Que todas las resacas sean así de salvajes

¡Quién dijo que las segundas partes fueran malas! A pesar de que muchos pensaban que realizar una secuela de la exitosa Resacón en Las Vegas tan sólo dos años después iba a ser un completo fracaso, Todd Philips ha conseguido que el público tenga un auténtico resacón de risas tras la segunda parte, ¡Ahora en Tailandia!.

Y es que Philips consigue superar el obstáculo de la "no novedad" para ofrecer una hora y media de gags mucho más ordinarios que harán las delicias de los amantes de este tipo de comedias. El espectador irá al cine pensando que se va a encontrar prácticamente con lo misma cinta, aunque en distinto país; pero finalmente se encontrará con una cinta en el que sólo hay espacio para el humor animal más irreverente.

Destaca particularmente, aunque ya lo había hecho en la primera cinta, el esquizofrénico Zach Galifianakis, un auténtico descubrimiento cuyas apariciones son aplaudidas a rabiar. Además, Galifianakis, que entra en depresión tras su viaje a Las Vegas, se convierte en la perfecta metáfora de aquellos espectadores que vuelven al cine para ver al trío de Resacón, con el sueño de que la diversión que obtuvieron en la primera parte, sea parecida. Tampoco habría que olvidarse del Sr. Chow, un tipo que merece una película para él solo. 

Atención por supuesto al final de la cinta donde se suceden las distintas fotos del "juergón" y donde queda demostrado que si Philips decide algún día hacer una precuela con lo que realmente pasó en ambas cintas, contaría con el respaldo de buena parte del público. Lo dicho, Resacón 2 parece más de lo mismo, sí, pero Philips ha conseguido darle una vuelta de tuerca a la historia y, sobre todo, volver a sacarnos una sonrisa en un periodo en el que las buenas comedias brillan por su ausencia. 

¡Nos vemos en Amsterdam!