Fernando Tejero planea dejar 'La que se avecina' para ser "padre soltero"

Bertín Osborne se desplazó este miércoles hasta Mirador de Montepinar para charlar con algunos de sus alocados vecinos. Aprovechando el décimo aniversario de 'La que se avecina', el programa de Telecinco quiso rendir homenaje a sus actores. Uno de los que abrió las puertas de su casa (ficticia) al presentador fue Fernando Tejero. El cordobés repasó su infancia apartado de sus padres y recordó su Goya al mejor actor revelación, aunque sin duda lo que más llamó la atención fue su próximo objetivo en la vida, ser padre.

"Me gustaría ser padre, me encantaría", confesó Fernando a Bertín. "Sería un coñazo de padre porque tengo a mis perros y ya soy un coñazo. Sería un padre muy preocupado y muy sufridor, así que no sé si a ese chiquillo o chiquilla le vendría bien tener un padre así". Lo que sí tiene muy claro es que no se va a morir "sin ser padre".

Me gustaría estar un año dedicándoselo a mi hijo, sin trabajar

Según confesó en el programa, tiene "mucho amor para dar", por lo que ser padre es uno de sus próximos objetivos. El actor no quiere dejar pasar más el tiempo: "Me voy a poner ya" porque "tampoco quiero que me lleve al parque a mí". La sorpresa llegó cuando el actor afirmó que podría ser padre en 2018 ("Igual el año que viene") y que esto supondría alejarse de la televisión por una buena temporada: "Me gustaría estar un año dedicándoselo a mi hijo, sin trabajar. Yo no quiero un hijo para que me lo críe nadie". Esta buena noticia supondrá, muy probablemente, la marcha temporal del actor de 'La que se avecina'. La comedia de Telecinco se graba durante seis meses al año, por lo que sería incompatible con los planes de Tejero.

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"Hace nada he acabado con mi pareja"

Fernando Tejero será "padre soltero", tal y como desveló al presentador. "Podría estar mejor, pero hace nada he acabado con mi pareja". Según sus propias palabras, "ha sido una relación preciosa" y aunque todavía quiere "muchísimo" a esa persona, desveló que "lo mejor es acabar bien".

No sin cierto nerviosismo, Fernando Tejero confesó estar viviendo "la etapa más feliz" de su vida: "Ya sé como manejar el carro, aunque no del todo, y eso está bien para sorprenderse a uno mismo". El popular actor afirma estar "encantado" de haberse conocido ahora.

"No quiero reprochar nada a mis padres"

Fernando Tejero también tuvo su momento de confesiones con Bertín. Fernando es el cuarto de seis hermanos y pese a que vivía en la misma ciudad que sus padres, solo los veía en fechas señaladas. Se crió con su tía abuela desde los nueve meses hasta los 14 años, cuando ella enfermó de cáncer y murió. Según confesó, fue algo que le marcó y que es difícil de imaginar, pero comprende que sus padres tenían mucho trabajo y muchos hijos. Cuando su tía enfermó de cáncer se fue a vivir con sus padres, pero le costó mucho adaptarse porque para él eran unos desconocidos.

He tenido una infancia feliz

Según Tejero, el no haber crecido con sus padres fue un obstáculo para tener una relación abierta con ellos: "Hay muy poca gente de mi generación que sea amigo de sus padres. Me hubiera gustado abrirme y contarle cosas a mi madre. Eso me hizo daño, pero no quiero reprochar nada a mis padres, está todo bien y no guardo rencor".

"No estaba acostumbrado a ver a mi padre por las mañanas al despertarme. Cuesta imaginar que, viviendo en la misma ciudad, veía a mis padres en cumpleaños, Navidades.... Son cosas que no se entienden y que te pasan factura". A pesar de ello, tuvo "una infancia feliz".

"En manos de un psicólogo"

Fernando Tejero tuvo que recurrir a un psicólogo tras la enorme popularidad adquirida tras 'Aquí no hay quién viva'. "Estás tan expuesto, al servicio del dedo acusador...". Hoy día, afirmó que no se toma tan a pecho las críticas, pero hubo un momento en el que no lo pasó nada bien. "Al principio, si una película tenía cuatro críticas buenas y una regular, me afectaba la regular".

"Yo digo que no estoy hecho para este mundo. He tenido problemas con las redes sociales". Para Tejero, uno tiene que tener una vida muy "vacía" para dedicarse a insultar a otra persona y desearle la muerte, "no lo entiendo, pero he aprendido".