Boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres: detalles, invitados, looks y última hora desde Sanlúcar de Barrameda, hoy en directo

La boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres reunió en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en Sanlúcar de Barrameda, a numerosas caras conocidas del círculo social andaluz. Entre las invitadas más comentadas destacaron Mariló Montero, Lourdes Montes y Rocío Crusset, que acapararon miradas con sus elecciones de estilo.

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La relación entre Alberto Herrera y Blanca Llandres nació de una amistad que se fue transformando con el tiempo. Se conocían desde la infancia, compartían amigos y sus familias mantenían una relación cercana. Sin embargo, fue hace dos años cuando su conexión dio un paso más allá y comenzaron una relación sentimental.

La complicidad que habían construido durante años sirvió de base para una historia de amor que culminará con su boda en Sanlúcar de Barrameda, donde han sellado un lazo nacido de una amistad duradera.

El vestido de novia de Blanca Llandres se caracterizó por un estilo romántico y elegante, aunque alejado del corte clásico. Estaba confeccionado por completo en bambula de seda, un tejido ligero que realzaba la caída natural de la prenda.

Destacaba por su escote cuadrado, el cuerpo drapeado y el corte imperio, además de unas mangas ajustadas que acompañaban una falda al vuelo. La cola, de doble capa, alcanzaba más de seis metros de largo, aportando movimiento y volumen al conjunto.

Según explicó Montenegro, el taller dedicó más de 40 horas de trabajo artesanal para lograr el acabado perfecto de los pliegues de seda que definieron el diseño final.

Alberto Herrera habló con Europa Press tras conocerse la noticia del embarazo de su pareja. “Estamos súper felices, muy contentos, un regalo que la verdad no me esperaba justamente en este momento, pero sueño ya todos los días con verle la cara a mi hijo”, confesó emocionado.

Sus palabras mostraban la ilusión con la que afronta esta etapa, que coincidía con los preparativos de su boda. La sinceridad de su declaración reflejó el momento de plenitud que vive junto a Blanca Llandres, con quien mantiene una relación desde hace dos años. La noticia de su paternidad ha sido una sorpresa para su entorno más cercano.

Al compartir la noticia de su embarazo, Blanca Llandres acompañó las imágenes con una frase que resumía la emoción del momento. “El mayor regalo que nos ha hecho la vida”, escribió junto a las ecografías de su bebé.

Con esa declaración, la prima de Lourdes Montes mostró la felicidad que vive junto a su ya marido Alberto Herrera. El mensaje se difundió rápidamente en redes, donde recibió una oleada de felicitaciones.

La publicación reflejaba un tono íntimo y natural que mostraba la ilusión de ambos ante la llegada del pequeño.

Aunque la boda de Blanca y Alberto estuvo llena de gestos familiares, también dejó un vacío que no pasó desapercibido. El padre de la novia, Carlos Llandres, biólogo y antiguo colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente, no acudió al enlace. Su ausencia se sumó a la de la pedida de mano, a la que tampoco asistió.

Según la periodista Mónika Vergara, "ha declinado la invitación a la boda de su hija porque desde hace algún tiempo no tienen relación". Ante esa situación, Blanca entró a la iglesia del brazo de su hermano, que la acompañó hasta el altar en una ceremonia celebrada sin la presencia paterna.

Después de abandonar el altar, Berto y Blanca no ocultaron su emoción y mostraron con orgullo las alianzas que acababan de intercambiar. Entre sonrisas y aplausos, ambos enseñaron los anillos a los asistentes, que respondieron con vítores y felicitaciones.

La escena, muy espontánea, reflejó la felicidad del momento y la cercanía entre los novios y sus invitados y curiosos que no se quisieron perder el momento. Durante unos instantes, las miradas se centraron en las manos entrelazadas de la pareja, mientras posaban para las fotografías que inmortalizaron el inicio de su matrimonio.

