'Hotel Romántico': hay amor más allá de 'Mujeres y hombres y viceversa'

Fueron, por lo menos, una veintena de poemas los que Pablo Neruda necesitó para llegar a la conclusión de que el amor es demasiado corto para todo lo que dura el olvido. Para los participantes de 'Hotel Romántico', el nuevo dating show de TVE, sin embargo, la televisión será el escenario en el que se den una oportunidad para reconciliarse con Cupido.

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Durante varias semanas, 12 hombres y 12 mujeres convivirán en un hotel de la idílica Suiza para intentar encontrar el amor de su vida. ¿La peculiaridad del formato? Que la condición para participar es haber rebasado los 50 años de edad. Y para que el tren del amor no se deje a ninguno de los 24 solteros en la estación, estos están alojados en un hotel de vistas de película.

Amor inocente

'Hotel Romántico' no es un programa de citas al uso. Y, decir esto en el contexto de la televisión, probablemente lleve a más de uno a pensar que la organización se decanta por lo tróspido de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' o los líos de barra con reggaeton de fondo de 'Mujeres y hombres y viceversa'. Pero no. El programa que produce DLO Producciones parece que está sustentado en el amor puro.

Cada uno de los participantes de 'Hotel Romántico' va narrando sus desavenencias en el amor (porque todos son viudos o divorciados), pero lo hacen desde una perspectiva optimista de cara al futuro.

Además, en varias ocasiones, el formato funciona de segunda oportunidad; no sólo para el enamoramiento, sino de la vida sin complejos. Es así como, por ejemplo, los solteros comparten su alegría infantil al descender una ladera montañosa en patinete para participar después en juegos inocentes que les dan pie a los primeros flirteos.

No sólo se enamoran los jóvenes

Resulta curioso que un programa de televisión haya apostado por un casting en esta franja de edad. Si bien otros espacios han intentado que los cincuentones no se queden fuera de sus producciones, ninguno de ellos ha apostado por la sencillez de una cara que podría ser cotidiana.

Aunque esto podría entenderse como un arma de doble filo (la simplicidad hace también complicado el poder quedarse con una cara destacable en un primer vistazo), es algo que a estas alturas es de agradecer. El formato apuesta por el personaje del soltero, sin ir más allá: si uno es granjero, en 'Hotel Romántico' se despoja de su etiqueta. Y también da un grito que recuerda al espectador que eso de que el amor no tiene edad es cierto: ellos también sienten y se hieren.

Las historias personales están muy presentes, pero no por no ser estrambóticas dejan de calar hondo en el espectador. María, por ejemplo, relata en el primer episodio el calvario que vivió con su exmarido, hasta el punto de querer quitarse la vida. O Mercedes, que recuerda entre lágrimas la infidelidad que rompió su matrimonio cuando su esposo la engañó con una de sus amigas.

¿Por qué Suiza y no España?

Si hay algún pero por el que 'Hotel Romántico' podría no considerarse de cinco estrellas, es por el entorno en el que está grabado. Suiza es una estampa bucólica, que roza lo poético y que ayuda a los solteros a implicarse en eso del amor, pero la pregunta es inevitable: ¿no tiene España lugares que funcionen de la misma manera?

Es curioso que una televisión pública, que en otras ocasiones apuesta tozudamente por lo patrio, haya decidido localizar el programa en el extranjero. Davos es el típico marco de fábula del que toda princesa quiere sacar a su príncipe, pero nada más. Las escenas quedan preciosas y románticas con sus fondos, pero en las fotos de familia lo importante es quiénes aparecen en las imágenes. Y para lucir, precisamente, un programa de casa, tal vez no sea necesario jugar en el extranjero.