marketing, y Alberto, de 38 años y médico, estuvieron siete años como novios antes de lanzarse a la aventura de organizar su boda. "La pedida de mano fue en Roma, una ciudad muy especial para mí, porque hice allí el Erasmus. Tenía muchas ganas de volver y Alberto aprovechó para organizar un viaje sorpresa. Allí, en un mirador llamado Giardino degli Aranci, me sacó el anillo, una esmeralda, y me pidió que se casara con él".

Con el compromiso de querer pasar toda la vida juntos, fijaron la fecha y el lugar de su enlace: 26 de abril de 2025 en la iglesia de Santa Marina y celebración en la Finca el Cercado, un cortijo a las afueras de Córdoba. "Aunque ahora vivimos en Málaga, volvimos a casa para casarnos".

La pareja estuvo al frente de la planificación. "No tuvimos wedding planner. Lo organizamos todo nosotros y confiamos mucho en nuestros proveedores, además, mi suegra se implicó bastante en los preparativos y nos ayudó mucho", explica.

Córdoba como telón de fondo y Andalucía ensalzada de principio a fin. "La idea de nuestra boda es que fuera muy andaluza, elegante y divertida. Venía mucha gente de fuera y queríamos que disfrutaran de una boda muy cordobesa".

En este contexto, Alba no podía elegir a otro diseñador que no fuera Rafa Valverde, discípulo de Palomo Spain y Roberto Diz, y la nueva revelación de la moda nupcial andaluza. "Fue el primero que fui a visitar y me quedé con él. Conectamos y sentí que entendía lo que quería y mis gustos", explica la novia. Con las ideas claras, "sabía lo que quería y lo que no", se apoyó en Valverde para darle forma a su look soñado.

"Quería que fuera muy acorde a mi estilo, sencillo y elegante, sin ser demasiado clásico ni moderno, que fuera atemporal y que con los años me siguiera gustando. También me hacía ilusión llevar velo. Sin darme cuenta, me estaba inspirando en el vestido de mi madre, el que hizo mi abuela. Es más, llevé el mismo tejido de satén en color crudo", confiesa Alba. Un tejido que, sin saberlo, Rafa le presentó y surgió el flechazo, "al verlo no lo dudé ni un segundo".

Así arrancó el proceso de creación. "Al vivir fuera de Córdoba, las citas eran siempre un viernes por la tarde, me acompañaban mi tía y Marta, una de mis íntimas amigas que también se hizo el vestido con él. En la primera visita con Rafa, le conté mis preferencias, qué me gustaba y qué no, y algunas ideas que tenía, llevaba tiempo guardando fotos de otras novias que me inspiraban por algo. En la siguiente cita, me presentó algunos bocetos y fuimos dándole forma".

Cuando el vestido iba avanzando, Rafa y Alba se centraron en la cola. "Aunque teníamos una idea en un boceto, me sorprendió con una cola distinta, en un tejido drapeado muy especial que nunca había visto, sin dudar le dije que la quería para mi vestido, era la pieza que le faltaba".

El vestido de novia de Rafa Valverde, protagonizado por esa original cola drapeada, estaría acompañado de una serie de accesorios en la misma sintonía de estilo. "Los zapatos eran de Flordeasoka, con tacón trapecio, ya que es un tacón cómodo y elegante. Para el baile y el resto de la noche me puse unas alpargatas de Pitusas", detalla.

En cuanto a las joyas, solo llevó unos pendientes muy especiales y el anillo de pedida. "Los pendientes eran de mi abuela, los mismos que llevó mi madre en su boda, me hacía especial ilusión llevarlos. Son de platino con diamantes y una amiga me ayudó a restaurarlos, ya que le faltaban algunas piezas". En el momento del baile, sumó al look nupcial un choker de perlas de El Joyero de Alejandra.