Tras la ceremonia, los novios ya convertidos en marido y mujer salieron del templo entre aplausos y felicitaciones. Se detuvieron unos instantes para posar ante los invitados, que esperaban a las puertas de la iglesia. Después, saludaron con naturalidad a familiares y amigos antes de protagonizar una salida poco habitual.

En lugar del clásico coche decorado, eligieron un todoterreno descapotable en color yema que llamó la atención por su viveza. El vehículo los llevó lentamente entre los vítores de los presentes mientras sonaban las campanas del templo.

Alberto Herrera y Blanca Llandres mantienen una relación que se remonta a su infancia. Ambos crecieron dentro del mismo grupo de amigos y sus familias han estado unidas desde hace años.

Blanca es sobrina del cantante José Manuel Soto, amigo cercano de la familia Herrera. Además, el hijo del artista mantuvo una relación con Rocío Crusset, hermana de Alberto, lo que reforzó la conexión entre ambos hogares.

Aunque su relación sentimental surgió recientemente, sus caminos han estado cruzados desde que eran jóvenes, consolidando una relación que nació en un entorno familiar muy unido.

Carlos Herrera expresó su afecto por los novios al llegar al lugar de la celebración, destacando la carga emocional del entorno. El comunicador afirmó que “es un sitio muy especial y muy querido para todos”, subrayando la relación personal que le une al espacio elegido.

Durante su intervención, también quiso dedicar unas palabras a los protagonistas del día, señalando con cercanía que “Blanca es una maravillosa persona. Se han juntado dos buenas personas”.

Pepa Gea se ha convertido en la pareja estable de Carlos Herrera después de su separación de Mariló Montero. La periodista y el locutor mantienen una relación consolidada que, aunque discreta, aparece en ocasiones públicas relevantes como la boda de su hijo.

Su historia sentimental comenzó hace años y desde entonces han compartido momentos tanto personales como profesionales. En este enlace, Gea acompañó a Herrera en un día de especial significado familiar, consolidando su presencia en los actos sociales del comunicador.

La decoración de Finca Marbella se compone de tonalidades azules y blancas que evocan la luz y el clima de Cádiz. Estos colores aportan una sensación de frescura y continuidad con el paisaje costero. Los espacios interiores mantienen una estética ligera, que transmite serenidad y naturalidad. Cada habitación y estancia conserva una coherencia cromática que refuerza la conexión con el entorno marino.

De este modo, la casa se percibe como un lugar sereno donde predomina la claridad y los tonos veraniegos que acompañarán también la celebración de la boda de Blanca y Alberto.

Según el periodista Kike Calleja, la fiesta posterior al enlace se prolongará hasta las 00:30 horas del domingo. Después de ese momento, los asistentes abandonarán la finca para continuar la celebración en otro local del pueblo. Este plan permitirá alargar la jornada sin interferir con las limitaciones horarias de Finca Marbella.

La organización ha previsto el traslado de los invitados para que puedan disfrutar de una segunda parte de la velada en un entorno distinto, manteniendo el mismo ambiente festivo y sin interrupciones en la celebración.

Teresa de la Cierva, propietaria de Finca Marbella, explicó que “el espectáculo comienza cuando cae la tarde y se retira el mar, y solo se ve en el horizonte un puñado de barcas de río al fondo, así como el coto de Doñana”. Sus palabras reflejan la atmósfera que envuelve el lugar al anochecer, cuando el mar se aleja y el horizonte se tiñe de tonos cálidos.

Este momento del día será uno de los más destacados de la celebración, ya que los invitados podrán contemplar esas vistas únicas del litoral gaditano durante el enlace.

Entre los elementos más destacados de la Finca Marbella se encuentran sus tres miradores semicirculares, que sobresalen directamente hacia la playa. También cuenta con amplias terrazas en voladizo orientadas al mar, ideales para contemplar el horizonte.

Estas estructuras forman parte del diseño original de 1930 y fueron cuidadosamente restauradas para mantener su carácter. La finca se completa con una gran pradera y un huerto que rodean la vivienda principal.

Esta distribución aprovecha la cercanía al mar y refuerza el valor arquitectónico de una casa que combina historia y paisaje costero.

