Chelo García Cortés no levanta cabeza: le quieren quitar a su perrita

La colaboradora de 'Sálvame' no gana para disgustos. Cuando pensaba que lo peor que le podía pasar esta semana es quedarse fuera del equipo que presentará las Campanadas de Mediaset el próximo 31 de diciembre, descubre, en pleno directo del programa, que está a punto de perder a su perra Maggy.

Chelo había adoptado a su mascota en el mes de mayo en el programa, haciéndole partícipe a la audiencia del feliz momento y su buena acción. En ese momento no imaginaba que meses después empezaría a tener problemas, de lo que se enteró el jueves 23 de noviembre de boca de su compañero Kiko Hernández.

"Va a recibir una demanda para que devuelva a Maggy”, señaló el colaborador desatando de este modo la caja de los truenos. "A mí se me entrega a Maggy en el mes de mayo con un borrador que era 'infirmable' y yo les digo los puntos que no firmo como visitas a mi casa, como que la adopción no era definitiva... He estado callada aguantando para no hacer daño al resto de asociaciones que están cuidando de perritos abandonados. Se me propone en el programa hacerlo y cuando me pusieron a Maggy en brazos dije que sí", señaló Cortes, que en todo momento ha querido dar su versión de la historia.

Luego leyó el último burofax que su abogado le envió a la abogada de las señoras de la protectora, en septiembre. En él les informaban de que seguían a la espera de firmar el contrato de adopción definitiva, "porque no soy una casa de acogida", señaló para luego comentar el resto de las cláusulas. "De qué vais a venir a ver mi casa, los metros cuadrados de mi casa... Ya quisierais que alguien que adopta tratara a Maggy como la trato yo", prosigue.

"¡Queréis robarme a Maggy!"

"Voy a dar el nombre de la asociación, Zarpas y Colmillos, porque estáis engañando a la gente", explica señalando que les pidió que esterilizaran ellos al animal y ella corría con los gastos. García Cortés denuncia que el número de cuenta que le pasan para pagar no es el de la asociación, sino el de una señora.

El burofax de su abogado termina diciendo que, en el caso de que no reciban el contrato en un corto plazo de tiempo, Chelo se reserva su derecho a emprender acciones legales. La colaboradora ha estado callada para no empañar la labor de las asociaciones que acogen a animales abandonados, pero ya está harta: “¿Sabéis por qué no he dicho nada?, porque el programa ha puesto a todos sus abogados a mi servicio y si yo lo hacía público, me iba a cargar el trabajo de asociaciones que acogen a perritos, a gatitos y otros animales abandonados. He estado callada, a mí poquitas gracias porque a partir de ahora mi trabajo va a ser denunciaros porque queréis robarme a Maggy”.