Por último, el ramo, muy colorido, como quería la novia. "Lo que nunca me imaginé es que acabaría diseñándolo junto con Alberto y el equipo de Andaluflor el día de antes. Tenían gerberas de color, una peonía en tono rosa, una rosa en un tono más claro y acabamos añadiendo margaritas como guiño a la primavera y el campo". Como adorno, "llevaba una cinta bordada por mi amiga Gloria donde ponía 'un trocito de cielo, nos acompaña hoy', en recuerdo a mi madre, y una medalla que me regalaron mis amigas con un 14 y un mensaje, somos el grupo 'Las catorce'".

Alberto cumplió con el 'dress code' con un chaqué clásico de Bund Company. "Quiso elegirlo todo solo, por lo que era su secreto mejor guardado y no defraudó. Tiene mucho gusto y sabía que iba a ir perfecto. El look estaba lleno de detalles, en las mangas de la camisa puso bordadas nuestras iniciales y en la chaqueta, las iniciales y la fecha. También llevó unos gemelos con sus iniciales que le regalé para ese día", dice Alba.

El día de la boda había llegado. "Me maquilló Luisa López y me peinó Carmen de Divinas, la peluquería a la que siempre voy cuando estoy en Córdoba, con ellas estuve muy tranquila a pesar de los nervios. Me arreglé en La Posada de Pilar, un hotel con mucho encanto que está en frente de la iglesia donde me casaba, me pareció perfecto para ese día. Algunas amigas se acercaron un rato antes de salir y durante los preparativos me acompañaron mis tías".

Tan cerca estaba el hotel de la iglesia, el mismo templo donde la experta en marketing recibió su bautizo, que Alba admite que "pude ir andando del brazo de mi padre y dos de mis amigas para que me ayudasen con la cola".

Antes de encontrarse con Alberto en altar y empezar la ceremonia religiosa, los nervios invadieron a la novia. "Estaba muy nerviosa, pero al verlo empecé a disfrutar. Estaba muy feliz y consciente de lo verdaderamente importante ese día que era casarnos y disfrutar con nuestra familia y amigos".

Convertidos en marido y mujer, Alberto y Alba, en compañía de sus 180 invitados, cambiaron de ubicación para ir al cortijo donde celebraron sus nupcias. "La celebración empezó con un grupo de flamenco en el cocktail, al ser de tarde queríamos que los invitados estuvieran animados desde el principio y fue un acierto. Pudimos aprovechar para bailar y mis amigas me cogieron entre todas la cola, fue un momento muy divertido".

La Finca el Cercado, estaba rodeada de olivos y mirasen donde mirasen, todo respiraba Andalucía. "Desde las invitaciones con claveles, las mesas con esa flor y naranjas y el seating plan, unas tinajas llenas de claveles y frutas alrededor". En la elección del catering también tuvieron en cuenta a su tierra, "Bodegas Campos es un emblema de la comida cordobesa y nos ayudó a decantarnos por ellos, además tienen opciones de decoración muy bonitas".

¿El menú en la mesa? "De primero pusimos una ensalada de rape y langostinos; de segundo, rabo de toro trufado con cremoso de patata, y de postre, dos opciones, milhojas de queso y frutos rojos, o tarta hojaldrada de vainilla con helado de mantequilla tostada".

Echando la mirada atrás, Alba recuerda que "fue un día superespecial porque juntamos a muchas personas que queremos en un día que quizás no se vuelva a repetir nunca. Mi abuela por su edad no pudo acompañarnos, pero la tuve presente igualmente".

Para abrir el baile, los recién casados rompieron la pauta clásica al apostar por 'Bailando Bachata' de Chayanne. "La fiesta fue muy divertida. Alberto de LeMusique es un crack y nos tuvo bailando durante toda la barra libre".

Como consejo para futuras novias, Alba señala que "tengan todo atado con antelación, que confíen en los proveedores y ese día solo se dediquen a disfrutar. Y que el esfuerzo de los meses de antes merece la pena, es un día único que recordarás siempre".