La Finca Marbella se levanta sobre una parcela de 5.300 metros cuadrados y dispone de una superficie construida de unos 700 metros. La propiedad incluye una extensa pradera, un huerto y tres miradores semicirculares que sobresalen hacia la playa. Su orientación permite disfrutar de la luz natural durante todo el día, además de ofrecer vistas directas al mar.

La amplitud de los espacios exteriores la convierte en un lugar ideal para eventos y recepciones. Esta distribución equilibra la arquitectura barroca con un entorno abierto y luminoso, propio de las casas costeras andaluzas.

La Finca Marbella pertenece a Mikel Bilbao, socio de un banco inversor, y a su esposa, la periodista Teresa de la Cierva. La pareja la adquirió en 2009 y la rehabilitó dos años después para recuperar su estructura original.

Desde entonces, se ha convertido en una propiedad familiar que comparten con sus tres hijos: Ymelda, Inés y Jaime. El matrimonio reside en Madrid, pero utiliza esta casa como lugar de descanso y reunión durante el verano.

Su ubicación junto al mar y su amplitud la convierten en un espacio ideal para encuentros sociales y celebraciones privadas.

La Finca Marbella, lugar elegido para la celebración, fue construida en 1930 por Manuel Barbadillo siguiendo las directrices del arquitecto Aníbal González. Su estilo se inspira en el Barroco, con una estructura imponente y detalles decorativos propios de la época.

La propiedad fue adquirida en 2009, aunque no se rehabilitó hasta dos años después, cuando se adaptó a las necesidades actuales sin perder su esencia original.

Este espacio combina la historia arquitectónica con una ubicación privilegiada junto al mar, convirtiéndose en un enclave perfecto para eventos exclusivos. Su conservación refleja el valor patrimonial de las construcciones andaluzas de principios del siglo XX.

Blanca eligió un vestido que combinaba lo romántico con la sofisticación. Realizado íntegramente en bambula de seda, el diseño mostraba un escote cuadrado, drapeados en el cuerpo y un corte imperio con mangas adherentes.

La falda, ligera y vaporosa, terminaba en una cola doble de más de seis metros. Cada pliegue fue trabajado a mano con precisión artesanal. Según Montenegro, el proceso completo de confección superó las cuarenta horas de trabajo.

De este modo, el resultado final transmitía la dedicación y cuidado puestos en cada detalle del tejido, pensado para resaltar la silueta y acompañar el movimiento de la novia durante la ceremonia.

Lourdes Montes, esposa de Fran Rivera, ha asistido al enlace luciendo un vestido de guipur en tono mostaza, que ha captado la atención de los presentes. La prenda, de estilo midi y corte ceñido, ha destacado por su elegancia y su tejido delicado.

Lourdes Montes ha mantenido su línea clásica, eligiendo un color sofisticado y poco habitual en celebraciones de este tipo. Su presencia ha aportado una nota de estilo sobrio entre los invitados, marcando una diferencia evidente frente a otros tonos más vivos vistos durante la jornada.

La Finca Marbella, donde se celebra la boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres, es una casa rehabilitada en 2012 por la periodista Teresa de la Cierva. Situada en la playa de La Jara, combina arquitectura tradicional con espacios abiertos al mar.

Con 700 metros cuadrados y jardines de gran extensión, se ha convertido en uno de los lugares más codiciados de la zona para celebraciones privadas. Su marco elegante y su historia la convierten en el escenario ideal para este enlace gaditano.

Rocío Crusset, hermana del novio, ha sido una de las protagonistas de la jornada al llegar con un vestido en tono amarillo limón que no ha pasado inadvertido. La diseñadora y modelo ha optado por una elección llamativa y elegante, acorde con su estilo habitual.

Su presencia en el enlace ha destacado entre los invitados más reconocidos, que han seguido con atención cada detalle de su look. El color del vestido, vibrante y luminoso, ha aportado un punto alegre a la celebración, realzando la sofisticación del conjunto elegido para la ocasión.

