ANÁLISIS DE UN FENÓMENO

Stella McCartney: "No hay necesidad de matar animales para crear un bolso comercial"

Los que la tachaban de ingenua por pretender lanzar una firma de lujo sin piel hoy la llaman heroína. Stella hace balance de estas dos décadas y nos cuenta cómo ve el futuro

Texto: Sara Trueba
Diseño: Bolívar Alcocer
Fotos:Cortesía



La diseñadora británica, que celebra 20 años al frente de su firma homónima, ha creado un imperio sostenible sola, sin ayudas y sin traicionarse a sí misma. Su discurso conocido lleva dos décadas apostando por el activismo de la sostenibilidad con mayúsculas, pero Stella McCartney cree firmemente que el deseo de poseer lujo no está reñido con su eslogan eco. Para eso trabaja desde los inicios de su firma en 2001, ofreciendo alternativas innovadoras (y muy caras de confeccionar) reduciendo el uso de recursos naturales y presentando, al mismo nivel, colecciones irresistibles que todo el mundo quiera comprar. Con su último gran hallazgo, dos prendas realizadas a partir del tallo de los champiñones, con todos los atributos del cuero tradicional, ha puesto en jaque a los que alguna vez dijeron que nunca conseguiría consolidar una firma de lujo sin usar piel animal. “Estas piezas son únicas y ejemplo de nuestro compromiso. Es la solución para hacer prendas grandes y una realidad que irá reemplazando al cuero”, comenta McCartney sobre Mylo (así se llama el tejido creado a partir de micelio en colaboración con Bolt Threads, compañía de biotecnología con la que trabaja desde 2017).

No ha sido fácil llegar hasta aquí. Stella, que celebra este año el 20 aniversario de su casa de moda, ha consolidado un gran imperio. Su nombre ya no es el de la niña que vivía en una granja; pronunciarlo ahora se asocia a unos apellidos invisibles cargados de sensibilidad. Decir Stella McCartney es lo mismo que decir reto sostenible, investigación para reducir el impacto medioambiental, activismo y amor por el planeta. Y lo ha hecho sola, sin ayudas del Gobierno y sin traicionar sus principios, pero lo que ahora es una evidencia, ella lleva 20 años avisándolo: “Estoy orgullosa de lo que he conseguido a lo largo de estas dos décadas, pero cuando empecé era una guerrera solitaria. La gente me decía que estaba loca cuando se me ocurría comentar que en mi concepto de marca no usaría piel animal. En este viaje he conseguido normalizar el discurso, y eso me permite concentrar mis esfuerzos en innovación, implementando soluciones circulares a lo largo de todo el negocio. No termino de creerme el poder de permanencia que tiene el bolso Farabella, por ejemplo. Se lanzó en 2010, cuando ninguna marca de lujo pensaba en un bolso vegano. Hoy sigue siendo un bestseller mundial y la demostración de que no hay necesidad de matar animales para crear un bolso que la gente quiera comprar”, declara haciendo balance. La relación intrínseca entre el consumo de animales, la deforestación y contaminación del planeta es su mayor argumento de trabajo, y lo que comenzó en 2001 como una firma que no utilizaba materia prima animal ha evolucionado sin descanso hasta convertirse en una referencia mundial. “Trabajamos en busca de empresas que quieran asumir retos sostenibles con nosotros”, cuenta. Con Bolt Threads han creado Mylo y seda vegana. ¿Qué será lo siguiente?



Stella McCartney considera que el diseño sostenible es su negocio.


Una diseñadora y su manifiesto

Lo que a Stella le quita el sueño es que una mujer desee llevar su ropa por el estilo que ofrece, porque es moderno, femenino y sienta bien, al margen de lo que esta supone en términos de sostenibilidad. Por eso, su Manifiesto 2021 desgrana en forma de alfabeto sus valores y su alma. Así, D es de Desire (deseo); E es de Effortless (sin esfuerzo); H es de Humour (humor); O es de Organic (orgánico); y T es de Timeless (atemporal)... Cada concepto se construye y articula sobre el mismo pilar de referencia: su madre Linda McCartney. “Era una mujer adelantada a su tiempo, activista, éticamente consciente y con atención plena. Todo lo que ella era y argumentaba hace 30 años es debate de actualidad. Estéticamente también era muy moderna para su tiempo, no llevaba maquillaje, se cortaba el pelo ella misma, no se depilaba las axilas y le gustaba vestir con un mix entre vintage y nuevo, con Biba y con Saint Laurent… El conjunto era ecléctico y sumamente femenino…”.

