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Aramis Fuster, ese animal que se alimenta de la televisión
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INTENTOS DE SUICIDIOS, DESMAYOS...

Aramis Fuster, ese animal que se alimenta de la televisión

Hay que tener muy poca vergüenza para amenazar a la audiencia con desnudarse para evitar entrar en prisión, por una deuda económica de 15.000 € con

Hay que tener muy poca vergüenza para amenazar a la audiencia con desnudarse para evitar entrar en prisión, por una deuda económica de 15.000 € con una empresa informática, por unos trabajos que no pagó.

Hay que tener mucha desfachatez para afirmar que ha sido la máxima autoridad en ocultismo a nivel mundial por encima de otros nombres como Rappel, la bruja Lola o Anne Germain, y no haber visto su oscuro futuro.

Hay que tener mucha cara para fingir un intento de suicidio, simular un cáncer de piel, ser una experta en desmayos televisados, acusar a un ex marido de maltratador sin apenas pruebas, salir con el experto eurovisivo, José Luis Uribarri, o vestir con modelitos imposibles.

Hay que tener muy mala fe y muy mala leche para gritarle al colaborador de Sálvame, Kiko Hernández, delante de millones de espectadores, que "tienes la muerte en la cara", sabiendo que el ex Gran Hermano ha superado un cáncer.

Sin embargo, éstas y otras cualidades, lejos de haberle apartado de la televisión, esa caja que, supuestamente entretiene y ¿educa? a la población, han servido a la ‘vidente’ Aramis Fuster para reaparecer de vez en cuando en algún plató el último el pasado martes en El programa del verano-. La pelirroja se ha convertido, gracias a 'Deluxes y Corazones', en todo un animal televisivo, sin falta de escrúpulos, tan sólo superado en números circenses por la reina Belén Esteban.

Sólo hay que echar un vistazo a las entradas que hay con su nombre en el portal de vídeos YouTube, para hacerse una idea del potencial 'humorístico' de esta mujer. Los chicos de APM? ya se han dado cuenta.

Hay que tener muy poca vergüenza para amenazar a la audiencia con desnudarse para evitar entrar en prisión, por una deuda económica de 15.000 € con una empresa informática, por unos trabajos que no pagó.

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