En torno a las 12:30 horas, la novia llegó al templo a bordo de un coche clásico de los años 70, un modelo restaurado para la ocasión que ha llamado la atención a su paso.

Blanca hizo su entrada acompañada por su hermano, que la escoltó hasta la puerta principal del edificio religioso.

Según apuntan fuentes cercanas a la familia, su padre no ha asistido ni a la ceremonia ni a la preboda celebrada hace unas semanas, lo que ha llevado a su hermano a asumir ese papel durante la llegada al enlace.

Todo apunta a que Jaime Soto, hijo del cantante José Manuel Soto, sorprenderá a los asistentes con una actuación musical durante la boda de su prima. El joven, que forma el dúo Mi hermano y yo junto a su hermano Marcos, podría interpretar algunas de sus canciones en directo como regalo a los novios.

A su llegada al templo sanluqueño, Blanca Llandres ha optado por un peinado recogido y ha decidido no llevar velo. La periodista ha elegido un estilo natural que complementa el vestido diseñado por Nicolás Montenegro, centrado en los bordados y el tul.

La ausencia de velo ha permitido apreciar con mayor claridad los detalles del traje y la caída de la cola, aportando un aire sencillo y actual. Su peinado, discreto y perfectamente recogido, mantiene la elegancia propia de una ceremonia religiosa sin restar protagonismo al conjunto nupcial.

La playa de La Jara, en Sanlúcar, ha sido el entorno elegido para la fiesta posterior a la boda. En la Finca Marbella, situada junto al litoral, las familias Herrera y Llandres se reunirán a unos 200 invitados en un almuerzo con acento andaluz.

La zona tiene un valor especial para los Herrera-Montero, que han veraneado allí durante años.

El vestido de Blanca Llandres ha sido confeccionado en tul, con bordados que llegan hasta la cintura. Este detalle ha permitido mayor amplitud y comodidad al diseño, adaptado al embarazo de la novia.

La prenda, de líneas suaves y con una amplia cola, ha mantenido una estética ligera y natural. La elección de materiales ha reforzado la sensación de delicadeza sin renunciar a la elegancia.

Con la ausencia de velo y un peinado recogido, la novia ha completado un conjunto armónico durante la ceremonia celebrada en el templo de Sanlúcar.

El periodista ha llegado al templo de Sanlúcar de Barrameda del brazo de su madre, que ha tenido además el papel de madrina. La entrada se ha producido a mediodía, en un ambiente marcado por la sobriedad y la cercanía familiar. El momento ha reunido a los invitados frente a la puerta principal, antes del inicio de la ceremonia.

La madrina, con un porte elegante y discreto, ha acompañado a su hijo siguiendo la costumbre habitual en los enlaces religiosos. El gesto ha precedido la llegada de la novia y ha dado comienzo a un acto nupcial al que también han asistido conocidos rostros del periodismo español.

Durante la boda celebrada en Sanlúcar, Mariló Montero ha centrado gran parte de la atención con su elección de vestuario. La periodista, que actualmente participa en MasterChef Celebrity 10, ha optado por un vestido azul cerúleo con escote en pico, mangas amplias y caída vaporosa.

El diseño ha resaltado por su elegancia serena y su color vibrante, que ha resaltado bajo el sol de mediodía. La madre del novio ha asistido al enlace con una imagen cuidada y acorde con el tono de la celebración, que se ha desarrollado en un entorno gaditano marcado por la luz y la sencillez.

Alberto Herrera ha elegido para su enlace un traje azul marino acompañado por una corbata en un tono más suave. Esta elección mantiene un estilo clásico y sobrio, adecuado para una ceremonia celebrada en Sanlúcar. El conjunto resalta por su elegancia tradicional sin recurrir a detalles llamativos.

El traje azul marino, una opción habitual en enlaces formales, destaca especialmente en contraste con el entorno luminoso del mediodía gaditano, donde la ceremonia reúne a familiares, compañeros de profesión y amigos cercanos.

