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Jorge Fernández: la vida como una ruleta
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'la ruleta de la suerte' cumple 2.000 programas

Jorge Fernández: la vida como una ruleta

2.000 programas. El conocido presentador ha festejado estos días que el programa que presenta en Antena 3, La ruleta de la suerte, llegue a esa mágica cifra

2.000 programas. Jorge Fernández ha festejado estos días que el programa que presenta, La ruleta de la suerte, llegue a esa mágica cifra y no muestre síntomas de agotamiento en cuanto a audiencia se refiere. Este hombre alto y moreno de 42 años, enérgico y siempre sonriente enfrenta entrevistas como la que le hacemos desde este portal desde la naturalidad, sin pretender otra cosa que ser él mismo. Sin morderse la lengua pero sin ofender a nadie, con la simpatía que han hecho de él un emblema televisivo. Sin embargo, este ex Míster España no siempre lo ha tenido fácil. Por lo que se deduce de sus palabras, ejemplifica aquel viejo dicho que asegura que los guapos tienen que demostrar el doble, aunque él resalta que no se considera como tal. “Cuando llegué, ese intrusismo profesional tan temido te lo podían achacar. “Si tú eres modelo, (porque asocian lo de modelo a Míster España) ¿qué haces aquí presentando?”, me decían. Por ejemplo, hice una serie en ETB recién ganado el concurso de Míster España y tuve que demostrar dos o tres veces lo majo que era porque me enfrentaba al típico “Ya viene el guapete”.

Y es que, antes de girar la ruleta junto a sus concursantes, Fernández fue profesor de Educación Física. Cuando entonces enseñaba a sus alumnos los valores del deporte, ni siquiera se le pasaba por la cabeza que algún día se convertiría en uno de los rostros emblemáticos de Atresmedia. “Cuando estaba con veinte chicos delante ya me ponía nervioso al hablar. Yo creo que este tipo de cosas surgen. De repente ganas un concurso como el de Míster España y eso te catapulta hacia otro tipo de cosas. En este caso, me acuerdo que María Teresa Campos me llamó para hacer el concursito que había dentro de su programa Día a día con Rocío Carrasco. Así empecé”.

Por aquella época, Míster España 1999-2000 también tuvo tiempo de probar suerte en el mundo de las pasarelas y lo que vio no le gustó precisamente. Con la misma sonrisa que muestra en el plató, Jorge confiesa sin tapujos lo que le desagradó de un mundo que no era para él: “Llegué a desfilar en Cibeles o en Gaudí pero a mí no me hacía mariposillas aquello. No me gustaba nada de la moda: ni esperar tanto tiempo en los desfiles, ni la gente que había alrededor. Yo creo que las personas son las que hacen que estés a gusto en un entorno, y en la moda hay mucha gente que está en los ‘mundos de Yupi’ y dentro de un universo que no es real. El ambiente que había no me gustaba ni la moda tenía el ritmo que a mí me gusta. Presentando manejo un ritmo y de modelo no manejaba nada, simplemente me decían “Ponte aquí” o “Ponte allí”, recuerda al hablar de unos tiempos en los que no podía expresar una energía que se percibe simplemente al verle contestar estas preguntas.

Viviendo la televisión con deportividad

Para Jorge Fernández, el pasado es el pasado, pero tampoco se trata de renegar del mismo. De hecho, muchas de las lecciones aprendidas por el camino le han servido a la hora de meterse en el plató. “Toda la competitividad que yo tenía entonces y ese sacrificio por entrenar, de aquellas horas en las que no salías de marcha para poder ir al día siguiente al partido, el perder juntos, ganar juntos… Todo eso, que es el gran valor que me ha dado el deporte, lo aplico también aquí. He hecho mucha transferencia de mi vida deportiva a mi vida televisiva”, explica.

Y esa transferencia ha funcionado a la perfección en el caso de su Ruleta. Y ello a pesar de que, en 2006, programar un concurso a mediodía no era la opción más lógica. Pensaba que tenía que hacer un buen papel para que me diesen otro programa. Me dije: “Bueno, vamos a hacer esto bien y ya se verá”. Emitir La ruleta de la suerte a las doce del mediodía me parecía una cosa de marcianos. Al final somos líderes, empezamos con media hoya y nos lo han ampliado hasta la hora y pico, lo cual es increíble. Estoy muy satisfecho”.

Tras pasar por Televisión Española, Telecinco o una autonómica como la ETB, Jorge ha encontrado en los paneles, los concursantes y los colores de este programa, la horma de su zapato. Tan bien se siente que reconoce que es difícil que exista otro espacio televisivo en el que se pueda sentir él mismo: “Lo que me proporciona Antena 3 es tener un buen dato todos los días con La ruleta de la suerte. Además, también he compaginado el programa con Esta casa es una ruina, Quiero cantarLos prime time que he ido haciendo han hecho que me encuentre muy a gusto y con una comodidad profesional muy grande, y eso se refleja luego en la pantalla. El espectador percibe que tú estás cómodo, que no tienes ningún tipo de límite. A veces se me nota que estoy demasiado como en casa”, asegura con esa sonrisa característica con la que cierra los ojos.

La misma sonrisa es la que le acompaña haciendo balance de estos quince años, de estos tres lustros en los que, pasito a pasito, ha demostrado, por encima de cualquier prejuicio, que la televisión es lo suyo: “Sigo siendo amigo de la primera persona con la que trabajé y nadie me podrá reprochar que he pisado a nadie, que le he puesto la zancadilla a un compañero…En ese sentido me siento orgulloso de la forma en la que he llevado mi carrera”. Con el final de La ruleta aún lejano, el futuro de esa carrera parece prometedor. Hoy por hoy, Jorge Fernández es un valor seguro que dejó muy atrás a aquellos que piensan que las caras bonitas sólo están para adornar.

2.000 programas. Jorge Fernández ha festejado estos días que el programa que presenta, La ruleta de la suerte, llegue a esa mágica cifra y no muestre síntomas de agotamiento en cuanto a audiencia se refiere. Este hombre alto y moreno de 42 años, enérgico y siempre sonriente enfrenta entrevistas como la que le hacemos desde este portal desde la naturalidad, sin pretender otra cosa que ser él mismo. Sin morderse la lengua pero sin ofender a nadie, con la simpatía que han hecho de él un emblema televisivo. Sin embargo, este ex Míster España no siempre lo ha tenido fácil. Por lo que se deduce de sus palabras, ejemplifica aquel viejo dicho que asegura que los guapos tienen que demostrar el doble, aunque él resalta que no se considera como tal. “Cuando llegué, ese intrusismo profesional tan temido te lo podían achacar. “Si tú eres modelo, (porque asocian lo de modelo a Míster España) ¿qué haces aquí presentando?”, me decían. Por ejemplo, hice una serie en ETB recién ganado el concurso de Míster España y tuve que demostrar dos o tres veces lo majo que era porque me enfrentaba al típico “Ya viene el guapete”.

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