Laura Requejo
No se trata solo de que te hidrates en condiciones (en cristiano: que bebas al menos un litro y medio de líquido al día), sino de que sepas qué ingieres. Hay un vaso que se encarga de controlarlo
No se trata solo de que te hidrates en condiciones (en cristiano: que bebas al menos un litro y medio de líquido al día), sino de que sepas qué ingieres. Hay un vaso que se encarga de controlarlo