La novia, Blanca Llandres, encarga su vestido nupcial al diseñador sevillano Nicolás Montenegro. El modelo se adapta a su silueta de embarazada y cuenta con la colaboración de su cuñada, Rocío Crusset, en el diseño.

Montenegro, conocido por su trabajo artesanal, ha creado una pieza que busca resaltar la naturalidad y la elegancia de Blanca en un momento tan especial. La implicación familiar añade un componente emocional a este proceso, en el que se unen creatividad, tradición y afecto. El resultado es un vestido pensado para reflejar la personalidad de la novia en plena etapa de maternidad.

Carlos Herrera acudió al enlace de su hijo mostrando una emoción evidente mientras caminaba del brazo de su pareja, la periodista Pepa Gea. El locutor, visiblemente nervioso, fue uno de los más observados a su llegada al templo donde se celebraba la ceremonia. Su pareja, con la que mantiene una relación consolidada desde hace años, aportó elegancia y color al momento.

La conexión de Alberto Herrera con Cádiz viene de lejos. Su familia posee allí una casa donde pasan los veranos desde hace años. Este espacio familiar, lleno de recuerdos, fue el punto de partida para elegir Sanlúcar de Barrameda como el lugar de su boda.

Durante los meses previos al enlace, Alberto disfrutó allí de su último verano de soltero junto a Mariló Montero, en un entorno que une tradición y afecto familiar.

El enlace de Alberto Herrera y Blanca Llandres reúne a numerosos profesionales del periodismo y la televisión. Entre los invitados figuran compañeros de COPE y amigos de Mariló Montero, algunos procedentes de programas como Espejo público o MasterChef.

La presencia de figuras mediáticas aporta notoriedad a un evento que, sin perder su carácter íntimo, ha despertado gran interés en el mundo de la comunicación.

Blanca Llandres anunció en septiembre que está embarazada de su primer hijo junto a Alberto Herrera. La psicóloga lo comunicó a través de sus redes sociales con una imagen de la ecografía y el mensaje "el mayor regalo que nos ha hecho la vida".

La noticia generó numerosas muestras de cariño hacia la pareja, que afronta un otoño lleno de cambios. Además, marcó el inicio de una etapa familiar muy especial para los Herrera y los Llandres, que pronto se convertirán en abuelos por primera vez.

La historia de Alberto Herrera, locutor de COPE e hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, y la psicóloga Blanca Llandres, se consolida con su inminente boda. Ambos han sido protagonistas de las crónicas sociales en los últimos meses, donde su relación ha pasado de la discreción a ocupar titulares.

Su enlace llega después de más de un año juntos y una etapa marcada por gestos públicos que anticipaban la noticia. Según confirmaron al inicio del verano, están listos para darse el "sí, quiero" y celebrar una ceremonia que sellará su relación sentimental iniciada en 2023, convirtiéndose en uno de los eventos más comentados del otoño.

Blanca Llandres pertenece a una familia muy reconocida en Sevilla. Es sobrina del cantante José Manuel Soto y prima hermana de Lourdes Montes, esposa de Francisco Rivera. Su entorno familiar está ligado al mundo cultural y social andaluz.

Este contexto explica la gran expectación que ha generado su boda con Alberto Herrera. La unión de ambos amplía la relación entre dos familias influyentes en sus respectivos ámbitos y refuerza la presencia sevillana en un enlace celebrado en la vecina provincia de Cádiz.

El padre de la novia, Carlos Llandres, será el padrino de la ceremonia entre su hija Blanca y Alberto Herrera. Su elección refuerza el tono familiar de un enlace que une dos sagas muy conocidas en Sevilla.

Llandres, acompañado de su esposa Blanca Parejo, comparte protagonismo con la familia del novio en un evento que simboliza la unión de ambas casas. La elección de su padre como padrino muestra la estrecha relación que mantienen y la importancia de los valores familiares en esta boda.