Stella, como Victoria Beckham y muchas otras diseñadoras, no crea nada que no se pondría ella misma, aunque no pierde de vista a su madre, que preside el moodboard emocional de sus colecciones. “Todo lo que hago persigue que una mujer tenga más seguridad y consiga expresar quién es a través de lo que lleva puesto. Las mujeres del equipo de diseño y yo nos lo probamos todo porque los pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Si un pantalón se asienta sobre la cintura en lugar de en las caderas, te sentirás una mujer diferente, del mismo modo que no tiene nada que ver la sensación de llevar tacón que caminar con sneakers… Personalmente, un buen bolso me hace sentir capaz de todo”. Todas esas sensaciones y matices hacen que Stella sea Stella.


McCartney
La nueva colección cápsula de la diseñadora está hecha a partir de tejidos sostenibles.

Tejidos sostenibles

Cuando empezó a gestar la colección S/S21, en pleno confinamiento, vio lógico no comprar tejido. “Trabajaremos con lo que hay en el almacén”, le comunicó a su equipo. La pandemia mundial ha reforzado este pensamiento. Su siguiente colección, la de F/W21, es la más ambiciosa y sostenible de todas las que ha realizado hasta la fecha. No se contradice cuando se inspira en un nuevo comienzo, con el deseo de salir y vivir con mayúsculas. Y es que para Stella McCartney, la nueva normalidad empieza vestida para bailar. “Quiero que vuelva el glamour. La moda existe para hacernos felices y eso es lo que necesitamos ahora más que nunca. Vestir para volver a sentir, volver a soñar, saliendo de la realidad que vivimos, tenemos que agarrarnos al optimismo…”, destaca. Sus ganas de desconexión de la realidad son proporcionales al nivel de compromiso porque la diversión, que también es un pilar de la firma, no compromete ni va en contra de sus avances tecnológicos en pos de la sostenibilidad. Así, lo de Stella McCartney es el extremo opuesto al greenwashing. Las novedades, y su trazabilidad, lo demuestran:

  • Desde 2020, el denim utiliza algodón orgánico, tecnología para el ahorro de agua y elastano reciclado certificado.

  • Desde 2021 tratan residuos de los vertederos y los convierten, por ejemplo, en las suelas de las Air Slide.

  • La colección F/W21 tiene un 77% de materiales sostenibles como el algodón orgánico, lentejuelas sin PVC y, por primera vez, lana trazable procedente de granjas regenerativas.



Stella es una pionera buscando soluciones a uno de los sectores más criticados por su producción.


El poder de su aguja

Los dominios de la diseñadora británica se extienden más allá de su estudio. Así, las colecciones para Adidas, colaboración que dura ya 16 años, o la cápsula que lanzó con Greenpeace -que también celebra 50 aniversario- con motivo del Día de la Tierra son parte importante de ese universo que la firma promueve, defiende y disemina con cada proyecto. Stella es la gran activista, la reina del empoderamiento y la guía de uso de cualquiera que desee frenar en seco y cambiar el mundo. Porque ella lo hizo primero. Por algo es consejera personal de Bernard Arnault (dueño del conglomerado de lujo LVMH, con una participación en la compañía de la diseñadora británica) y por algo acaba de ser panelista estrella en una de las charlas sobre sostenibilidad del Summit de Business of Fashion. Pero, incluso cuando todo son laureles y gloria, ella sueña con dejar de ser la excepción. “Las nuevas generaciones son activistas nativos. Desde Extinction Rebellion a las protestas globales en contra de la desigualdad, los jóvenes no aceptan el statu quo. Deseo que mi forma de trabajar en la moda se convierta en una norma para la industria y sueño con que todos trabajemos juntos por el cambio para construir el futuro”.