Mariló Montero tiene un papel protagonista en la boda de su hijo Alberto Herrera, donde actuará como madrina. La periodista participó activamente en los preparativos y compartirá ese momento junto a su exmarido, Carlos Herrera, que acudirá acompañado de Pepa Gea.

Mariló, muy unida a su hijo, se ha mostrado emocionada por su próxima boda y por el embarazo de Blanca.

En junio, Alberto Herrera sorprendió a Blanca Llandres con una propuesta de matrimonio durante un viaje romántico a La Toscana. Aquel momento se convirtió en un recuerdo imborrable para la pareja, que llevaba más de un año de relación. En ese viaje compartieron una experiencia que selló su compromiso.

Blanca publicó después en sus redes un álbum desde Florencia con la frase: "Un fin de semana para recordar el resto de nuestras vidas". Esa declaración confirmó públicamente el compromiso y marcó el inicio de los preparativos de la boda que hoy celebran.

El romance entre Alberto Herrera y Blanca Llandres se hizo visible en febrero, cuando asistieron juntos a una boda en Sevilla. Aquella aparición pública confirmó los rumores que llevaban meses circulando sobre su relación. Hasta entonces, ambos habían mantenido la máxima discreción, evitando comentarios o gestos públicos.

Aquel día, sin embargo, sellaron ante su entorno la evidencia de su relación sentimental. Desde ese momento, comenzaron a compartir momentos en redes y apariciones sociales, marcando el inicio de una etapa más abierta que culmina ahora con su boda en Sanlúcar de Barrameda.

El noviazgo entre Alberto Herrera y Blanca Llandres nació en Sevilla a finales de 2023, después de años de conocerse por amigos comunes. La ciudad fue testigo de su paso de la amistad a una relación sentimental que pronto se consolidó. Desde el inicio optaron por mantener la discreción, aunque su vínculo llamó la atención del entorno mediático.

En apenas unos meses, la pareja transformó una amistad duradera en un compromiso sólido que ahora culmina con una boda. Sevilla, que los unió, sigue siendo un punto de referencia importante para ambos en la preparación de su futuro juntos.

La ceremonia entre Alberto Herrera y Blanca Llandres se celebra en la Iglesia de Santo Domingo, uno de los templos más emblemáticos de Sanlúcar de Barrameda. Este edificio, con una fachada sobria y un interior decorado con retablos barrocos, ha sido el lugar escogido por los novios por su simbolismo.

En su interior se reunirán las familias Herrera-Montero y Llandres-Parejo, junto a amigos y compañeros del mundo periodístico y cultural. Cádiz se convierte así en testigo de un enlace que une amor y tradición.

La ceremonia religiosa de Alberto Herrera y Blanca Llandres está programada para las 12 del mediodía. A esa hora, los invitados se reúnen en la Iglesia de Santo Domingo, en Sanlúcar de Barrameda, para presenciar el momento en que la pareja se da el "sí, quiero".

Desde primeras horas, la ciudad se prepara para recibir a los invitados, muchos de ellos rostros conocidos de la comunicación andaluza. Tras la misa, los asistentes se desplazarán a la cercana Finca Marbella para continuar la celebración.

Hoy se casan Alberto Herrera, conocido locutor de COPE, y Blanca Llandres, psicóloga con raíces en Sevilla y familia ligada al mundo cultural. La pareja se comprometió en junio en La Toscana y celebra ahora su boda en Sanlúcar de Barrameda.

Ambos han mantenido una relación discreta y estable, convertida en una historia pública por su cercanía y naturalidad. El enlace simboliza la unión entre dos familias influyentes en Andalucía: los Herrera-Montero y los Llandres-Parejo, protagonistas de un día lleno de alegría y emoción.

Este sábado 18 de octubre Sanlúcar de Barrameda acoge la boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres.

Desde primera hora, la ciudad respira nervios e ilusión, con invitados llegando a la Iglesia de Santo Domingo. La jornada promete elegancia, emoción y muchas caras conocidas. La pareja, que se comprometió en La Toscana el pasado verano, vive hoy el día más importante de su historia en común bajo el sol andaluz.